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La escalada bélica de Gaza entra en su segunda semana de bombardeos tras más de 200 muertos

La aviación israelí machaca la red de túneles de Hamás y mata a un jefe de la Yihad Islámica

Conflicto arabe israeli
Varios habitantes de Gaza inspeccionan los daños tras un bombardeo israelí este lunes.MOHAMMED SABER (EFE)
Juan Carlos Sanz

La aviación israelí redobló el lunes los ataques contra la red de túneles de Hamás en el norte de Gaza, que volvió a machacar con una oleada de 54 cazabombarderos en 35 puntos, algunos en zonas habitadas. Al menos siete palestinos perdieron la vida en las incursiones. La escalada bélica más intensa en siete años en la franja mediterránea ha entrado en su segunda semana con un balance de más de 200 muertos, sin que los intentos de mediación diplomática de Estados Unidos y Egipto hayan fraguado en un alto el fuego. Si la conflagración todavía no es una guerra abierta, parece estar en camino de serlo.

Las calles de la capital del enclave costero están semivacías, relatan reporteros locales de las agencias de noticias internacionales. Algunos gazatíes se atreven a rebuscar entre los cascotes para intentar localizar sus pertenencias. Muchas zonas siguen sembradas de escombros de edificios que colapsaron, como los tres bloques donde murieron aplastadas el domingo 42 personas, entre ellas 10 niños. El Ejército considera que se trató de un “acontecimiento anormal”, al desmoronarse inopinadamente una sección de los túneles bombardeados sobre los que se alzaban, dijo un portavoz castrense.

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La escalada bélica, que se desató en la tarde del pasado lunes tras el disparo de cohetes de Hamás sobre el área de Jerusalén, se ha cobrado la vida al menos de 204 personas en Gaza (incluidos 58 niños y 34 mujeres), y ha dejado más de 1.200 heridos después de 760 oleadas de ataques, según fuentes sanitarias palestinas. En Israel, otras 10 personas (entre ellas, dos menores) han muerto víctimas de los más de 3.000 proyectiles disparados por las milicias palestinas, que además han causado 300 heridos.

La oficina del portavoz el Ejército sostiene que Hamás es responsable de la muerte de civiles, al ocultar sus fuerzas e instalaciones en zonas habitadas. Al mismo tiempo, considera que los informes sobre víctimas civiles del Ministerio de Sanidad palestino en Gaza están inflados.

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“Nunca había visto ataques de esta intensidad; en casa estábamos todos aterrados”, declaró a un periodista de la agencia France Presse en Gaza Mohamed Abded Rabbo, de 39 años, habitante de la capital del enclave, donde centenares de edificios han quedado dañados. “Mis hijos no han podido dormir en toda la noche mientras caían las bombas”, aseguraba la palestina Um Naim, de 50 años, a un reportero de la agencia Reuters.

En la oleada de ataques que golpeó la Franja perdió la vida uno de los jefes de la Yihad Islámica, el comandante de la zona norte de Gaza desde hace 15 años Husam Abu Arbid, confirmaron tanto la milicia islamista como portavoces castrenses. Estos últimos le responsabilizaron de recientes ataques con cohetes antitanques contra civiles y militares.

Israel asegura que ha eliminado a 130 mandos militares gazatíes y también que ha destruido casas de responsables políticos, como la de Jalil Hayya, jefe adjunto de Hamás, o la de Yaya Sinwar, máximo responsable de la organización en el interior de Gaza. Otras 14 residencias de dirigentes islamistas fueron bombardeadas también. En una incursión a gran escala, la aviación arrasó el principal centro de operaciones de la inteligencia militar de Hamás en el norte del territorio palestino. El Ejército aseguró que antes del bombardeo los vecinos del edificio fueron alertados para que lo evacuaran. La agencia Reuters dio cuenta de dos muertes.

El Ejército israelí cifra en más de 3.300 los disparos de cohetes en la última semana desde la Franja, en la que ha calificado de mayor ofensiva de proyectiles registrada contra su territorio, equiparable al total de lanzamientos de la guerra de 2014, que se prolongó durante dos meses. Al menos 1.200 han sido interceptados ahora por el sistema Cúpula de Hierro, y otros 500 no llegaron a alcanzar territorio israelí por fallos en el lanzamiento. El sistema antimisiles, sin embargo, no se activa si los radares detectan la caída del proyectil en zona deshabitada, y por ello el Ejército sostiene que la Cúpula de Hierro tiene “un 90% éxito” en las interceptaciones.

Israel ha intensificado desde el pasado viernes los bombardeos aéreos con el objetivo declarado, aunque escasamente visible, de destruir una red de 100 kilómetros de túneles por los que los milicianos de Hamás se desplazan por el norte y el este de la Franja en sus operaciones. Los combates se han extendido además al frente naval, donde un portavoz castrense anunció que un navío de israelí había destruido “una embarcación sumergible” de Hamás.

Netanyahu: “el tiempo que sea necesario”

El primer ministro, Benjamín Netanyahu, reafirmó que las Fuerzas Armadas “van a seguir golpeando objetivos de los terroristas” tras reunirse con los altos responsables de la seguridad nacional. La ofensiva, advirtió, “continuará todo el tiempo que sea necesario”, según un comunicado de su servicio de prensa.

El portavoz de Hamás en Gaza, Hazem Qassem, denunció el domingo que Israel estaba “engañando a la opinión pública [sobre sus ataques a objetivos militares] para ocultar crímenes deliberados contra civiles”, según informó Reuters.

Mientras los contendientes siguen enzarzados en la lógica de la guerra, la mediación de Egipto y EE UU se esfuerza infructuosamente en tratar de alcanzar un acuerdo de alto el fuego pactado entre las partes.

El mediador estadounidense para Oriente Próximo, el diplomático Hady Amro, se reunió en Ramala con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, quien solo gobierna sobre una parte de Cisjordania, tras haberse visto el día anterior con representantes israelíes. Hamás no está reconocido por Washington, que lo califica de grupo terrorista.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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