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Reformas tributarias
Columna
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La reforma que los hundirá

Como nunca en la historia de Colombia, varias iniciativas ciudadanas han dicho que crearán un muro de la infamia con los legisladores que voten a favor de la reforma tributaria

Ariel Ávila
Protesta en Colombia durante coronavirus
Un grupo de motociclistas durante uan manifestación en Bogotá, el pasado 16 de abril.DPA vía Europa Press (Europa Press)

Por fin, el gobierno de Iván Duque presentó la tan anunciada tercera reforma tributaria. Es una reforma que se basa, en lo fundamental, en la tributación del sector medio y asalariado. Por ende, el país la ha leído como un verdadero bastonazo a los pobres y a la golpeada clase media. Además, gran parte de la sociedad le ha cobrado una mentira más al presidente, pues, en campaña política dijo que no subiría impuestos y que, incluso, los podría bajar. En cambio, ha hecho aprobar dos reformas tributarias y, la que presentó en las últimas horas, sería la tercera.

La propuesta de reforma se basa en tres pilares:

1. Subir el IVA a varios productos y servicios, por ejemplo, se contempla IVA para servicios públicos en los estratos 4, 5 y 6, también, el servicio de internet tendrá IVA y hasta los servicios funerarios. Casi que está prohibido morirse en Colombia, sería muy costoso.

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2. La base grabable del impuesto a la renta se amplía, es decir, las personas que ganen 2.5 millones de pesos o cerca de 800 dólares al mes deberán pagar el impuesto. Un verdadero golpe a la clase media.

3. Varios bienes pasarán de estar exentos de IVA a estar excluidos. Esto aumentará los costos para los productores y, por ende, los precios al consumidor. Un solo dato, la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi) dice que el precio del huevo o el pollo podría aumentar un 5%. Los productores no tendrán derecho a recibir una compensación por el impuesto pagado. Dos preguntas surgen en este punto: por qué una reforma de este tipo en medio de una crisis económica y por qué afectar a los más afectados por la pandemia.

La primera reforma tributaria de Iván Duque, en 2018, recortó cerca de nueve billones de pesos de impuestos a las grandes empresas y no logró subir los impuestos a nadie. No compensó ese hueco fiscal, por ende, los problemas fiscales eran muy fuertes. A pesar de ello, el desempleo siguió aumentando, es decir, la teoría del rebosamiento, de quitarle impuestos a los ricos para hacerlos más ricos y con ello, supuestamente, aumentar la productividad, resultó, como se esperaba, en una mentira. Esa teoría del rebosamiento es falsa, pero la clase política colombiana sigue creyendo en ella.

En medio del desastre económico llegó la pandemia y el gobierno se demoró en dar las ayudas, estas llegaron entre mayo y junio de 2020 cuando ya el desastre económico era grande y muchas pequeñas empresas se habían ido a la quiebra. Ahora, en 2021, van dos picos de la pandemia, el primero en el mes de enero y actualmente se atraviesa el otro, por tanto, el desastre económico será aún peor. Por ello, las críticas a la reforma tributaria han sido bastante fuertes. Una reforma que busca recaudar 23,4 billones de pesos.

No se debe olvidar que, en 2018, cuando se dio la primera reforma tributaria, también se quiso subir en IVA, pero el rechazo fue muy grande, entonces, el gobierno lo quitó para evitar el desplome en las encuestas, lo cual fue imposible. Al final, la sociedad colombiana castigó a Duque. De ese desplome nunca más se volvió a parar, apenas tuvo un resplandor por un par de meses en plena cuarentena generalizada, cuando en la mayoría de los países los presidentes subieron en las encuestas. Todo indica que la actual reforma lo terminará de tirar al suelo, a él, a su gestión y a su partido político.

Además, la posibilidad de que el Congreso apruebe la actual reforma tributaria es baja, pues se está a menos de un año de elecciones y los partidos que aprueben la reforma, posiblemente, serán castigados en las urnas. Como nunca en la historia de Colombia, son centenares los ciudadanos que están haciendo veeduría a la actividad legislativa y varias iniciativas ciudadanas han dicho que crearán un muro de la infamia para dar a conocer los que llegarán a votar de forma positiva la reforma. En todo caso el gobierno siempre tendrá la posibilidad de dar incentivos clientelistas a los congresistas para que voten positivamente.

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