_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Gangrena

Lo verdaderamente imprescindible es acabar lo antes posible con el relato de odio que sostiene una tradición criminal, el machismo asesino que ha vuelto a golpearnos

Almudena Grandes
Detenido San Roque
Concentración feminista para condenar los últimos casos de violencia machista, este viernes en Toledo.Ángeles Visdómine (EFE)
Más información
La juez, sobre Gimeno: “Mató a las niñas de forma premeditada y para provocar un dolor inhumano a la madre”

Es un asunto muy delicado. Es tan difícil acertar que la única solución razonable parece cortar por lo sano. Se podrá alegar que, en ese caso, pagarían justos por pecadores, pero ningún maltratador es un hombre justo, ni siquiera en el caso de que el objeto exclusivo de su violencia sea su pareja, o su expareja, y no sus hijos. Un hombre injusto no puede ser un buen padre. Un maltratador sólo podrá transmitir a sus hijos las ideas perversas, machistas, crueles y violentas que le han convertido en lo que es. Que muchos maltratadores hayan sido antes niños maltratados, o testigos de maltrato, no supone ningún atenuante, al contrario. Sólo prueba que lo verdaderamente imprescindible es acabar lo antes posible con el relato de odio que sostiene una tradición criminal, el machismo asesino que ha vuelto a golpearnos. Anna y Olivia no eran sólo dos niñas, son todos los niños. Rocío no era sólo una mujer, es todas las mujeres. La violencia machista es una gangrena que ataca a toda la sociedad, hombres, mujeres y niños, más allá de los nombres, los apellidos de cada víctima y cada verdugo. Combatirla es tan urgente que las pequeñas arbitrariedades que pueda comportar esta lucha no deberían frenar nuestro esfuerzo. Cada vez que un maltratador le dice a la madre de sus hijos que no volverá a verlos vivos, es demasiado tarde para actuar. La única medida preventiva eficaz consiste en retirar la custodia compartida a cualquier padre acusado o sospechoso de maltrato. ¿Esta medida causaría el sufrimiento de muchas familias? Seguramente. ¿Habría evitado la muerte de muchos menores? Sí, sin duda alguna. ¿Qué es más valioso, el derecho de un padre, el dolor de unos abuelos o la vida de un niño? Contesten ustedes mismos a esta pregunta.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_