Un tribunal de Rusia condena en ausencia a ocho años de cárcel a la periodista que protestó en un informativo contra la guerra
Marina Ovsyannikova, quien tachó a Putin de asesino, vive en Francia tras recibir protección consular del presidente Emmanuel Macron
La periodista rusa Marina Ovsyannikova ha sido condenada en ausencia por un tribunal de Moscú a ocho años y medio de cárcel por desacreditar al ejército. La exeditora de Pervyi Kanal (Canal 1) fue mundialmente conocida en marzo de 2022, pocas semanas después de comenzar la invasión rusa de Ucrania, por aparecer en mitad de uno de los informativos con más audiencia del país con un cartel que decía: “No a la guerra. Detengan la guerra. No creas en la propaganda. Aquí te mienten. Rusos contra la guerra”. A pesar de esa acción, formalmente ha sido condenada por otra protesta: un piquete personal frente al Kremlin que realizó poco después.
La justicia rusa esgrime que Ovsyannikova, condenada también a no publicar nada en internet durante cuatro años, tenía la intención de “contribuir al crecimiento de la tensión social”. La periodista mostró en su segunda protesta otro cartel con la frase “Putin es un asesino, sus soldados son fascistas. 352 niños han muerto. ¿Cuántos niños más deben morir para que paren?”.
Ovsyannikova publicó un día antes de la vista un mensaje en su canal de Telegram dirigido al tribunal. “Estimado juez, usted sabe muy bien que los cargos penales que me imputan son absurdos y tienen motivaciones políticas”, arrancaba su publicación en redes sociales.
La periodista continuó: “A veces me pregunto: ¿podría haberme quedado callada? No, no pude. Guardar silencio ante una agresión significa convertirse en cómplice del crimen. Sé lo que es la guerra. Cuando era niña, experimenté lo mismo que los ucranios están experimentando ahora. Mi casa fue arrasada durante la Primera Guerra de Chechenia”. Ovsyannikova subrayó en su mensaje que las cifras sobre niños muertos en la guerra de Ucrania las divulga la ONU, de la que forma parte Rusia.
“Tomé una decisión moral muy difícil, pero la única correcta en mi vida y he pagado un precio muy alto por ello”, lamentaba la periodista: “Mi castigo ha sido el exilio: la vida en un país extranjero, sin familia, sin amigos, sin casa, sin trabajo y, lo más importante, sin la oportunidad de regresar a mi tierra natal y abrazar a mis seres queridos”, agregaba la editora, que justificó su huida con que mantendrá su lucha fuera. “Solo hay una vida y es una estupidez sacrificarla en beneficio de los criminales de guerra. ¡Al permanecer libre, podré aportar mucho más tanto a Ucrania como a la hermosa Rusia del futuro!”, culminaba la exeditora de la propaganda del Kremlin.
La periodista ―a quien algunas voces críticas en Europa le acusan de ser una agente rusa con el argumento de que no ha sido condenada hasta ahora, a diferencia de otros disidentes― vive en la actualidad en Francia, gracias a la protección consular que le ofreció el presidente Emmanuel Macron.
Ovsyannikova permanecía bajo arresto domiciliario cuando huyó de Rusia junto a su hija, de entonces 11 años, en octubre de 2022. Su hijo, sin embargo, decidió quedarse en Moscú con su padre, quien demandó a la madre para obtener la custodia de los menores.
La periodista vivió en un primer momento en Alemania. Allí fue contratada por el diario Die Welt, lo que suscitó críticas y un intenso debate sobre la oportunidad ofrecida a una trabajadora de la maquinaria de la propaganda rusa durante años. Por su parte, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, aplaudió el gesto de Ovsyannikova, aunque los periodistas del país invadido por Rusia criticaron su pasado y fue boicoteada una rueda de prensa suya en Kiev.
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