Hemos plasmado los resultados de este estudio en cuatro familias que conviven en el mismo edificio. Sus miembros representan los perfiles más frecuentes de los ciudadanos que reciclan en España. Entra en sus casas y conócelos.
Los Pérez Rodríguez son veteranos y constantes en el arte del reciclaje. Este matrimonio de jubilados presume en su comunidad de haber sido de los primeros en disponer en su cocina de los cubos de separación. Saben que no son una excepción, ya que la de los mayores de 55 años es la franja de edad más concienciada: el 84,9% dicen reciclar.
Reciclaje por edad
Su hijo Joaquín, un licenciado de 27 años, renuente a sacarse el carné de conducir, les pide de vez en cuando que le lleven al punto limpio a tirar alguna silla rota y la caja donde guarda las bombillas fundidas. El joven les devuelve el favor explicando a sus padres que la caja de la pizza de los domingos, aunque esté muy manchada, se tira al contenedor azul, pero si tiene restos de comida, entonces va al gris. Los universitarios como él, según la encuesta, son el segmento por nivel de estudios que más asegura que recicla. El 85,9% lo hace.
Reciclaje por estudios
El cartógrafo Pedro López, de 40 años, es un tipo minucioso ante cualquier tarea que se le ponga por delante. El reciclaje no es una excepción. Además del cubo gris para los residuos normales tiene otros dos con los que se ha propuesto alcanzar la perfección: el amarillo, donde cada año, en España, se tiran unos 18,8 kilos por habitante, y el azul, donde se depositan 19,3 kilos.
López domina con los ojos cerrados el reciclaje en el cubo amarillo: “Tiro latas de conserva, bolsas de patatas, briks… Ah, y los aerosoles, ojo con eso”. Y con algunos más complejos, como el papel de aluminio, se toma un segundo antes de encestar. Estos son algunos de los residuos que los encuestados identifican más con el cubo amarilllo, y con los que menos fallan. Otros son latas de bebida, papel film (si tiene restos de comida va al cubo gris), bandejas de corcho blanco o botellas de plástico.
Este vecino es la enciclopedia humana del edificio para resolver ciertos enigmas del reciclaje. Incluso ha puesto un cartel plastificado que resuelve las dudas más habituales:
Ana y Alicia son dos treintañeras que comparten piso de alquiler. La voz cantante a la hora de reciclar la lleva Ana, que instó a su amiga a instalar ¡cinco! espacios para los distintos residuos que producían.
A los cubos habituales sumó una caja de zapatos para las pilas y un cajón para los móviles y cargadores viejos. Ana es soltera, el estado civil que más tiende a reciclar (el 83,9% dice que lo hace) entre los encuestados.
Alicia, por su parte, tiene pareja desde hace tres años. Un grupo, el de los ennoviados, que afirma reciclar un 81,5%, algo menos que los solteros. Pero hace poco sorprendió a Ana con un nuevo extra medioambiental: “Desde hoy el aceite usado lo metemos en bote. Nunca más por el fregadero”.
Reciclaje por estado civil
Como estas dos amigas, las mujeres encuestadas dicen reciclar de media un 84,7%, tres puntos porcentuales más que los hombres, que aseguran hacerlo un 81%. Para reducir la diferencia, Ana y Alicia hacen pedagogía con Pedro López, el vecino del tercero, que a pesar de su querencia al reciclaje infalible no tenía claro que los yogures siempre van al cubo amarillo.
Padre, madre y tres hijas, los González Martínez son una familia con las bases del reciclaje muy claras. En su cocina hay tres cubos de basura a los que cambian la bolsa casi a diario: amarillo (envases de plástico, latas y briks), azul (envases de papel y cartón) y verde (envases de vidrio).
Ana, la hija mayor, quiere progresar. Insiste últimamente en añadir un espacio más para tirar los restos vegetales y las peladuras de fruta, el cubo marrón. Se ha informado y sabe que a partir de 2024 los municipios deberán reciclar la basura orgánica.
A diferencia de lo que se pueda intuir, a mayor número de integrantes en la familia no se da un mayor número de espacios para reciclar, según indica el informe de hábitos. Los González Martínez, tribu numerosa, tienen tres cubos, el número medio para familias de cualquier tamaño.
Contar con tres o cuatro cubos, como los González Martínez, es también la tendencia general de los españoles.
Número de cubos