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“La covid-19 vino a poner distanciamiento social pero no en el sector educación. En las escuelas fue solo físico, hubo mucha unidad”

Tras casi un año fuera, los escolares de Guatemala regresan estos días a las aulas. La ministra de Educación Claudia Ruiz Casasola lo celebra y reconoce que será un curso lleno de desafíos, entre ellos, consolidar el aprendizaje y volver a la normalidad

Claudia Ruiz Casasola, ministra de Educación de Guatemala.
Claudia Ruiz Casasola, ministra de Educación de Guatemala.Mineduc (EL PAÍS)
Noor Mahtani
Ciudad de Guatemala -

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Apenas dos meses después de tomar las riendas de la cartera de Educación, Claudia Ruiz Casasola (Izabal, 52 años), la actual ministra de este área en Guatemala, se vio obligada a cerrar las 34.000 escuelas a su cargo. Desde aquel 15 de marzo, la pandemia sacudió este país de desarrollo medio (IDH de 127 entre 196) con grandes desafíos y cuentas pendientes con la infancia, que comienza a trabajar muy pronto y a la que el mundo rural pasa factura. La docente, con más de 28 años de servicio en el Sistema de Educación Pública, afrontó la coordinación del estudio en remoto de casi cuatro millones de alumnos con necesidades y recursos muy dispares y 136.000 docentes. El ministerio actuó rápido. Y gracias a un exitoso plan de entrega de alimentos, que suplía al servicio de los comedores, y a una entrega de materiales impresos para todos los grados y en todos los centros educativos, la tasa de matriculación se mantuvo. “Es un hecho histórico y sabemos que la escuela se convirtió en un sostén y en esa vía de llevar alimentos a casas muy necesitadas”, explicaba en las puertas del ministerio, hace un par de semanas.

Este se convirtió además en un plató durante los primeros meses de pandemia. En rincones del jardín y en salas ministeriales en desuso se comenzaron a citar a decenas de profesores voluntarios que grababan lecciones que aún hoy se emiten regularmente en canales públicos y radios locales. Estos materiales se prepararon en nueve de los 22 idiomas nacionales del país y “siempre pensando en los niños con necesidades especiales”. La técnica se perfeccionó y actualmente se han adaptado seis espacios del edificio para esta labor y un equipo profesional de grabación coordina a cientos de maestros –algunos disfrazados de payaso, otros que cargan con coloridos apuntes o con los instrumentos bajo el hombro– que en sus vídeos recuerdan también la importancia del uso de la mascarilla y cómo lavarse las manos. “El ministerio es más de los profesores que nunca”, cuenta positiva Casasola.

En una nación en que cinco de los 22 departamentos cuentan con un acceso a la red eléctrica inferior al 80%, los obstáculos se acumularon. “Todo es mejorable, pero si algo podemos destacar de esta crisis es que los maestros han sido claves en la solución. Y han sido escuchados”, incidía la ministra minutos antes de participar en el lanzamiento de la Campaña Nacional de Protección de Niñez y Adolescencia este pasado viernes en el Palacio Nacional. En la azotea del imponente edificio situado en el corazón de la capital y detrás de una mascarilla rosada que combina con su blusa de seda, Casasola celebra la primera semana de esta ansiada vuelta al colegio “sin contagios, gracias a Dios”, pero sin olvidar los desafíos pendientes.

Pregunta. Ha pasado una semana desde que se reabrieron las escuelas tras casi un año, ¿se ha notificado algún contagio?

Respuesta. Gracias a Dios, no. La estructura ha funcionado y no tenemos ningún contagio. Las escuelas recibieron su asignación económica para comprar mascarillas, alcohol en gel y sus recursos para la compra de útiles escolares. Estamos muy contentos porque a pesar de que somos un país con grandes desafíos, el regreso a clase se ha producido de una manera ordenada. Aunque hay escuelas que no tienen las condiciones necesarias y seguirán a distancia.

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P. Su Gobierno ha hecho el esfuerzo de reformar más de 1.700 escuelas que no contaban ni con sanitarios ni con agua, pero aún quedan cerca de 8.000. ¿Qué pasará con ellas? Las directrices de la vuelta presencial no contemplan bajo ningún concepto a las que no cuenten con este saneamiento, aunque la incidencia del virus sea mínima...

