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El talento centroamericano espera un empujón

Un encuentro de BID Lab aborda la necesidad de apoyar financieramente a negocios emergentes en Centroamérica, donde los inversores todavía no han puesto tanta atención como en el resto de la región y tiene una base emprendedora aún por explorar

Centroamérica
B1mbo (Wikimedia Commons)

“Centroamérica es un mercado muy pequeño”. Esa es la respuesta que reciben los emprendedores cada vez que acuden en la búsqueda de capital para arrancar o expandir una startup en esta región de más de 61 millones de habitantes. “En la segunda ronda con inversionistas nos preguntaban, pero ¿qué van a ir a hacer allá?”, recordó Florence Frech, una de las fundadoras de la aplicación Leal, en el encuentro de esta semana con el que el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo, BID Lab, visibiliza el potencial centroamericano.

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“La manera más contundente de demostrar a los inversionistas el por qué invertir en Centroamérica es mostrarles los números”, explicó la emprendedora salvadoreña quien hace cuatro años creó esta aplicación para fidelizar clientes con marcas en Colombia. Según cálculos de Frech, apenas seis meses antes de la pandemia llevó su empresa a El Salvador, Panamá y Guatemala, países que ahora representan el 40% del total de sus ingresos. “Cuando Centroamérica se ve como un todo, la oportunidad es enorme”, remarcó.

Pese a que el año pasado fue uno de los más difíciles para las economías latinoamericanas, las empresas emergentes movilizaron un financiamiento de 4.100 millones de dólares, un 10% por debajo de la cifra del año anterior, de acuerdo con la Asociación Latinoamericana de Capital Privado y Capital Riesgo. “Estos datos son señales positivas de un ecosistema resiliente y con grandes posibilidades de crecer”, aseguró Reina Irene Mejía, vicepresidenta ejecutiva del Grupo BID durante el foro.

Sin embargo, el ecosistema emprendedor de Latinoamérica no es igual para Centroamérica. “Estamos en un momento en el que vemos estas historias de crecimiento, pero al mismo tiempo vemos que hay una brecha en cuanto al acceso al capital que permita acelerar este crecimiento”, indicó Irene Arias, quien dirige BID Lab. Según precisó la experta, en 2019, apenas el 1,3% de los 4.600 millones de dólares que se destinaron a startups latinoamericanas fueron en países ajenos a Brasil, México, Chile, Colombia y Argentina. “Tenemos la tarea pendiente de descentralizar y conseguir que todos los países de la región vean este crecimiento”, añadió.

Para descentralizar el capital emprendedor, todavía Centroamérica debe superar retos que varían entre sus siete países. “Nuestra geografía presenta barreras con grandes variaciones entre Guatemala, Costa Rica y Honduras”, comentó Daniel Granada, socio de Pomona Impact. “Los retos macroeconómicos, políticos y de inestabilidad limitan la atracción de capital”. Este fondo de inversión de impacto concentrará el 80% de sus inversiones en la región enfocado en tres sectores: agroprocesamiento, servicios básicos y economía digital. “Son temas muy importantes para ayudar a que nuestros ciudadanos tengan la seguridad de quedarse en nuestros países y poder crecer acá”.

Nosotros sabíamos que teníamos un buen producto y queríamos enseñarle al mundo que en la región podemos hacer cosas grandes
Alejandro Argumedo, fundador de Hugo

En el debate, los inversionistas coincidieron en que miran a los emprendedores centroamericanos debido a su resiliencia y su potencial de expandirse al resto de la región. “Estamos invirtiendo en aquellos que se han encontrado con barreras, pero lograron seguir adelante”, aseguró Granada.

Ese es el caso de Alejandro Argumedo, uno de los fundadores de Hugo, la primera aplicación de entregas a domicilio nacida desde El Salvador para Centroamérica. Con el propósito de posicionar su región en el mapa de la innovación, en 2017 creó este emprendimiento gracias al capital de amigos y familiares. “Cuando iniciamos todo el mundo nos decía que estábamos locos”.

A partir del rápido éxito de Hugo, salieron a buscar más capital para expandirse en otros países centroamericanos. “Hicimos unas 900 llamadas y tuvimos muchos noes. También nos preguntaban por qué invertir en El Salvador”, relató. Con mucha persistencia, la aplicación accedió al capital necesario para llegar a Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana. “Nosotros sabíamos que teníamos un buen producto y queríamos enseñarle al mundo que en la región podemos hacer cosas grandes”.

Según el informe Tecnolatinas 2021 de BID Lab, mientras que cerca del 90% del valor del ecosistema de startups de Latinoamérica se concentra solo en Brasil y Argentina, existen 19 países, que representan el 21% de la población latinoamericana, que colectivamente han creado menos del 1% de dicha valoración. Para Argumedo, esto se debe a que la sociedad no apoya a sus emprendedores locales. “Aún existe la percepción de que como somos de El Salvador o Guatemala, nuestro emprendimiento no va a funcionar o no sirve, pero en cambio si viene de otro país es probablemente mejor. Tenemos que cambiar esa cultura para que a los emprendedores se nos haga mucho más fácil crecer”, concluyó.

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