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Dar vueltas durante una hora: el suplicio de los pasajeros que volaban a Barajas

Al menos 26 aviones fueron desviados al mediodía por el cierre del espacio aéreo de Madrid por la presencia de un dron

Varios pasajeros se informan sobre los vuelos retrasados y cancelados en Barajas, este lunes. En vídeo, Ignacio Rubio, presidente de Asetra, explica el procedimiento habitual en estos casos.Vídeo: JAIME VILLANUEVA / EPV

Volar de Cancún (México) a Madrid no es un viaje corto. En condiciones normales, el vuelo debería durar unas 10 horas. Para José Pedreño, un conductor de camión de 43 años, el tiempo fue más largo de lo anticipado: este lunes su avión tuvo que dar vueltas sobre la capital española durante una hora. Un total de 26 vuelos que no tuvieron la suerte de rodear el espacio aéreo del aeropuerto de Madrid Barajas —cerrado durante más de una hora por la presencia de varios drones— fueron desviados a otros aeródromos, como el de Valencia. “Fue lo peor de las vacaciones”, señala Pedreño con cierta ironía.

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Mariyan Vasilev, de 21 años, y su amiga Ángeles Suárez, de 31, cruzan las puertas de llegada tras recoger sus maletas en la terminal uno. Su vuelo, que partió de Gran Canaria, fue de los primeros en aterrizar después de que se reabriese el espacio aéreo. Ambos bromean asegurando que se marearon porque su vuelo tuvo que dar vueltas durante media hora. “El piloto nos avisó de lo que había sucedido y dijimos: ‘¡Qué mala suerte!”. Los dos canarias llegan a Madrid de vacaciones, pero con un retraso que no entraba en sus planes.

Ana de Pedro, de 48 años, esperaba a su hija. El aterrizaje de su avión, que despegó de Roma, estaba programado a la 1.30. “Me enteré por ella, cuando al fin dieron autorización de aterrizar [sobre las 13.50] y me mandó un whatsapp”, comenta mientras muestra el grupo de su familia en el móvil. De Pedro, al igual que el resto de la gente que esperaba a sus amigos y familiares en el aeropuerto, no se enteró por los altavoces de que el espacio aéreo estaba cerrado. “Fui a información a preguntar qué pasaba y me remitieron a Ryanair, ahí me lo dijeron todo. Es alucinante”, sentencia mientras las puertas que dan con la zona para recoger el equipaje se abren y se reencuentra con su hija.

En ese momento, un grupo de latinoamericanos saca sus móviles para comprobar si la noticia era cierta. “Que no hay aterrizajes, ¿ahora qué?”, se escucha a distancia. Tania Mairena le pide calma a su hija, que juega con su muñeca, mientras continúa sus pesquisas en Internet. Esperaba que su tía y sobrina llegasen hace una hora y media. Era la primera vez que las veía desde que inmigró a España en 2016. El vuelo, procedente de la ciudad hondureña de San Pedro Sula, fue desviado a Valencia. Como les ocurrió a los pasajeros de otros 26 aviones que fueron desviados de su trayectoria a Madrid.

Al lado de Mairena, Marina Araujo, de El Salvador, también se queja de la falta de información en el aeropuerto. Y comienza a llamar por teléfono: “Sí, sí… Lo vi en la pantalla, los vuelos están atrasados”. Araujo tendrá que hacer tiempo para saber dónde tuvieron que aterrizar sus dos amigos que viajan desde Panamá y para esperar a que lleguen.

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