R. Nosotros recibimos una infraestructura escolar y un sistema de salud abandonados. Por la covid-19, hubo que agilizar los asuntos sanitarios y también la recuperación de las escuelas. Han sido los dos ámbitos priorizados por el señor Presidente [Alejandro Giammattei, del partido Vamos], para poder atender a las necesidades sociales. En el caso de la educación, como usted misma ha dicho, se han recuperado esas escuelas gracias a la acción del Gobierno, los maestros, las municipalidades y la cooperación de entidades como Unicef. Entre todos. Ayer, por ejemplo, me reuní con todos los alcaldes de Alta Verapaz y priorizamos este tema. Estas alianzas son para seguir recuperando el resto, municipio a municipio.

Estamos creando alianzas para seguir recuperando el resto de escuelas sin agua ni sanitarios, municipio a municipio.

P. Después de un año duro de gestión, al fin se reabren las escuelas. ¿Cómo ha sido el recibimiento de los niños?

R. Estamos muy alegres, porque los niños necesitan socializar y la escuela también es un ambiente seguro para ellos. Nuestra tarea es para eso y hemos trabajado con los maestros para asegurarnos de ello, de que vuelven a las escuelas con todas las medidas de bioseguridad. Hemos hechos grandes esfuerzos, para que los 2,5 millones de alumnos [de infantil y primaria, que son los que regresan a la escuela] vuelvan con seguridad. Es un gran desafío pero estamos organizados. Tenemos un buen plan de atención de atención a la emergencia y toda la voluntad y el compromiso para seguir respondiendo ante ellos. Y es que encima de todo tuvimos los huracanes Eta y Iota. Eso nos hizo tener mucha presencia en los ámbitos locales. Y gracias también a la ayuda de Unicef, logramos entrar hasta en la última comunidad y estar presente. Algunos de los niños que encontrábamos en las comunidades nos decían: “Como autoridades de la escuela que también somos queremos decirle que nos urge volver a las escuelas”. Y nos dimos cuenta de que en esa aldea de Petén, por ejemplo, nunca se había dado un caso de covid. No había motivos para que los niños tuvieran que estar encerrados.

P. Su ministerio elaboró unas guías de autoaprendizaje impresas que se repartieron periódicamente durante el año de pandemia en las casi 34.000 escuelas. Sin embargo, algunos de los profesores con los que hemos hablado nos comentan que tuvieron que adaptarlas o incluso crear un material propio como este que le muestro, porque sus alumnos no las entendían. ¿Tienen pensado actualizarlas teniendo esto en cuenta?

R. Nosotros no trabajamos solos. Trabajamos con el clúster de educación del cual forman parte las universidades del país. Y lo que creamos fueron los lineamientos para que los niños usaran también los libros que tenían en casa. Esto que usted me muestra no lo desconocemos, porque los maestros lo han trabajado con nosotros, es una estrategia de concreción curricular sobre las guías que nosotros entregamos. El año pasado ningún país estaba preparado para atender la emergencia. Lo que hizo la diferencia fue el liderazgo de los profesores, que han trabajado en la adecuación curricular; porque tenemos diferentes contextos sociales, culturas e idiomas. Muchos maestros incluso adaptaron bicicletas para llegar a las comunidades o llegaron a los patios de las casas y enseñaron con distancia. Es el año que menos deserción tuvimos porque los maestros no se quedaron de brazos cruzados. Los materiales se hicieron pensando en que los profesores pudieran hacer cosas como esta.

P. Pero eran guías de autoaprendizaje, ¿no?

R. Para los grandes. Para los chiquitos se entregaron lineamientos, que pudieran complementar con libros de iniciación a la lectoescritura, para aprender a dibujar los trazos… Pero las guías de autoaprendizaje son para grados altos de primaria.

P. Justamente este que le muestro es un material adaptado personalmente por una profesora para sus niños de sexto de primaria.

R. Bueno, sí… En los módulos están desarrolladas cuatro unidades, que fue el consenso al que llegamos con los maestros para este año. Y esos materiales se trabajaron con lecciones desarrolladas en la televisión y en la radio, en varios idiomas. Los módulos actuales que se validaron con 66 maestros representados a nivel nacional. Estos docentes validaron ya el que se está entregando ahorita como una repaso por el año pasado. Los módulos del próximo año son para consolidar el aprendizaje y volver a la normalidad. Y vamos en ese proceso, aunque sabemos que todo es mejorable. Si algo podemos destacar de esta crisis es que ellos han sido claves en la solución. Y han sido escuchados.

Muchos maestros incluso adaptaron bicicletas para llegar a las comunidades o llegaron a los patios de las casas y enseñaron con distancia

P. Asistimos a la preparación del material radiofónico y televisivo que empezaron a emitir desde prácticamente el comienzo de la pandemia. Fue una respuesta rápida e insólita de su ministerio, sin embargo hay varios departamentos donde la mayoría de hogares no tienen acceso a la electricidad. En Alta Verapaz, por ejemplo, a más del 55% de las casas no llega.

