Rajoy rebate a Aznar: “El balance, al final”
El presidente, ante su mentor: “Nadie podrá decir que no hacemos reformas de calado” El expresidente reclama bajar impuestos y su sucesor responde que se estudiará su propuesta
Esperó un mes y medio, fiel a su costumbre de dejar madurar las cosas, pero al final llegó la respuesta política de Mariano Rajoy al ataque de su mentor, José María Aznar. Y lo hizo en el lugar más simbólico: sentado a su lado, en la clausura del Campus FAES, la fundación del PP que dirige el expresidente. Rajoy fue claro a su manera. Si Aznar le había criticado por no hacer las reformas necesarias, él enumeró todas las últimas aprobadas y le lanzó al final un mensaje rotundo: “Nos quedan dos años y medio de Gobierno. Los balances se hacen al final. No se puede hacer un balance al principio porque eso no es justo y no conduce a nada”.
Aznar aplaudió discretamente, se mantuvieron las formas y la ficción de que todo está bien. Pero los dirigentes presentes entendieron el mensaje de Rajoy. Le estaba diciendo a su mentor que metió la pata en la entrevista en Antena 3, que se precipitó. Que él tiene derecho a gobernar a su manera estos cuatro años y que después se le evalúe.
Rajoy habló mucho más claro de lo habitual con un mensaje también para los votantes y militantes que estén de acuerdo con la crítica de Aznar de que el Gobierno está perdiendo el tiempo, esa “oportunidad única” de hacer reformas duras ahora que la gente está dispuesta a aceptarlas de la que habla el expresidente.
“Tenemos mayoría suficiente en las Cámaras, otros no la tienen. Tenemos un mandato claro. A muchos españoles no les gustan algunas de las decisiones que hemos tomado. Y tampoco les gusta que no hayamos tomado otras. Lo sabemos, lo entendemos, la gente quiere que las decisiones se tomen con celeridad, aunque hay que adaptarse a la realidad. Pero nadie podrá decir que el Gobierno no haya tomado decisiones, que no haya planteado reformas de gran calado”, dijo Rajoy.
Este discurso del presidente llegó después de que enumerara ante Aznar, en una especie de justificación ante quien le eligió como sucesor en 2003, que apenas le miraba, la lista de reformas recientes: “Solo en el ultimo mes el Consejo de Ministros ha aprobado entre otras, y digo entre otras”, presumió. “La ley de educación, la de emprendedores, la reforma de la Administración, la autoridad fiscal independiente, la ley de unidad de mercado, la de morosidad, las soluciones para Ayuntamientos y universidades con problemas financieros, y la creación de la comisión de expertos para reforma sistema tributario. Esto y más en el ultimo mes”, insistió el presidente en una especie de papel de alumno en una evaluación demostrando que ha cumplido.
El presidente también prometió ante Aznar más reformas clave en las próximas semanas, y apuntó, en su estilo ambiguo, algo que hasta ahora había descartado rotundamente: la posibilidad de una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral, tal como le pide la patronal y Bruselas.
“En breve vamos a aprobar la reforma energética, la racionalización de la Administración local, la ley de telecomunicaciones, la reforma de las pensiones, y haremos un informe de evaluación de la reforma laboral que puede llevar o no a decisiones”, dijo.
Rajoy también tiró de optimismo: “Aún no podemos decir que España va bien”, dijo recordando la frase de Aznar. “Pero España va mejor. Estamos en la cuenta atrás de la recuperación”.
Uno de los puntos clave de las críticas de Aznar y de otros dirigentes como Esperanza Aguirre son los impuestos. El expresidente ha presentado una reforma fiscal en la que plantea una gran bajada de varios impuestos pero sobre todo del IRPF, con un tipo máximo del 40% (Rajoy lo ha subido hasta el 52%). En el Gobierno ha habido y hay una dura batalla entre Cristóbal Montoro, que insiste en que no hay margen para bajar el IRPF antes de 2015 —año electoral— y Luis de Guindos que aún ve espacio. Rajoy ha resuelto de momento a favor de Montoro.
El presidente ha optado por ganar tiempo en el debate de los impuestos y ha creado una comisión de expertos que tiene un plazo larguísimo para plantear una reforma: ocho meses, hasta marzo de 2015. Aznar, con un discurso de perfil bajo, reivindicó la propuesta de reforma fiscal de FAES y dijo que espera que el Gobierno la tenga en cuenta porque ayudaría al crecimiento. Rajoy se quitó de encima el problema como si no fuera con él: “He recibido la propuesta de FAES. Estoy convencido de que la comisión de expertos atenderá a sus planteamientos”. Esto es, son otros los que contestarán a Aznar en este asunto. Él le respondió en lo que quería: le recriminó a su manera sus quejas prematuras y le avisó: el que gobierna soy yo.
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