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La paisajista del Memorial a Lady Di diseña para Valencia un jardín de autor

La arquitecta norteamericana Kathryn Gustafson tapizará de verde con un millar de árboles y 85.000 plantas arbustivas el gran parque de la capital mediterránea

Cristina Vázquez
Trabajos en el Parque Central de Valencia.
Trabajos en el Parque Central de Valencia.MÒNICA TORRES

Los parques urbanos no son solo plantas, son cultura, actividad y sostenibilidad, defiende la arquitecta paisajista norteamericana Kathryn Gustafson (Yakima, Washington, 1951), líder del estudio Gustafson Porter+ Bowman que en 2011 ganó un concurso internacional para diseñar un parque de 23 hectáreas en pleno centro de Valencia. La autora del Memorial a la princesa Diana de Gales en Londres o del premiado Parque de la Cultura Westergasfabriek en Amsterdam, proyecta ahora en la capital mediterránea una especie de Central Park sobre lo que era el mar de vías férreas que ha partido la ciudad durante décadas. En 2018 se estrenarán las primeras 11 hectáreas del denominado Parque Central —23 hectáreas en total—, el resto tendrá que esperar al soterramiento completo del ferrocarril.

Trabajadores en el Parque Central de Valencia.
Trabajadores en el Parque Central de Valencia.MÒNICA TORRES

En mayo se inició la plantación de un millar de árboles —se han colocado ya un 60% del total—, y dentro de poco comenzará la siembra de 85.000 arbustos y plantas herbáceas, que son las que le darán el verde en unos meses. Cerca de 70 especies diferentes. Para cuando se abra esta fase del parque —en la primavera del año próximo—, todas las pantallas de cemento de la estructura estarán cubiertas de ciprés rastrero, jazmín, romero y otras plantas aromáticas, y las cercanas vías del ferrocarril quedarán camufladas por un muro vegetal en sintonía con la filosofía de la paisajista.

Un gran número de especies son autóctonas, —moreras, naranjos, almendros, caquis, palmeras, jacarandas, plataneras, pinos, encinas o cultivos típicos de huerta— pero se han traído ejemplares de Cataluña, Italia, Holanda, Japón, China o Indonesia. Son árboles maduros, de gran calibre y entre cuatro y ocho metros de altura pero a vista de pájaro sigue predominando el color terroso. Otra zona será poblada con árboles y arbustos de mucha flor, muy coloridos y habrá plantas acuáticas, pues el agua es el hilo conductor del proyecto. La primera fase es la porción de parque más urbana —con más construcciones debido a unas naves rehabilitadas que se convertirán en dotaciones públicas para los vecinos—. En la plaza central, una fuente con una lámina de agua de poca profundidad y que podrá pisarse permitirá a los visitantes jugar con los chorros de agua.

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Una de las singularidades del parque, una hectárea más grande que otro de los espacios en los que ha colaborado la paisajista norteamericana, el Millennium Park de Chicago, es que su mantenimiento no sea excesivamente caro. Gustafson, que paseó a solas la ciudad y su huerta para inspirarse, lo quiere sostenible. Y eso significa que se han instalado placas fotovoltaicas en los techos de los edificios para producir energía y se ha diseñado un sistema para recoger, filtrar y reutilizar el agua de la lluvia, para consumir la menos posible. Aunque el agua está muy presente en toda la superficie, el objetivo es recoger a través de los 28 pozos construidos el agua de lluvia —también la de las escorrentías— para alimentar lagos y canales.

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El parque de Gustafson, que ganó el proyecto en alianza con las ingenierías Borgos Pieper, Nova Ingenieria y Grupotec, se divide en seis cuencos o boles, cada uno con un contenido diferente. Dentro hay diseñado desde un anfiteatro al aire libre, un área de exposición de plantas y árboles mediterráneos, varias plazas, el jardín de los perfumes, de los niños y una extensión dedicada monográficamente a la huerta valenciana.

La ejecución de las 23 hectáreas de parque dependen de que se complete con éxito el soterramiento del ferrocarril en la capital, un proyecto que la crisis segó de cuajo y que ha estado paralizado durante años. El Ministerio de Fomento, con la llegada de Íñigo de la Serna, ha retomado el proyecto y la sociedad pública Valencia Parque Central —donde también están el Gobierno valenciano y el Ayuntamiento de Valencia—,  ve garantizada la financiación. El parque en su totalidad costará 73 millones de euros pero las obras ferroviarias que deben de liberar los terrenos superan los 2.000 millones de euros, ha explicado el director general de la sociedad, Salvador Martínez Císcar.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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