SAF El combustible verde de los aviones
SAF El combustible verde de los aviones
SAF, por sus siglas en inglés, significa combustible sostenible de aviación. Pertenece a los llamados biocombustibles, una solución sostenible que se fabrica a partir de residuos orgánicos y cuya principal ventaja es que pueden llegar a reducir hasta un 90% las emisiones netas de CO2 respecto a los combustibles fósiles tradicionales, en función de la materia prima de procedencia.
El SAF es la solución más interesante y viable en la actualidad para descarbonizar el transporte aéreo, un medio cada vez más usado y que persigue conseguir las cero emisiones netas en 2050. Actualmente, el sector es responsable de aproximadamente el 2% de las emisiones mundiales, según varios estudios.
11% del combustible
82% del combustible
7% del combustible
*Según la proveedora británica de datos de navegación aérea OAG, cuanto más largo es el viaje más aumenta el porcentaje de consumo de combustible atribuible al vuelo en sí. Sea cual sea la distancia, indica la empresa, el combustible utilizado para despegar y aterrizar es una fracción relativamente pequeña del consumo total.
Fuente: Estudio de la proveedora británica de datos de navegación aérea OAG.
Se puede fabricar a partir de materias primas circulares como aceites de cocina usados o residuos biodegradables de diferentes industrias, orientados a reducir el impacto de la aviación en la atmósfera. La producción de SAF fomenta la economía circular, ya que se aprovechan residuos que de otra manera acabarían en el vertedero.
Sí, cualquier avión puede volar con SAF sin necesidad de adaptar el motor o invertir en nuevos componentes. La norma ASTM permite mezclas de hasta el 50%. La naturaleza química de este biocombustible es similar a la del queroseno que tradicionalmente se ha usado en la aviación. Por tanto, su compatibilidad en los aviones es directa e inmediata.
La primera prueba con SAF en el sur de Europa se produjo a finales de 2022, cuando más de 200 vuelos alimentados por biocombustible producido por Cepsa partieron del aeropuerto de Sevilla. Fue también la primera vez que la trazabilidad de la cadena de valor se certificaba por el sistema ISCC EU (International Sustainability Carbon Certification), que garantiza la sostenibilidad desde la obtención de la materia prima hasta la fabricación del biocombustible y su suministro.
Un camión suministra SAF producido por Cepsa a uno de los 200 aviones que partieron en 2022 del aeropuerto de Sevilla, la primera prueba de estas características en el sur de Europa. CEPSA
En aquella ocasión, la cantidad de SAF suministrada fue suficiente para cubrir 400.000 kilómetros, el equivalente a dar 10 veces la vuelta al mundo. Los aviones que despegaron cargaban un 4,5% de biocombustible en sus depósitos, una cifra superior al objetivo del 2% que establece la Unión Europea para 2025.
Cepsa ha comenzado a comercializar SAF en cinco de los principales aeropuertos españoles: Adolfo Suárez-Madrid Barajas, Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, el de Son Sant Joan de Palma de Mallorca, el Málaga-Costa del Sol y el de Sevilla-San Pablo. En 2023, según datos de Aena, por estos aeropuertos pasaron aproximadamente 172 millones de pasajeros, lo que supone aproximadamente el 61% del tráfico total del país. La compañía energética se convierte así en la primera en ofrecer biocombustible para la aviación de manera permanente en varios aeropuertos españoles.
En 2022 Cepsa comenzó a producir biocombustibles 2G en el Parque Energético La Rábida, en Palos de la Frontera (Huelva), un hito muy importante en la transformación de la compañía hacia un modelo energético más sostenible. Desde entonces, la energética ha seguido adaptando diferentes activos de sus Energy Parks para que puedan procesar las materias primas necesarias para producirlos y está reconvirtiendo unidades para aumentar su producción de biocombustibles 2G.
En 2023 la compañía anunció la construcción de una nueva planta junto a Bio-Oils también en Palos de la Frontera (Huelva), por lo que al igual que otros biocombustibles como el diésel renovable o el biometano, el SAF se producirá a gran escala allí. La instalación, que será la mayor planta del sur de Europa de biocombustibles de segunda generación –aquellos que se fabrican con residuos que no compiten con la alimentación–, comenzará la producción en 2026 y fabricará 500.000 toneladas de combustibles verdes al año.
Parque energético La Rábida (Huelva). CEPSA
Los biocombustibles se fabricarán aprovechando desechos agrícolas y aceites usados de cocina, y se destinarán al transporte aéreo, además del marítimo y el terrestre. Cepsa calcula que la producción del nuevo complejo de La Rábida evitará la emisión de 1,5 millones de toneladas de CO₂ al año, el equivalente al 30% del total de la provincia de Huelva.
Además del compromiso de Cepsa y del sector aéreo español para descarbonizar la industria, existe un mandato europeo que regula la incorporación de SAF en los vuelos con origen y destino dentro de la UE. El Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo provisional en abril de 2023 para que, a partir de 2025, el 2% del combustible utilizado por los aviones sea sostenible, con el objetivo final de alcanzar el 70% para 2050.
2025 2%
2050 70%
En la actualidad, varias aerolíneas ya se sirven de SAF en sus vuelos comerciales, pero el uso de este biocombustible aún es minoritario, con una demanda baja y poca capacidad de producción. Según indica Cepsa, para que se convierta en el combustible habitual de la aviación, la producción se tiene que desarrollar a gran escala, de tal manera que el precio se vuelva competitivo y su uso se extienda y generalice.
Cepsa prevé escalar la fabricación de SAF hasta alcanzar una capacidad de producción de 800.000 toneladas en 2030, una cantidad suficiente como para sobrevolar 2.000 veces el planeta.
65,5 millones de empleos y 2.474 millones de euros generados por el sector del transporte aéreo mundial, según Naciones Unidas
3.257 vuelos despegan cada día de España, según datos de Enaire
