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La política GIF

Gracias a esta nueva sintaxis icónica, se vuelve al principio, a lo esencial. El pictograma sustituye a la argumentación

Antoni Gutiérrez-Rubí
Mariano Rajoy consulta su teléfono móvil en la Pascua Militar en el interior del Palacio Real de Madrid, el pasado enero.
Mariano Rajoy consulta su teléfono móvil en la Pascua Militar en el interior del Palacio Real de Madrid, el pasado enero.SAMUEL SANCHEZ

Se cumplen 30 años del nacimiento del formato GIF (Graphics Interchange Format). El ingeniero Steve Wilhite y la compañía CompuServe fueron los creadores del primer GIF: un avión volando con un fondo de nubes en movimiento que creaba la percepción de movimiento y velocidad. Tres décadas después, los GIF son un icono de Internet, popularizados por la mensajería digital, las redes sociales y los formatos virales como los memes.

Más allá del intenso uso que tienen los GIF en la comunicación política, cabe preguntarse por su magnetismo. Así como si parte de la política que conocemos, y ha protagonizado la vida pública reciente, quizá no hubiera entrado en modo GIF: moviéndose sin ir a ningún lado. Pura apariencia y percepción. Estas serían las razones por las que los GIF son tan populares y por las que, formal o conceptualmente, han colonizado buena parte de la comunicación política.

Corremos el riesgo también de que la política pase de usar los GIF a ser una política GIF: atrapada en bucle, descontextualizada, absurda, frívola y reducida a simples señales. Riesgos y oportunidades

1. El bucle. El magnetismo de la imagen sin fin, del movimiento perpetuo, es muy seductor. M.C. Escher experimentó sobre las figuras imposibles y los mundos imaginarios a través de la representación infinita y paradójica. El bucle es tan atractivo como espejismo que supera la mejor de las realidades. Los GIF no se cansan, no se acaban, no se desaniman. Como los bucles. ¿Por qué no podemos dejar de ver, por ejemplo, el hámster en su rueda? La fascinación por el infinito absurdo es embriagadora. Atrapados en un movimiento sin escapatoria, sin descanso, sin destino. En este sentido, la repetición constante del GIF ofrece nuevas interpretaciones, aunque —en realidad— no haya variaciones. La reiteración es nueva información.

2. La descontextualización. La mayoría de los GIF son microhistorias desgajadas de una secuencia más larga y, en muchos casos, con otro contexto y narrativa. El GIF descontextualizado se convierte así en un comodín comunicativo, en una pieza multiusos y de múltiples interpretaciones. Es una nueva reasignación de valor. Esta capacidad para manipular el fragmento de la secuencia y reutilizarlo para narrativas nuevas es muy atractiva. Hay captura y juego.

3. Lo absurdo. La filosofía del absurdo establece que los esfuerzos realizados por el ser humano para encontrar el significado absoluto y predeterminado dentro del universo fracasarán siempre. Albert Camus teorizó sobre ello en El mito de Sísifo, una de sus obras filosóficas más relevantes y que significó su evolución respecto del movimiento existencialista. Camus escribió que «cualquier hombre, a la vuelta de cualquier esquina, puede experimentar la sensación del absurdo, porque todo es absurdo», pero a la vez su mirada no era paralizante ni claudicante, sino iniciática: «La comprensión de que la vida es absurda no puede ser un fin, sino un comienzo». Lo absurdo nos rodea en la vida cotidiana. A unas personas las paraliza y doblega. A otras, las rebela. Los GIF se enraízan en esta cotidianidad vital.

4. El humor. La irreverencia, la sorpresa y la audacia de los GIF son muy estimulantes. En la mayoría de los casos, el fragmento permite el desafío y la burla, utilizando las imágenes como código. Lo bufo como resistencia y revuelta. Reírnos del poder, de los poderosos, como parte de una oposición que hace del sarcasmo una energía movilizadora. La frivolidad es ambivalente: puede ser sutil o superficial.

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5. El código. Una nueva sintaxis icónica, que abarca los emojis, los memes y los GIF, permite una comunicación sincopada, donde los ideogramas sustituyen a las letras y las palabras; donde las imágenes son microhistorias en sí mismas, con capacidad para ser ordenadas de manera secuencial como oraciones visuales. Escribir con imágenes. Volvemos al principio, a lo esencial. El pictograma sustituye a la argumentación. Un mundo de señales y códigos, de interpretaciones múltiples, por decodificar, que abren nuevos lenguajes y semánticas.

Los GIF han cumplido treinta años y de nuevo se ha convertido en un fenómeno de masas; las redes los incorporan y mueven una industria valorada en cientos de millones de dólares que incluye hasta la difusión científica, y que no para de innovar. Los GIF han hegemonizado, en parte, la comunicación interpersonal. Impactando, también, en la comunicación política y en la política misma. Aunque corremos el riesgo de que la política pase de usar los GIF a ser una política GIF: atrapada en bucle, descontextualizada, absurda, frívola y reducida a simples señales. Riesgos y oportunidades.

@antonigr | www.gutierrez-rubi.es

TWITTER Y SU EXTENSA BIBLIOTECA DE GIFS ANIMADOS

La red social permite desde febrero de 2016 adjuntar GIF animados a los tuits y mensajes directos gracias a un nuevo buscador por palabras clave y también temático. En 2015 los usuarios de Twitter compartieron más de 100 millones de archivos GIF, esas animaciones en bucle que, a modo de tendencia, han regresado desde la prehistoria de las páginas web. La red social anunció un nuevo servicio de búsqueda de estas imágenes para incorporarlas directamente a los tuits o a los mensajes directos entre dos o más usuarios.

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