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Los ciudadanos toman la calle contra la reforma, la corrupción y los recortes

Cientos de miles de personas se manifiestan en 57 ciudades de toda España En Valencia se gritó "¡culpable!" delante del Tribunal donde Camps fue absuelto

Carme Chacón, en la protesta contra la reforma laboral en Barcelona.
Carme Chacón, en la protesta contra la reforma laboral en Barcelona.EFE

Los sindicatos mayoritarios libraron ayer el primer pulso en la calle con el Gobierno de Mariano Rajoy. Y lo supieron aguantar al lograr que cientos de miles de ciudadanos respondieran a su llamamiento de tomar el centro de las principales ciudades para protestar contra la reforma laboral. Las manifestaciones más concurridas fueron las de Madrid y Barcelona, pero también fueron multitudinarias las marchas de Valencia, Zaragoza, Gijón, Sevilla o Alicante. Las discrepancias de cifras entre los organizadores y la policía volvieron a ser enormes, con diferencias de hasta diez veces. Más allá de lanzar consignas contra la reforma laboral, los ciudadanos expresaron su malestar por muchos otros asuntos, desde proclamas contra los recortes de los servicios públicos hasta cánticos contra la corrupción.

El rechazo a la política laboral del Gobierno sacó en Madrid a más de 100.000 personas (los sindicatos estimaron que acudieron 500.000 y la policía, 50.000). La protesta reunió, entre otros muchos colectivos, a trabajadores inmersos en conflictos como el de Arcelor, profesores y médicos contrarios a la política de recortes de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, o indignados ligados al Movimiento 15-M, que quisieron dejar claro que estaban ahí para protestar contra todo el sistema, incluidos los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO. Mientras la cabecera subía por la calle Alcalá en dirección a la Puerta del Sol, un grupo minoritario se desvió por la Gran Vía, lo que provocó un conato de enfrentamiento con la Policía Nacional.

Los sindicatos lograron llenar casi de arriba abajo el paseo de Gràcia de Barcelona con más de 100.000 personas (400.000 según los organizadores y 30.000, de acuerdo a la Generalitat). A la protesta acudieron trabajadores del sector público que protestaban también por los recortes sanitarios y educativos, los partidos de izquierdas y activistas del 15-M. Entre el griterío que animaba la marcha, algunos reclamaban la convocatoria de una huelga general. Además de los representantes de UGT y CC OO, en la cabecera se ubicaron los trabajadores de Fercable, la primera empresa catalana que ha presentado un expediente de regulación de empleo acogiéndose a la reforma.

En Valencia, los cánticos contra la reforma laboral se mezclaron con los que denunciaban las cargas policiales de los últimos días contra los estudiantes que protestaron por los recortes y los lemas contra la corrupción. Los sindicatos estimaron que más de 100.000 personas acudieron a la marcha, aunque la Policía Nacional redujo la cifra a 25.000. Cuando la manifestación pasó frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia, donde Camps fue absuelto en el caso de los trajes de la trama Gürtel, los manifestantes empezaron a gritar: “¡Culpable, culpable!”. En Alicante se manifestaron 40.000 personas, mientras que en Castellón la protesta congregó a unas 35.000.

En Sevilla, que acogía el congreso del PP, salieron a la calle más de 50.000 manifestantes —que la policía redujo a 5.000—; en Málaga, 30.000, y en Córdoba y Granada, 20.000. En total, las ocho capitales andaluzas movilizaron en torno a 150.000 personas, según los organizadores. Ni la intensa lluvia ni el desmarque del sindicalismo abertzale evitaron que la primera gran manifestación organizada contra el Ejecutivo de Rajoy en Bilbao se convirtiera también en la más multitudinaria de las que han celebrado UGT y CC OO en el País Vasco en los últimos años. Cientos de personas secundaron también las protestas de Vitoria y San Sebastián bajo una reivindicación unánime de “huelga general”.

En Galicia, 140.000 personas según los sindicatos protestaron contra la reforma laboral. En torno a 20.000 ciudadanos marcharon por las calles de Vigo y otros tantos lo hicieron en A Coruña, a pesar de que la Confederación Intersindical Gallega decidió no sumarse a la convocatoria al haber emplazado a los gallegos a una huelga general el 29 de marzo.

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Información elaborada por Luis Doncel, Joaquín Ferrandis, Cristina Huete, Javier Martín-Arroyo, Unai Morán y Lluís Pellicer.

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