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El rey de Jordania da por enterrado el intento de golpe del príncipe Hamzah

Abdala II asegura en un mensaje a la nación que el antiguo heredero del trono se halla bajo su tutela en Amán

Juan Carlos Sanz
Jordania
Dos mujeres pasan ante una imagen del rey Abdalá, el martes en Amán.KHALIL MAZRAAWI (AFP)

El rey Abdalá II habló en la noche del miércoles, por primera vez desde la intentona golpista que conmocionó Jordania el pasado fin de semana, para dar por enterrada “la secesión” en la que estuvo involucrado su hermanastro y exheredero del trono, el príncipe Hamzah bin Hussein. Pero el monarca hachemí no se atrevió a dar la cara ante su pueblo tras el golpe palaciego, sino que fue un locutor quien leyó su discurso en televisión. “No ha sido este el desafío más duro ni peligroso para la estabilidad de la nación, pero sí el más doloroso. Nada me afecta más que la turbación, la pena y la ira que siento como hermano, jefe de la dinastía hachemí y líder de este país”, rezaba un mensaje de Estado cargado de emoción.

Nadie conoce a ciencia cierta en Amán el paradero del príncipe Hamzah, de 41 años, aunque parece seguir bajo arresto domiciliario sin poder comunicarse con sus partidarios desde el martes. Hijo del rey Hussein y de su cuarta esposa, la reina Noor, ejerció como heredero del trono a la muerte de su padre, en 1999, mientras su medio hermano Abdalá, de 59 años, le sucedía como jefe del Estado en virtud de un pacto de familia. Cinco años después, el monarca hachemí se desentendió del acuerdo y designó a su primogénito, el príncipe Hussein bin Abdalá, de 26 años, como nuevo heredero del trono.

“Hamzah está bajo mi tutela, en su palacio junto con su familia”, prosiguió el mensaje televisado del rey de Jordania. “Se ha comprometido ante la dinastía hachemí a permanecer leal y a supeditar sus intereses a la Constitución y las leyes de Jordania”, enfatizó. Las palabras del monarca han seguido a la declaración emitida por la casa real el lunes en la que se aseguraba que el antiguo heredero le había jurado lealtad, después de haber sido acusado el domingo por el Gobierno de formar parte de una conspiración con fuerzas extranjeras contra la estabilidad del país.

El fiscal general jordano, Hassan al Abdalat, precisó que el secreto impuesto a la investigación sobre la intentona solo afecta “a materias relacionadas con la investigación (...) sin limitar la libertad de expresión, de acuerdo con las leyes”. En principio, se informó de que las pesquisas oficiales sobre el príncipe Hamzah y el resto de los 16 o 18 detenidos en la trama golpista, según las fuentes, se hallaban bajo secreto de sumario y se había prohibido a los medios de comunicación y redes sociales informar sobre ello. El rey Abdalá precisó en su mensaje que “la investigación (en la que se ha visto relacionado su hermanastro) seguirá su curso y sus resultados se harán públicos”.

La tensión estalló el sábado en la apacible y estable Jordania con una redada en Amán en la que fueron detenidos Sharif Hasan bin Zaid, miembro de la realeza, y Bassem Awadallah, antiguo jefe de la casa real, exasesor del monarca y exministro de Finanzas, así como cerca de dos decenas de sospechosos no identificados, entre jefes tribales beduinos y miembros de las fuerzas de seguridad.

El príncipe Hamzah llamó la atención internacional al publicar un vídeo en el que afirmaba estar bajo arresto domiciliario por su proximidad a corrientes críticas con el Gobierno jordano. En la grabación, emitida por la BBC, el ex príncipe heredero arremetió contra “la incompetencia y la corrupción que han prevalecido en el país durante los últimos 15 años”.

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Según informaciones aireadas por agencias de noticias internacionales, uno de los mayores proveedores de internet de Jordania interrumpió su servicio el miércoles durante varias horas, mientras en Amán se sucedían los sobrevuelos de aviones y helicópteros militares. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, telefoneó al rey Abdalá para expresarle “pleno apoyo” por su papel determinante en la región.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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