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Tres de cada cuatro hogares españoles tiran comida a la basura

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación lanza una campaña con la que pretende reducir estas cifras. El planeta y el hambre de quienes lo habitan agradecerán cumplir con ciertas normas que debemos interiorizar.

Manuela Sanoja

Que los españoles disfrutamos comiendo no es ninguna novedad. Somos un país referente en el mundo por nuestra gastronomía y compartimos con el resto de países mediterráneos la forma de alimentación más rica y saludable del planeta. Tanto es así que la dieta mediterránea fue nombrada Patrimonio cultural inmaterial por la Unesco. Con el valor que tiene para nosotros, es imposible que no sorprendan las cifras de desperdicio alimentario. En 2010, según un estudio de la Comisión Europea, se estimó que España era el séptimo país de la UE que más volumen de desperdicio alimentos genera. Y en el último año, según desvela el Ministerio de Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) el asunto no ha mejorado lo suficiente.

En 2020, tres de cada cuatro hogares españoles tiraron alimentos y bebidas a la basura, según informa el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Esto se traduce en 1.364 millones de kilos o litros de comida desperdiciada. Una cifra algo peor que la del ejercicio anterior, al que supera en 11 millones. Pero es verdad que durante el año de pandemia hemos comprado mucha más comida, un 11,2% más que el año anterior, y parte de ella ha acabado en el cubo sin usarse: el porcentaje de los alimentos desperdiciados ha aumentado en un 0,8%.

Los impactos del cambio de hábitos

Durante este extraño año en el que nos hemos visto obligados a pasar más tiempo en casa y menos fuera de ella, también ha habido cambios en la manera de consumir y desperdiciar alimentos. Algo que se ha podido comprobar por los restos en la basura, donde se han visto más recetas preparadas que platos sin elaborar. De hecho, se han tirado 107 millones de kilos o litros menos de producto sin utilizar que el año anterior. Al contrario, la basura procedente de las elaboraciones culinarias ha aumentado en 118 millones de kilos o litros. Y las casas donde más se desperdicia, dice el Ministerio, son aquellas de hasta 49 años, con niños de cualquier edad, los hogares monoparentales y los de las parejas con hijos. En total, el 75,3% de los hogares desperdicia algún alimento.

Aunque hemos pasado más tiempo en la cocina de casa y menos comiendo fuera, esto no ha implicado que no se hayan desperdiciado alimentos en la calle. Tampoco sabemos gestionar de forma adecuada el consumo fuera de casa. A través del llamado Panel de cuantificación del desperdicio alimentario en el consumo extradoméstico, el Ministerio ha hecho público que los españoles han consumido fuera del hogar más de 2.888 millones de kilos o litros de alimentos, bebidas y aperitivos. Lo que se traduce en 25,7 millones de kilos de comida desperdiciada. O lo que es lo mismo, algo menos de la mitad de los ciudadanos (un 43,8%) ha tirado alimentos al consumirlos fuera de casa.

La mayor parte del volumen generado del desperdicio por parte de los españoles fuera de casa, se produce ligado al consumo realizado en el establecimiento (42,6 %) ya sea en familia (30,2 %) o sólo (31,8 %). Pero es en casa (29,0 %, procedente de comida a domicilio o pedida para llevar) y a solas donde el desaprovechamiento es más relevante en relación con las consumiciones realizadas. Algo que no es de extrañar debido a la situación excepcional que se ha producido durante el año 2020, donde los hábitos de consumo fuera de casa han cambiado y por ende los hábitos en materia de desperdicio se hayan visto afectados.

Impulso a la conciencia juvenil

Tanto dentro como fuera de casa son los adultos jóvenes los que parecen tener menos conciencia. Los que más comida tiran fuera de casa, según los datos, son los menores de 50 años, especialmente las personas entre los 25 y 34 años (20,4%) y entre los 35 los 49 años (36,6%); siendo en casa y a solas (45,6% y 26,4%) las situaciones donde se da peor aprovechamiento de las consumiciones de alimentos fuera del hogar. Y sobre los alimentos que más acaban en los contenedores, las verduras y hortalizas (con 2,9 millones de kg desperdiciados) junto a las carnes (con 2,1 millones de kg desperdiciados) los alimentos más desperdiciados por los españoles (26,3% y 19,1% del desperdicio de alimentos, respectivamente). En consecuencia, suponen casi la mitad del desperdicio fuera del hogar. En concreto, el 45,4% del desperdicio de alimentos extra doméstico.

Todos estos números, dice el Ministerio, ponen de manifiesto que seguimos sin gestionar de forma adecuada la compra y el uso de los alimentos. Por ello, ha decidido lanzar una nueva campaña de concienciación sobre el mal uso de los alimentos. Bajo el lema 'Aquí no se tira nada', el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación pretende sensibilizar a todos los sectores de la población sobre el valor de los alimentos que conforman el patrimonio gastronómico cultural español. Y, con ello, frenar el desperdicio de alimentos y su impacto sobre el medio ambiente.

Se trata de ser responsables en nuestra actuación como consumidores. De ahí que se hayan revelado no sólo los datos de desperdicio en nuestra casa, sino también (y por primera vez) en nuestro consumo fuera de ellas. Reducir estas cifras es de vital importancia para el MAPA, que prefiere hacerlo a través de un mensaje positivo. Por ello, quiere que la ciudadanía al completo esté informada del valor que tienen los alimentos y participe de forma activa en la lucha contra el desperdicio, que no solo tiene consecuencias económicas, sino también medioambientales. Conseguir menguar estas cifras, explican desde el MAPA, supone beneficios para el planeta. Pero la campaña no está sólo dirigida a los consumidores, también apela a los productores, industria, distribuidores, hosteleros y restauradores. Y es que para lograrlo es necesario mejorar también la cadena de suministro alimentario. Algo que va en beneficio de una economía circular, sostenible, baja en carbono, competitiva y eficiente en el uso de los recursos.

Con una mirada positiva

La campaña se centra, además, en focalizar el orgullo por nuestros alimentos desde un enfoque positivo para frenar estas cifras. Todo ello se pretende conseguir lanzando tres importantes mensajes. El primero es poder de transformar las sobras en nuevos platos maravillosos (en lugar de tirarlas a la basura). El segundo nos llama a fijarnos en el sabor de los alimentos y no en su aspecto. Y el tercero, que, al tirar alimentos, estamos también desperdiciando los recursos naturales, el trabajo y el esfuerzo de todas las personas que forman la cadena de producción alimentaria.