R. No sé de dónde sacó usted ese dato. ¿Se los dio una empresa de energía eléctrica o el ministerio?

P. Son datos del Ministerio de Energía y Minas.

R. ¿Y a qué fechas está el estudio?

P. Son cifras de 2018.

R. Ah, bueno. De todas maneras, le voy a decir algo. Nuestra estrategia no está pensada para los niños que tienen electricidad; sino para los niños de las áreas rurales lejanas. Y nuestros materiales van impresos para todos, no importa en dónde estén. A nosotros ustedes no nos van a ver en las áreas urbanas, sino en las áreas rurales. Trabajando. Entonces, para nosotros lo prioritario son los materiales impresos, que los niños no tengan energía no es ningún obstáculo. La televisión y la radio son un complemento.

P. Usted ha sido profesora durante más de 20 años y conoce bien el esfuerzo de los docentes. Este año, se ha multiplicado para que este no fuera un curso perdido. En la reapertura de escuelas, son ellos quienes tendrán que citar padre por padre cada dos semanas para convocar a sus hijos en función del grupo seleccionado. ¿Qué se puede hacer para que esta carga de trabajo se reduzca?

R. Yo le reitero, estamos trabajando conjuntamente con los alcaldes para que nos ayuden con la estrategia de comunicación. Nuestras direcciones departamentales también; hay un comunicador en cada dirección. Los maestros han hecho un gran trabajo, repito. Pero por muy increíble que le parezca, la población maneja la información de los semáforos de contagios. No serán todos los maestros los que tengan que movilizarse a los hogares de casi cuatro millones de estudiantes. En realidad, creo que usted lo está haciendo muy dramático. De verdad que sí, porque las comunidades están muy bien organizadas, tenemos 20.000 organizaciones de padres de familia y también están coordinadas...

P. Le traslado preocupaciones que nos han hecho llegar los profesores. Por ejemplo, una de las docentes de las 8.000 escuelas multigrado [en las que el director o la directora son los únicos profesores del centro e imparten todos los cursos] nos comentaba que teme contagiarse, por si eso implica volver a cerrar la escuela. ¿Han contemplado un plan B en estos casos?

R. Eso son escuelas pequeñas y en comunidades lejanas.

P. Son 8.000 escuelas pequeñas…

Para nosotros lo prioritario son los materiales impresos, que los niños no tengan energía no es ningún obstáculo. La televisión y la radio son un complemento.

R. Sí, pero no hemos tenido casos de covid-19. Las áreas rurales no se han visto afectadas y eso es lo que nos hemos sentado a ver con Unicef. No podíamos esperar más y que los niños estuvieran limitados en sus clases en lugares con baja incidencia. Me hubiera gustado que hubiera tenido entrevistas con maestros acreditados y certificados que son los que realmente mueven el liderazgo del país. Porque hemos llevado a cabo un trabajo arduo en el sector, en el que ningún maestro ha escatimado en horarios, pero las autoridades tampoco. Ayer, por ejemplo, terminé en Cobán a las 20.00 y salimos, ¿cuándo? [pregunta a las secretarias que la acompañan y graban la entrevista a su lado] A la 1.00. Y estábamos revisando el monitoreo del día. Lo que yo resaltaría de esta experiencia es que la covid-19 vino a poner distanciamiento en la sociedad, menos en el sector educación. En las escuelas el distanciamiento fue solo físico, pero hubo mucha unidad.

P. Volviendo al tema de las escuelas multigrado, ¿existe un plan en caso de que un profesor o un niño se contagiara?

R. Está en los protocolos y estos niños prácticamente son una burbuja, porque son comunidades pequeñas. Pero sí, todos se pondrían en cuarentena.

P. ¿Cuál va a ser su estrategia para que sobre todo las niñas no abandonen la escuela tan pronto se gradúen de primaria? La deserción en este grupo es alta, puesto que muchas quedan embarazadas o simplemente se dedican a las labores del hogar.

R. Hay programas especiales para las niñas. Estamos trabajando en conjunto con el ministerio de Salud Pública, Economía y con el sector empresarial. Pero le cuento que hemos tenido un programa de becas para mujeres en las que se inscribieron 189 señoritas para aprender inglés con oportunidades laborales. Hoy iniciamos una campaña de protección y yo personalmente estoy localizando a las niñas líderes por región para visibilizarlas más. Y a las menores que han resultado embarazadas las estamos trayendo de vuelta a través de una modalidad de educación extraescolar. Es una de las acciones estrella del señor Presidente para niñas y mujeres.

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