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EDITORIAL
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Desacato inaceptable de Polonia

Los miembros de la UE deben garantizar el respeto a las decisiones de la justicia europea

El País
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, en Bruselas.
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, en Bruselas.Olivier Hoslet (AP)
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El Constitucional polaco se niega a acatar las órdenes del tribunal de justicia europeo

El Tribunal Constitucional de Polonia ha emitido este miércoles un auto en el que considera incompatibles con el orden constitucional del país las medidas cautelares adoptadas por el Tribunal de Justicia europeo para frenar una de las reformas judiciales emprendidas por el Gobierno de Mateusz Morawiecki. La corte europea ordenó en abril de 2020 la paralización preventiva a la espera de resolver la denuncia de la Comisión Europea contra una reforma del sistema disciplinario de los jueces que, según Bruselas, socavaba la independencia del sistema judicial. El auto de los jueces polacos considera inaplicables las medidas cautelares, una decisión que supone un desacato inadmisible y una peligrosísima ruptura de la seguridad jurídica en la que se fundamenta la Unión Europea y la convivencia entre sus veintisiete Estados miembros. La Comisión Europea expresó ayer, adecuadamente, su “profunda preocupación” ante la rebeldía del Constitucional polaco, y advirtió de que utilizará todos los instrumentos a su alcance para lograr el cumplimiento de todas las sentencias y decisiones del tribunal europeo.

Bruselas debe mostrarse tajante y cortar de raíz el intento de subvertir un orden jurídico comunitario que ha permitido crear el mayor mercado único del mundo y ha contribuido a una prosperidad sin precedentes en la historia del Viejo Continente. La respuesta de la Comisión debe ser contundente, máxime tratándose de un país que desde la llegada al poder del PiS (el partido dominado por Jaroslaw Kaczynski) ha demostrado escasa voluntad de cooperación con Bruselas y se ha embarcado en una erosión del Estado de derecho que pone en duda sus deseos de pertenecer a la UE.

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Es hora de incrementar la presión, ya que la rebelión de Varsovia continúa a pesar de las continuas medidas disciplinares adoptadas por la UE. Polonia está sometida a un expediente basándose en el artículo 7 del Tratado de la Unión, que permite suspender el derecho de voto en el Consejo a los países que infrinjan los valores fundamentales de la UE, pero este no avanza adecuadamente. La Comisión, además, ha denunciado hasta tres veces los asaltos del Gobierno polaco a la independencia judicial ante el tribunal europeo, que hasta ahora siempre ha avalado las tesis del organismo comunitario. Varsovia amaga, además, con una vuelta de tuerca en su alejamiento de la UE que podría resultar definitiva. El primer ministro ha pedido al Constitucional que dirima si el derecho polaco tiene primacía sobre el europeo, una tesis que, de ser confirmada por los jueces, podría suponer la ruptura definitiva con Bruselas. La Comisión debe ser inflexible. Un miembro de la Unión, receptor además de ingentes fondos, debe garantizar que se respeten y acaten todas las decisiones de la justicia europea.

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