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La ex fiscal general María José Segarra se reincorpora a la Fiscalía de Sevilla

Tras un año y medio como máxima responsable del ministerio público, el Gobierno la cesó hace un mes

Javier Martín-Arroyo
La fiscal general del Estado, María José Segarra, este abril.
La fiscal general del Estado, María José Segarra, este abril.Elvira Urquijo A. (EFE)

La ex fiscal general del Estado María José Segarra se ha reincorporado este martes a la Fiscalía de Sevilla tras su cese hace un mes como máxima responsable del ministerio público, en el que será sustituida por la exministra de Justicia Dolores Delgado. Segarra, al frente de la Fiscalía General desde la moción de censura contra Mariano Rajoy hasta el 15 de enero, regresa al órgano que dirigió durante 14 años en la capital andaluza. En su nuevo puesto seguirá ejerciendo “funciones directivas”, según el fiscal jefe sevillano, Luis Fernández. En concreto se dedicará, al menos en una primera etapa, al visado de asuntos y escritos de acusación de la fiscalía sevillana, en un despacho contiguo al que ocupó durante casi tres lustros en la Audiencia de la capital andaluza.

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El Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos decidió prescindir de Segarra, de 56 años e ideas progresistas, después de un año y medio de liderazgo en la Fiscalía General, periodo en el que el ministerio público acusó a los líderes independentistas de rebelión en el juicio del procés, aunque finalmente fueron condenados por el Tribunal Supremo por sedición y malversación.

Durante su mandato, Segarra ha mantenido su política de aparecer en los medios solo lo justo y necesario. Con fama de progresista pero vocación de independencia y sin interferencias ideológicas en las decisiones de los fiscales a sus órdenes, Segarra ha mantenido esta política de neutralidad durante el último año y medio al frente del ministerio público. Pertenece a la Unión Progresista de Fiscales y al Consejo Fiscal, y es amiga de su sustituta, Dolores Delgado. Preguntada este martes sobre su etapa al frente de la Fiscalía General del Estado, ha preferido guardar silencio.

Entre sus directrices como fiscal general destaca la “reflexión sosegada” que pidió el pasado noviembre para limitar las acusaciones por delitos de odio. La propuesta pasaba por modificar el artículo 510 del Código Penal que permitió condenas a penas de cárcel a tuiteros por publicar mensajes de contenido racista, homófobo o antisemita. “La respuesta penal debe ser proporcionada, disuasoria y garantista”, opinó entonces, en línea con lo establecido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, que condenó a España en varias ocasiones por una aplicación “desproporcionada” de este delito.

Segarra ascendió a fiscal jefe de Sevilla en 2004 con Cándido Conde-Pumpido al frente de la Fiscalía General del Estado, y se convirtió en una de las fiscales jefe más jóvenes de España y en una de las primeras mujeres en llegar a ese cargo. Debía cumplir mandato en 2020, pero en 2018 el Gobierno la nombró al frente de la institución como fiscal general, cargo que ha ostentado un año y medio hasta hace un mes.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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