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El Gobierno mexicano estudia que una empresa del Ejército administre tres tramos del Tren Maya

López Obrador defiende que la decisión tendría el propósito de “financiar las pensiones de marinos y de soldados” y “garantizar la seguridad” en el sureste del país

El presidente Andrés Manuel López Obrador, en Tulum, este domingo. VIDEO: PRESIDENCIA DE MÉXICO

El Gobierno mexicano estudia que una compañía del Ejército administre tres tramos del Tren Maya y algunos aeropuertos del país. Así lo ha asegurado este domingo el presidente Andrés Manuel López Obrador en un acto en Tulum durante una gira para supervisar los avances de las obras. El mandatario ha explicado que de ese modo se podrán “financiar las pensiones de marinos y de soldados” y “garantizar la seguridad en la región” por la que pasará la megaobra de infraestructura, su proyecto estrella para el sureste de México.

El presidente, que desde que llegó al Palacio Nacional en 2018 ha dado cada vez más espacio a las Fuerzas Armandas en proyectos prioritarios del Gobierno, ha asegurado que el Ejecutivo tiene que definir la administración del tren “con tiempo” y que las empresas que se hagan cargo de las obras deben ser “responsables” y “muy profesionales”. “Tenemos que proteger esta obra para que no haya la tentación de privatizarla y qué mejor que dejársela a las Fuerzas Armadas y que tenga como propósito el financiar las pensiones de marinos y de soldados”, ha sugerido durante la firma del convenio del Programa Regional de Ordenamiento Territorial.

Según ha afirmado el mandatario, su Administración está “pensando” en que el Ejército opere los tramos que van desde Tulum, en Quintana Roo, hasta Palenque, en Chiapas, además de los aeropuertos de esas dos ciudadaes, de Chetumal, en Quintana Roo, y de Felipe Ángeles, de Ciudad de México. El recorrido completo del Tren Maya abarcará 1.500 kilómetros a través de los Estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo con una inversión estimada de 5.000 millones de dólares. El proyecto, sin embargo, es mucho más que un tren de pasajeros, ya que se estima que el 70% de los ingresos resulten del transporte de carga y las obras contemplan la construcción de “polos de desarrollo” alrededor de las 19 estaciones del ferrocarril.

“El segundo propósito para entregar el tren y los aeropuertos a las Fuerzas Armadas es que debemos garantizar la seguridad en la región para que se garantice a todos los que visiten esta región que van a poder estar seguros”, ha justificado López Obrador este domingo en un acto del que han participado los cinco gobernadores del sureste, el representante de ONU Hábitat en México, funcionarios de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y otros miembros del Gabinete federal. El mandatario se ha comprometido a entregar el ferrocarril en “funcionamiento y operación” entre 2023 y 2024, antes de terminar su mandato.

La lucha de pueblos de la zona y de organizaciones ambientalistas, sin embargo, podría amenazar esas previsiones, ya que un centenar de indígenas, habitantes de la península de Yucatán y organizaciones en defensa del medio ambiente han emprendido una batalla legal para detener la construcción del megaproyecto de López Obrador. Recientemente un juzgado de Campeche ordenó la suspensión de las obras del segundo tramo del tren mientras se resuelve esta batalla legal juicio. El plan de infraestructura acumula ya tres suspensiones derivadas de nueve amparos presentados por indígenas mayas, chuun t’aan y chol.

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