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Los candidatos coinciden contra 'Merkozy'

Máxima preocupación por los planes de la Europa a dos velocidades Hasta Rajoy critica sin citarlos a sus socios Fuera de los focos, el PP prepara ya sus recortes

Carlos E. Cué

La campaña vive en una especie de burbuja de ficción. A su alrededor, el mundo se desploma, y hasta la gran Italia está a punto de caer. Pero dentro de los mítines del PP, se habla de otras cosas. Hasta ayer. Al fin llegó el baño de realidad. Al margen de los mensajes de campaña, la preocupación es máxima en los cuarteles generales del PSOE y el PP. Y hasta Mariano Rajoy, siempre reticente a mover su rumbo deliberadamente anodino, se vio obligado a girar.

Lo hizo nada menos que para criticar, aunque sin citarlos, a Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, sus socios del PPE, antes referentes para casi todo lo que hacía y decía Rajoy, ahora situados frente a los intereses de España. “Seguimos apostando por una Europa fuerte tal y como está diseñada en estos momentos”, dijo en una clara respuesta a la intención de Merkel y Sarkozy —Merkozy, les apodaron los medios— de promover una Europa a dos velocidades.

El líder del PP no ha buscado esta vez una foto con sus socios como en 2008

De forma llamativa, en esta idea coincidió el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Él sí lleva varios días incluyendo en sus mítines reflexiones sobre Europa, y en especial sobre el desastre que está provocando la política de austeridad sin fin que está ahogando la economía de varios países. Ayer se lanzó en Ibiza contra los especuladores: “Europa está en una situación muy complicada por culpa de unos tipos que especulan con su ordenador. Cuando en un país han cambiado la izquierda por la derecha, las cosas les han ido a peor. Y así ha pasado en Portugal y en Reino Unido”.

Pero además se unió al rechazo al plan de la Europa a dos velocidades. En Antena 3, dijo que Sarkozy, pero en especial Merkel, tiene que implicarse para resolver el problema de Italia. “Alemania, con la crisis italiana, se está financiando prácticamente gratis. Eso puede ser bueno para ellos unos meses. Pero si la señora Merkel piensa que los problemas de Italia no son sus problemas se equivoca. Tiene que implicarse para resolverlos”. También insistió en que España está “fuera de toda posibilidad de rescate” y reivindicó que gracias a las medidas del Gobierno se ha evitado estar como están los italianos. La caída de Italia, un país gobernado por un socio de Rajoy, alienta el argumento del PSOE de que un cambio a la derecha no garantiza una salida de la crisis.

Incluso el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, entró al asunto. Dijo en Elche que había llamado a Merkel y que ella le dijo que es “firme defensora del euro”. Merkel quiere “una Unión económica y monetaria en la que todos vayamos a la misma velocidad”, explicó.

Zapatero llama a Merkel y ella asegura que no quiere dos velocidades
Rajoy, en Tenerife.
Rajoy, en Tenerife.CRISTÓBAL GARCÍA (EFE)

Rajoy ya había iniciado un distanciamiento con sus socios al criticar con dureza el pacto para recapitalizar los bancos alcanzado en la última cumbre y promovido por Merkel y Sarkozy. Claro que no les criticó a ellos, sino al Gobierno español por no negociar bien. En las últimas elecciones, en 2008, el equipo de Rajoy le preparó poco antes de empezar la campaña una foto con Sarkozy y Merkel en una reunión del PPE en París. Esta vez no han hecho nada parecido. De hecho, Rajoy, que insiste en que la clave de todo es Europa, no ha viajado casi nada antes de las elecciones, solo a Portugal. Ni siquiera fue a la última cena del PPE previa a la cumbre cuyo resultado tanto criticó. En estos días, pese a la enorme preocupación que hay en su equipo, no ha hecho ninguna llamada especial ni a Merkel ni a Sarkozy, según su entorno.

Al margen de los mensajes de campaña, la cabeza de los dos candidatos parece estar mucho más pendiente de lo que sucede fuera. Rubalcaba, que ni en la peor de sus pesadillas imaginó tener que hacer mítines en medio de la mayor tormenta financiera en muchos meses, con Grecia a punto de estallar e Italia al borde del rescate, decidió arriesgar y proponer que se retrasen dos años los compromisos de cumplimiento del déficit. Lo hizo durante el debate, y Rajoy, que iba con su guion absolutamente marcado —por eso leía tanto— ni siquiera le contestó. Lo hicieron después personas de su entorno, como su amigo el eurodiputado José Manuel García Margallo, que lo calificó de “disparate”. Ayer, en Antena 3, Rubalcaba aseguró que su planteamiento es el mismo de todos los socialistas europeos, también alemanes y franceses.

Rajoy asegura que cumplirá el objetivo de déficit del 4,4%. Pero lo que no cuenta es que eso, según los cálculos del PP, implica un recorte de gastos de 36.000 millones de euros. Mucho más de los 10.000 millones que recortó Zapatero en 2010 y que le costaron su carrera política y su imagen tal vez para siempre.

Rajoy trata de evitar que el debate se centre en los 36.000 millones de recorte

Rubalcaba intentó sin éxito en el debate, y sigue haciéndolo cada día, que el PP aclare sus planes para ese recorte brutal. Rajoy dice que intentará aumentar ingresos sin subir impuestos, pero nadie en el PP asume en privado que eso sea realista. La influyente agencia Reuters hacía ayer un análisis para sus abonados en el que explicaba que los planes de austeridad de Rajoy llevarán con toda probabilidad a España a una nueva recesión y más paro, al menos al principio.

Si se corta la inversión pública —mínimo 10.000 millones menos, según los cálculos del PP— y se eliminan empleos públicos, el paro aumentará en un primer momento. Nadie niega eso en el PP, en privado, aunque todos insisten en que después del primer bajón, España volverá a crecer. El propio Margallo lo resume así: “A los enfermos de cáncer, la quimioterapia les hace mucho daño en un primer momento, pero a medio plazo les cura”.

En este panorama, Rubalcaba insiste en que solo se puede evitar subiendo los impuestos a los que más tienen para crear empleo con dinero público, como explicó anoche en Antena 3. Pero Rajoy trata de dejar pasar los días y evitar que el debate se centre en esos 36.000 millones de recorte.

Rubalcaba asegura que la izquierda europea defiende retrasar el déficit

En público, todo el mundo descarta el incumplimiento del 4,4%. El propio Margallo asegura que es posible y que el líder del PP lo haga sin subir impuestos. “Europa vive un momento de convulsión. Yo garantizo que, si consigo la confianza de los españoles, seremos un Gobierno serio que cumplirá sus compromisos con el déficit público”, sentenció ayer el líder del PP. “Rajoy tiene que jurar por sus hijos cada día que va a cumplir eso si no quiere que el diferencial se dispare”, analiza un dirigente del área económica.

Sin embargo, en privado algunos dirigentes sí señalan que Rajoy tendrá muchas dificultades para recortar tanto. De hecho, la Unión Europea calculaba ayer que España no podrá cumplir con el recorte del déficit previsto en 2012. Tampoco en 2011. Algunos creen que sin decirlo en público, en privado sí esperará que Europa gire hacia unos planteamientos más flexibles. En cualquier caso, todo este debate interno y los análisis se producen en privado. Porque en público, a pesar de que es el asunto que realmente ocupa su cabeza, Rajoy no dice nada de todo esto.

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