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Una investidura que olvida el “problema de convivencia” para aferrarse al “conflicto político”

Pedro Sánchez cambia su discurso sobre Unidas Podemos y Cataluña para garantizarse los votos que le faciliten formar Gobierno

El candidato a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado al llegar al hemiciclo del Congreso de los Diputados.
El candidato a presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado al llegar al hemiciclo del Congreso de los Diputados.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

Nunca en la historia reciente de España, un candidato a la investidura se enfrentó a una situación tan complicada para defender su discurso. Los principios y convicciones a los que apeló el socialista Pedro Sánchez en la sesión fallida de julio pasado volaron por los aires el 10 de noviembre, fecha de las últimas elecciones generales. Su rechazo a pactar con los independentistas o su veto a la presencia de Pablo Iglesias en un Gobierno de coalición son ya historia. Su declaración de intenciones en el discurso de investidura de julio —“Mi propósito es conformar un Gobierno, un Gobierno progresista, con una premisa: hacer lo posible para que la investidura a la Presidencia del Gobierno de España no dependa en exclusiva de formaciones independentistas”— se convirtió en papel mojado tras el 10-N. Su apelación al problema de convivencia que vivía Cataluña y su negativa a dialogar con un Gobierno que seguía defendiendo la unilateralidad han desaparecido ahora de un discurso en el que defiende el pacto con ERC para abrir una negociación entre ambos Ejecutivos sobre el futuro de Cataluña.

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Lo que sigue resume, a través de las intervenciones de Sánchez en los debates parlamentarios del pasado julio y de este sábado, cómo ha evolucionado el pensamiento del presidente en funciones en solo unos meses.

La relación con Unidas Podemos 

25 de Julio 2019. “Elijo mis convicciones antes que la presidencia de un Gobierno que no serviría a España”. “El lunes, el señor Iglesias dijo que si no llegaba a un acuerdo como el que él exigía, —y cito textualmente—, yo nunca sería presidente del Gobierno. Le diré algo, señor Iglesias: si para ser presidente del Gobierno tengo que renunciar a mis principios, si tengo que formar un Gobierno a sabiendas de que no será útil a mi país, entonces usted está en lo cierto, yo no seré presidente ahora. He renunciado a cosas muy valiosas para mí antes que renunciar a mis convicciones. Si usted me obliga a elegir entre la Presidencia del Gobierno de España que no serviría a España o bien optar por mis convicciones, yo no tengo ninguna duda, elijo mis convicciones, elijo proteger a España. Gobernar, señor Iglesias, es pisar tierra firme. Gobernar es pasar del no nos representan a querer representar a muchos, con un propósito, que es ser útil a la ciudadanía y, sobre todo, a aquellos que más sufren. Gobernar es encarar la realidad. La izquierda útil es la que gana y sirve a la gente y cambia las cosas. ¿De qué sirve una izquierda que pierde incluso cuando gana? ¿Qué va a hacer, señor Iglesias? (…) Sigue, señor Iglesias, sin querer entender que hace falta un Gobierno, un Gobierno, un Gobierno coherente y cohesionado, no dos Gobiernos en un Gobierno, señor Iglesias. Habíamos escuchado al señor Iglesias afirmar que quería entrar en el Gobierno para controlarnos y, al conocer sus propuestas, nos dimos cuenta de que quería entrar en el Gobierno para controlar el Gobierno”.

Enero de 2020. “Acordamos unir nuestras fuerzas para un Gobierno unido y cohesionado”. "En un plazo de 48 horas alcanzamos un acuerdo para constituir una coalición progresista de Gobierno con Unidas Podemos a quien agradezco su apoyo. Sirve de poco señalar las culpas y es más útil volver a intentarlo sobre nuevas bases que aseguren las dos condiciones que dificultaron el entendimiento meses atrás, el principio de cohesión y el de idoneidad. Eso hicimos, porque eso es lo que nos pidieron los españoles y las españolas el pasado mes de noviembre. Y acordamos lo que no había sido posible, unir nuestras fuerzas, que funcionará como un Gobierno unido y se regirá por los principios de cohesión, lealtad y solidaridad así como por el de idoneidad en el desempeño de las funciones".

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Del problema de convivencia al diálogo para resolver el conflicto político

23 de julio de 2019. “No me hable de diálogo cuando el señor Torra dice que lo volverán a hacer”. Contestación a Laura Borrás (portavoz del grupo Junts per Catalunya): “No me hable de diálogo cuando tenemos a un representante al frente de las instituciones catalanas, en este caso de la Generalitat de Catalunya, como es el señor Torra, hablando de unilateralidad y de que lo van a volver a hacer. Insisto, se lo digo con toda claridad, señora Borràs, el Gobierno de España y, en mi caso, si tengo una responsabilidad será por supuesto encauzar la crisis de convivencia que existe en Cataluña desde el diálogo dentro de la Constitución y la ley, pero también le digo una cosa, señora Borràs: eso de lo volveremos a hacer ya le adelanto que no va a volver a ocurrir”.

4 de enero de 2020. “Es nuestra obligación retomar el diálogo, la negociación y el pacto”. "La solución no vendrá de la imposición de una percepción sobre la otra sino de un cambio de ambas percepciones. Así que, lo que propongo a esta Cámara es recomenzar, retomar nuestro diálogo político en el momento en el que los caminos se separaron y las razones y los argumentos dejaron de escucharse. Retomar el diálogo en el punto en el que los agravios comenzaron a acumularse, retomar la senda de la política dejando atrás la judicialización del conflicto. Retomar la senda del diálogo, la negociación y el pacto porque es nuestra obligación. Y es nuestra obligación y nuestro deber porque se lo debemos a nuestros hijos y nuestros nietos, que se merecen vivir en un país unido en su diversidad, no fracturado ni confrontado".

