_
_
_
_
_
EDITORIAL
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Firmeza ante Putin, apoyo a Navalni

Las sanciones de Biden a Rusia son necesarias pero tienen que ir de la mano del diálogo

El País
El opositor Alexéi Navalni en el Tribunal Municipal de Moscú, el 20 de febrero.
El opositor Alexéi Navalni en el Tribunal Municipal de Moscú, el 20 de febrero.MAXIM SHEMETOV (Reuters)

La relación de Occidente con Rusia atraviesa horas extremadamente complejas. Tras la inaceptable condena dictada contra el opositor Navalni y la desmedida represión de las protestas que esta desencadenó —lo que motivó sanciones de la UE—, ahora el Kremlin amasa tropas en la frontera con Ucrania y se opone a que el destacado opositor reciba atención médica adecuada en el penal en el que está encerrado. Tras emprender una huelga de hambre, su situación es grave. En este contexto, la Administración Biden ha anunciado la semana pasada una nueva ronda de sanciones que no solo golpea a altos funcionarios y compañías sino, lo que es más relevante, al sistema financiero, y en concreto al mercado de la deuda rusa, prohibiendo a bancos estadounidenses comprar bonos públicos. En una clara muestra de que Washington ha abandonado la actitud complaciente que caracterizó la presidencia de Donald Trump respecto a las actuaciones agresivas protagonizadas por Rusia en los últimos años, EE UU ha señalado directamente al servicio exterior de espionaje ruso por interferir en las elecciones presidenciales de 2020, lanzar un ciberataque masivo que ha afectado a miles de empresas y organismos y negociar con los talibanes para que estos atentaran contra las tropas estadounidenses desplegadas en Afganistán. También acusa a Moscú de acosar a Ucrania. Rusia, a su vez, ha tomado represalias.

EE UU hace bien en mostrar firmeza. Biden ha manifestado que está dispuesto a ir a más. Pero también acierta en mantener el diálogo abierto. El presidente estadounidense telefoneó a Vladímir Putin para comunicarle las medidas personalmente y ofrecerle un diálogo cara a cara, algo que este último ha aceptado al tiempo que altos funcionarios rusos han subrayado que no pondrán condiciones previas para que el encuentro se produzca.

La tensión militar en el Este de Europa, con una inusual concentración de tropas rusas en la frontera de Ucrania, es muy preocupante. Las condiciones de Navalni también lo son. Un grupo de destacados intelectuales y artistas ha firmado una carta exigiendo a Putin que permita que el opositor reciba la necesaria atención médica. Es imprescindible que la presión llegue a Moscú. Rusia se mueve en el escenario internacional de manera inaceptable y agresiva tanto en el campo militar como en el cibernético y en el del espionaje. Esto merece respuestas firmes y claras. Putin debe sentir que una nueva invasión de Ucrania o el fallecimiento de Navalni en un penal acarrearán una repulsa y reacción de hondo calado. Pero al mismo tiempo es necesario mantener abierto el diálogo en busca de soluciones. Las sanciones son un medio, no un fin. Múltiples son los planos de acción, incluido el de los acuerdos de control de armamento, en especial el nuclear. Sanciones y diálogo deben ir de la mano.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_