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El Gobierno protege al Rey ante la preocupación por el ‘caso Urdangarin’

La vicepresidenta defiende su trabajo “por la estabilidad y la democracia”

Carlos E. Cué

En un momento especialmente delicado desde el punto de vista económico, con la valoración del Gobierno y de la oposición bajo mínimos y una creciente tensión social, el Ejecutivo está preocupado por la ola de descrédito que también está afectando a la Jefatura del Estado. El caso Urdangarin y la estrategia del socio del duque de Palma, Diego Torres, de intentar implicar al propio don Juan Carlos con una serie de correos electrónicos han disparado las alarmas en La Moncloa y en los despachos de los ministerios. Allí se leen con detalle los autos judiciales y se siguen los avatares del caso, que mañana tendrá otro momento culminante y de enorme repercusión mediática con la declaración de Iñaki Urdangarin ante el juez del caso Nóos, José Castro. El duque viaja a primera hora de Barcelona a Palma sin su esposa y no se alojará en el Palacio de Marivent, residencia de verano de la familia real.

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Varios miembros del Ejecutivo coinciden en que su preocupación está muy extendida, y más después de que ayer la Casa del Rey se viera obligada a desmentir que don Juan Carlos esté pensando en abdicar, algo que le pidió públicamente esta semana el líder del PSC, Pere Navarro.

El Gobierno ha decidido hacer lo único que de momento cree que está en su mano para ayudar al Rey y tratar de garantizar la estabilidad institucional: defenderle en el lugar de máxima relevancia política: la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.

Hasta tres veces ha lanzado este mediodía la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ante otras tantas preguntas, mensajes de apoyo y respeto a la Corona y en especial a don Juan Carlos. La palabra clave para el Gobierno es “estabilidad”. Esa es la que cree que garantiza el Rey, y por eso se esfuerza en proteger su figura en un momento de profunda crisis económica y política, con graves escándalos encima de la mesa y una desconfianza ciudadana creciente hacia las instituciones.

Sáenz de Santamaría ha arrancado su intervención apelando a las declaraciones de un portavoz de La Zarzuela en las que descartaba esa abdicación, para despejar la idea de inestabilidad.

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“El Rey no va a abdicar”, ha remachado este portavoz. “En ningún momento se ha planteado tal cosa”. Según la Casa del Rey, siguen vigentes las declaraciones del Monarca en la conversación que tuvo con el periodista Jesús Hermida el 4 de enero en TVE: “Me encuentro en buena forma y con ilusión para seguir”, informa Natalia Junquera.

Rematada esa idea, Sáenz de Santamaría se ha concentrado en defender la utilidad de la monarquía y su papel. “Quiero poner en valor la estabilidad política que la Casa del Rey y Su Majestad han prestado a España en una tarea que, sin perjuicio de los avatares que todos tenemos a lo largo de nuestra vida, ha sido y está siendo muy esforzada. Creo que tenemos que reconocer su esfuerzo como árbitro y moderador de las instituciones y sus esfuerzos en la búsqueda de consensos”, ha dicho en tono muy serio la vicepresidenta.

Dentro de esa idea de la estabilidad, Santamaría también ha descartado que sea ahora buen momento para desarrollar el título II de la Constitución con una ley de la Corona. Muchos asuntos quedaron pendientes de esa ley, por ejemplo el papel del Príncipe heredero, su posición institucional, o cómo se haría una abdicación. En el Ejecutivo y en el PSOE en privado admiten esa carencia, pero el Gobierno cree que con el caso Urdangarin en ebullición no es momento de tocar cuestiones sensibles y hay que esperar a que se despeje el horizonte. Preguntada expresamente por esa ley, la vicepresidenta ha contestado: “Quiero recordar lo que el Rey ha supuesto a lo largo de todos estos años para la estabilidad de nuestro país y la consolidación de la democracia, y sigue trabajando para eso. Vayamos por partes a la hora de los desarrollos legislativos que están ahí desde hace mucho tiempo”.

También ha descartado la vicepresidenta que se incluya a la Casa del Rey en la Ley de Transparencia. Dijo que las Administraciones que contraten con ella sí harán públicos esos contratos, pero que es el propio Rey quien tiene que promover decisiones de transparencia de sus cuentas, como sucede, dijo, en otras casas reales.

En privado, el Gobierno también trabaja para intentar minimizar esta crisis. En las últimas semanas se han producido varios movimientos para reforzar la imagen del Príncipe. El más significativo fue el acto de la inauguración del AVE a Girona, con Mariano Rajoy y Artur Mas. El presidente y sus ministros no pierden ocasión, en especial en sus viajes fuera de España, en destacar la labor del Rey para ayudar a las empresas españolas a cerrar grandes contratos internacionales.

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