23 de julio de 2019. “Hay que abrir un diálogo entre Cataluña y Cataluña. Entre catalanes y catalanes”. “Tendremos que instar también a las fuerzas parlamentarias, a las fuerzas políticas de Cataluña y, singularmente, a las fuerzas independentistas —que lo vuelvo a repetir hoy aquí para que quede escrito en el Diario de Sesiones, no tienen una mayoría social que les avale para imponer sus tesis independentistas en Cataluña—, a que abran un proceso de diálogo entre Cataluña y Cataluña, es decir, los catalanes tienen que hablar con los catalanes”.

4 de enero de 2020. “Vamos a crear una mesa de diálogo entre el Gobierno de España y el de Cataluña”. “Como consecuencia de que existe un conflicto político que tenemos que resolver, les anuncio que vamos a crear una mesa de diálogo bilateral entre el Gobierno de España y el de la Generalitat de Cataluña, para debatir dentro del marco constitucional y vamos a poner fin a esta confrontación”.

23 de julio de 2019. “Responder al malestar social por la deriva soberanista reforzando el Estado del bienestar”. “La forma de responder a buena parte del malestar social que está detrás de la deriva soberanista de las fuerzas políticas catalanas, que ahora mismo están en el independentismo cuando previamente estaban en el nacionalismo catalán, es simple y llanamente reforzar el Estado del bienestar, acabar con la precariedad laboral, hablar de un proyecto de regeneración política, económica, social y moral para Cataluña y para el conjunto de España”.

4 de enero de 2020. “Los sentimientos de agravio son producto del abandono de la vía política para afrontar un conflicto político”. “Los sentimientos no pueden imponerse a la fuerza, la clave de la cohesión consiste en contabilizar sentimientos diversos bajo unas mismas reglas de respeto. Hoy existe en un sector amplio de la sociedad catalana un sentimiento de agravio respecto a las instituciones centrales, que no siente reconocida y respetada su personalidad. Existe otro sector igualmente amplio de la población catalana que se siente ignorado y tratado injustamente por las instituciones de su propia tierra. Y existe en otros puntos de España un rechazo a las acusaciones que vierten algunos líderes independentistas sobre la España constitucional, y yo me incluyo entre ellos. Y esos sentimientos pueden tener mayor o menor racionalidad, pero son innegables, existen. Y son el resultado de la incapacidad política y el abandono de la vía política para enfrentar un conflicto que es de naturaleza política”.

23 de julio de 2019. “Esto es un problema de convivencia, no una crisis entre Cataluña y el Estado español”. “En Cataluña hay muchas voces, hay muchos pueblos y hay mucha gente que quiere quedarse en España y que no quiere seguir la deriva soberanista en Cataluña, por tanto, el problema es de convivencia. No es un problema entre Cataluña y el Estado español (…) El problema en Cataluña es un problema de convivencia, no es un problema de independencia”.

4 de enero de 2020. “Esto es un conflicto político. Hay que dejar atrás la deriva judicial”. “Esto es una crisis heredada y que asumimos con toda lealtad constitucional para devolver a la política, un conflicto político, permitiendo con ello dejar atrás la deriva judicial que tanto daño ha causado a la ciudadanía catalana y española. Hay que retomar la vía política del diálogo, la negociación y el pacto, amparado lógicamente por nuestra Constitución. Llevamos demasiado tiempo acumulando agravios, en querellas muchas de ellas estériles que restan tiempo a asuntos que podrían proporcionarnos a todos mayor prosperidad y progreso”.

23 de julio de 2019. “Nos podrán encontrar dentro de la Constitución y del Estatuto de Autonomía”. “Y a nosotros nos podrá encontrar, señor Rufián, si dentro de la Constitución y dentro del Estatuto de Autonomía se pueden encontrar vías de solución a esa crisis en Cataluña. Pero la primera y principal premisa que ustedes tienen que poner encima de la mesa es, uno, acabar con la vía unilateral, acabar con estas manifestaciones que lo único que hacen es llenar de zozobra el debate público en Cataluña diciendo que lo volverían a hacer; y dos, sentarse en la mesa y ser conscientes de que lo que tenemos ahora mismo en Cataluña como problema es un problema de convivencia y no de independencia. El Gobierno de España defenderá el orden constitucional, la integridad territorial y la soberanía nacional. Empecemos a hablar, empecemos a dialogar, pero sobre unas bases comunes. Y esas bases comunes no las creamos ni usted ni yo ni Esquerra Republicana ni el Partido Socialista, son mucho más amplias. Se llama Constitución española y se llama Estatuto de Autonomía de Cataluña”.

4 de enero de 2020. “Abramos un diálogo honesto amparado por la seguridad que otorga nuestro marco legal”. “Todos sabemos que es necesario el diálogo, que debe partir del reconocimiento del otro, de la atención a sus razones, que no hay otra forma de resolver este conflicto, que no hay otra vía que a través de un diálogo que se desarrolle dentro de la ley. La ley por si sola tampoco basta y lo hemos visto. La ley da condiciones, el diálogo es el camino. Abramos un diálogo honesto amparado por la seguridad que otorga nuestro marco legal. Podemos comenzar a resolver el problema larvado durante más de una década con paciencia y constancia, con templanza y responsabilidad, con generosidad y empatía. La coalición progresista trabajará por eso”.

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