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Rajoy pide al Gobierno que hable "a calzón quitado" con las autonomías

El líder del PP pospone el Congreso del partido y habla de una convención programática en otoño: "No es tiempo de líos internos"

Carlos E. Cué

Mariano Rajoy sigue sin citar expresamente a sus comunidades como algunas de las que más problemas financieros tienen, pero ha pedido al Gobierno que asuma esa responsabilidad de afrontar el déficit con las autonomías. Rajoy, que ha dicho que está "muy preocupado" por la bajada en la recaudación de impuestos de los primeros meses de 2011 -aun así, el PP rechaza cualquier subida de impuestos- ha asegurado que su partido va a ser leal y "va a contribuir desde las instituciones a reducir el déficit publico".

"Pero la responsabilidad más importante le compete al Gobierno de la nación, que debe convocar un consejo de política fiscal y financiera para hacer planes actualizados, para cumplir lo que nos pide Europa. El Gobierno debe hablar con las comunidades y trabajar todos juntos, se puede cumplir el objetivo si todos somos leales y si el Gobierno habla a calzón quitado con las comunidades. El PP está ahí porque es lo que necesita España y nos demandan los españoles", remató ante un gran aplauso.

En la sala no estaba Francisco Camps, por ejemplo, que tiene la deuda mayor de todas las autonomías y una de las situaciones financieras más complicadas. Rajoy no hizo mención a eso ni al hecho de que las comunidades del PP sean las que más han gastado en los primeros meses del año, hasta cuatro veces más, y como el líder del PP ha vuelto a la tradición del discurso cerrado que los periodistas siguen por televisión sin posibilidad de preguntar, no se le ha podido plantear ese dilema. Lo mismo con Dolores de Cospedal, que en su intervención no ha hecho mención a las denuncias de su número dos en Castilla-La Mancha, Vicente Tirado, sobre la supuesta "quiebra total" de las cuentas autonómicas.

Por otra parte, Rajoy ha confirmado que no habrá congreso en 2011, esto es, que el partido volverá a saltarse, como hizo en 2008, lo que plantean los estatutos, un congreso cada tres años. "Correspondía celebrar congreso nacional y todos los locales y provinciales este año. No parece razonable celebrarlo en este momento. He hablado con todos los dirigentes regionales. Entrar ahora en líos internos nadie lo entendería con la que está cayendo. Haremos una convención programática en otoño". Esto es, Rajoy montará un gran acto para lanzar su programa, pero sin cambios internos, a pesar de que buena parte del partido quería que Dolores de Cospedal dejara de compatibilizar el cargo de secretaria general ahora que va a ser presidenta autonómica. Rajoy hace así una nueva exhibición de poder interno.

El asunto del retraso del Congreso es recurrente en la historia de Rajoy. Le tocaba hacerlo en 2007, antes de las últimas generales, y de nuevo consultó con los barones -es muy difícil llevarle la contraria en directo a un presidente nacional del PP en un partido con una larga tradición piramidal y sin apenas debate en los órganos-. Todos le dijeron que podía retrasarlo, y el líder lo hizo. En el Congreso de Valencia, en 2008, este fue un asunto de debate muy importante. Los críticos acusaban a Rajoy de aprovechar el aparato del partido para impedir que hubiera otro candidato, en ese momento se hablaba de Esperanza Aguirre o Juan Costa. El aparato empezó a recoger miles de avales para Rajoy. Entonces hubo un gran debate sobre la ausencia de democracia interna del PP.

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Tan lejos llegó esa queja que Rajoy prometió cambiar algunas cosas. Cambió los estatutos para permitir un proceso de primarias en el PP -aunque con unas exigencias que hacen casi imposible que salga otro candidato- y sobre todo prometió que habría congreso en 2011 para confirmarle a él antes de las elecciones. Lo dijo muchas veces, durante el congreso y en entrevistas con los medios de comunicación que le preguntaban por un asunto entonces en el primer plano. Pero pasaron los años, el PP fue saliendo del agujero y ganando las elecciones. El tiempo, como le gusta a Rajoy, fue despejando las cosas y jugando a favor del líder del PP. Así que ahora, después del éxito incontestable del 22 de mayo, Rajoy está internamente más fuerte que nunca y nadie tiene capacidad para rechistar ante su decisión, de nuevo, de retrasar el Congreso.

Rajoy ha sido muy duro también sobre la situación del PSOE, y ha vuelto a pedir un adelanto electoral. "El Gobierno está ocupado del PP y todo en su actuación es tacticismo, lucha y posicionamiento interno, y eso es muy grave dada la situación. La agenda del Gobierno se ha entregado a los intereses tácticos de un candidato. La situación hace necesario un cambio de rumbo. La reforma laboral ha sido un fiasco, porque el gobierno no ha hecho una propuesta y no ha liderado. La reestructuración de cajas de ahorro va muy lenta, el crédito va a peor. Un gobierno con bicefalía solo va a hacer que las cosas se pongan peor. Ya pedimos elecciones en julio 2010, y las cosas han ido a peor. El gobierno ha dado prioridad a la resolución de sus problemas internos y partidistas sobre los intereses de los españoles", remató en medio de un gran aplauso. Nadie pidió la palabra, algo que se está convirtiendo en la norma del PP, donde solo Manuel Fraga, que últimamente no asiste a las reuniones, pedía siempre la palabra para hablar de asunto de fondo o analizar problemas del PP como su escasa implantación en el voto femenino.

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