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Aznar: “Con los golpistas no se convive, se les derrota”

Mientras Rajoy protagoniza actos de campaña, su antecesor da charlas académicas. El PP teme que movilice a la izquierda

Natalia Junquera
El expresidente del Gobierno José María Aznar llega a la Universidad Francisco de Victoria para dar una charla sobre liderazgo.
El expresidente del Gobierno José María Aznar llega a la Universidad Francisco de Victoria para dar una charla sobre liderazgo.Diego Puerta (GTRES)

Mientras Mariano Rajoy ya ha participado en varios actos de campaña a petición de dirigentes territoriales del PP, José María Aznar está en un segundo plano. Su sucesor como líder del PP se dejó querer en un maratón de selfis y besos en Antequera y Toledo; Aznar se encerró este lunes en un aula “de liderazgo” —un “acto académico”, como él lo definió— en la Universidad Francisco de Victoria para opinar sobre el panorama internacional y nacional (menos). El PP, como ya hizo en las autonómicas, tras el batacazo de abril, prefiere recurrir ahora a Rajoy. Teme que su antecesor movilice a la izquierda.

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Fiel a su espíritu provocador, Aznar definió como “grandes líderes” al presidente ruso, Vladímir Putin, y al turco, Recep Tayyip Erdogan. “No tienen problemas de opinión pública porque al que tiene el problema le meten en la cárcel, pero son líderes. En el mundo nuestro, la situación es manifiestamente mejorable”, añadió entre risas. Sí dijo que se quedaba con Pablo Casado, aunque este lunes no fue tan entusiasta como el pasado enero, cuando lo definió como “un líder como un castillo”.

La conversación con el director de El Mundo, Francisco Rosell, aunque con muchas preguntas sobre el ámbito internacional, sobrevoló gran parte del tiempo sobre Cataluña. “Los dirigentes políticos tienden a sucumbir a las primeras de cambio ante cualquier presión. Han renunciado al ejercicio de sus responsabilidades y, cuando renuncias, vienen otros poderes y las ocupan. El juez quita, pone, hace y deshace. Pero los tribunales no están para determinar responsabilidades de tipo político”. Y añadió: “¿Qué tienen en común Barcelona y Hong Kong? Son revoluciones acéfalas y a través de smartphones. Eso es muy difícil de manejar, pero si el líder político cede o abdica ante las primeras revueltas, está absolutamente terminado”. Por todo esto, dijo, “cada uno debe ser responsable de su voto y decidir si quiere una situación política ingobernable o dirigentes que enfrenten el desafío”.

En la línea del discurso —cuestionado internamente— de Cayetana Álvarez de Toledo —que pidió perdón en nombre del PP por haber aceptado “el nacionalismo como animal de compañía”—, Aznar habló de la mayoría no independentista que podía haberse sentido “desamparada”. También presumió de que los momentos en los que el independentismo había estado más bajo fueron entre 1996 y 2003, cuando él gobernaba.

El expresidente puso a Winston Churchill y Abraham Lincoln como ejemplos de políticos que, al contrario que ahora, que “sobra cortoplacismo”, habían tomado decisiones difíciles. “Si Churchill llega a preguntar a los ingleses si querían combatir contra los alemanes, le habrían dicho que no, pero tuvo el buen sentido de no preguntar”, declaró. “Lincoln dijo que no aceptaba la división de Estados Unidos y lo afrontó con todas sus consecuencias: 300.000 muertos. Y salvó Estados Unidos. No digo que ahora se den las mismas circunstancias, pero si queremos salvar el orden constitucional en España no podemos convivir permanentemente con un golpe de Estado. Con los golpistas no se convive, se les derrota”, señaló.

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Aznar también opinó que las decisiones de Barack Obama y Donald Trump “no son muy distintas: las tendencias aislacionistas siempre han existido”.

El expresidente criticó el papel de Greta Thunberg, invitada a la cumbre del clima —“esa niña tiene que estar en el colegio”—, la “política espectáculo” y el “auge de los populismos”. “Unos más que otros, pero todos los partidos están contaminados y prometen cosas que no se pueden cumplir”. Aznar también se mostró preocupado por lo que definió como “el derrumbamiento del centro” en Europa: “Está produciendo una radicalización de la sociedad”.

Un estudiante preguntó qué decisión como presidente cambiaría. Aznar no entró al trapo. “No es probablemente esa que usted piensa”, dijo, sin señalar cuál. “Pero la más difícil fue irme. Siempre está la tentación de creerte que el mundo no puede girar sin ti”.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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