Algunos de los efectos del cambio climático que ya podemos observar son la ausencia de precipitaciones y el avance de la sequía, el descenso de los recursos hídricos para el campo o el consumo humano, y el peligro de desertificación en la Península. En ese contexto, Coca-Cola inyectó 3.051 millones de litros de agua a España y Portugal en 2016, casi el doble que en 2015, lo que supone devolver el 95% del agua que contienen las bebidas comercializadas en estos dos países.
“Nos comprometemos a reducir el uso del agua en nuestros procesos industriales y a devolver a la naturaleza el 100% del agua contenida en nuestros envases, ayudando a preservar ecosistemas vulnerables”, afirmaba Juan José Litrán, director de Relaciones Corporativas de Coca-Cola, en el marco de la Jornada Planeta Agua. Este ambicioso objetivo de Coca-Cola a nivel mundial, que se planteaba alcanzar en 2020, se ha logrado cuatro años antes de lo previsto y ha conseguido devolver a la naturaleza, en todo el mundo, el 115% del agua que contiene sus productos.
El esfuerzo tecnológico y el compromiso medioambiental de la compañía no se limita solo a la reducción de la utilización del agua en la fabricación de sus bebidas. En España, Coca-Cola también participa en varios proyectos. En la Albufera de Valencia, por ejemplo, ha sido necesario depurar el agua y restaurar los humedales con un sistema de filtros verdes: el Tancat de la Pipa es un humedal creado artificialmente a partir de unos antiguos campos de arroz que es capaz de actuar como depurador natural del agua.
Otro proyecto es el llamado Misión Posible, desarrollado por WWF y Coca-Cola desde 2012 en las Tablas de Daimiel. Su objetivo es devolver esta inmensa bolsa de agua de más de 5.500 kilómetros cuadrados de extensión a un estado saludable.