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Los países de África occidental consolidan a Embalo como presidente de Guinea-Bisáu

La CEDEAO legitima la autoproclamación del general retirado tras un proceso electoral inconcluso

José Naranjo
Embalo, vestido de blanco, alza su brazo en señal de victoria junto a su predecesor, José Mario Vaz, durante su autoproclamación como presidente.
Embalo, vestido de blanco, alza su brazo en señal de victoria junto a su predecesor, José Mario Vaz, durante su autoproclamación como presidente.ANTONIO AMARAL

La Comisión Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) reconoció este jueves al general de brigada retirado Umaro Sisoco Embalo como nuevo presidente de Guinea-Bisáu. Así, este organismo regional pretende dar carpetazo a la crisis postelectoral que vive este país africano desde el pasado mes de enero y otorga legitimidad a la autoproclamación por la fuerza de Embalo, uno de los dos candidatos que aspiraban al cargo en un proceso electoral que el Tribunal Supremo no había dado por cerrado. La Unión Africana había instado a la CEDEAO a buscar una salida a la situación de parálisis institucional.

“A la vista de la persistencia de este bloqueo y después de un profundo análisis de la situación política en este país, los jefes de estado y gobierno de la CEDEAO decidieron reconocer la victoria de Umaro Sissoco Embalo”, asegura el comunicado hecho público este jueves por el organismo regional. Sin embargo, en el mismo documento admite que el contencioso electoral no estaba resuelto e insta al nuevo presidente a nombrar un primer ministro y gobierno antes del próximo 22 de mayo respetando lo establecido por la Constitución bisauguineana, lo que obligaría a la destitución del Ejecutivo que Embalo designó en marzo pasado.

La decisión de la CEDEAO ha sido acogida con satisfacción por los partidarios del presidente de facto y con pesar por los seguidores de Domingos Simoes Pereira, líder del histórico Partido por la Independencia de Guinea-Bisáu y Cabo Verde (PAIGC) y rival de Embalo en los comicios. “Mi primera reacción es de profunda tristeza por ver a una organización como la CEDEAO abanadonar el principio de tolerancia cero a los golpes de Estado”, aseguró el candidato a la agencia de noticias Lusa, “con esta posición se legitima un poder adquirido por la fuerza y la violencia”, añadió.

Las elecciones del pasado mes de diciembre se presentaban como una oportunidad para que Guinea-Bisáu, un pequeño y pobre país africano de unos dos millones de habitantes y con un pasado reciente de guerras y asonadas militares, saliera de la profunda crisis institucional en la que está sumido desde 2015, con el ex presidente José Mario Vaz enfrentado a un Parlamento y a sucesivos gobiernos controlados por el PAIGC y sus aliados.

La Comisión Nacional Electoral (CNE) dio la victoria hasta en tres ocasiones al general de brigada retirado Umaro Sissoco Embalo, pero este órgano se negó una y otra vez a llevar a cabo un recuento detallado con presentación de actas por departamentos tal y como se exigió en los sucesivos recursos presentados al Tribunal Supremo por su rival Domingos Simoes Pereira y el PAIGC. A la vista de este bloqueo, el pasado 27 de febrero Embalo decidió pasar a la acción, sacó al Ejército a la calle y se autoproclamó presidente en una irregular ceremonia celebrada en un hotel de Bisáu.

En los días siguientes y haciendo caso omiso a la Carta Magna, que establece que el Gobierno debe estar en manos de la mayoría parlamentaria, controlada por el PAIGC, el nuevo presidente nombró a su aliado Nuno Nabiam primer ministro y puso en marcha un nuevo ejecutivo. Al mismo tiempo inició una campaña de presiones y amenazas contra jueces del Supremo, cuyo presidente se vio obligado a huir del país, miembros del gobierno legítimo, la Asamblea Nacional, periodistas y representantes de la sociedad civil. Embalo, conocido en Guinea-Bisáu como el general del pueblo, contó en todo momento con el respaldo de las Fuerzas Armadas.

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La decisión de la CEDEAO supone la victoria de la posición defendida por dos de los grandes aliados internacionales de Embalo, el presidente senegalés Macky Sall y el jefe de estado nigeriano Muhamadu Buhari. El primero había prestado su incondicional e indisimulado apoyo a este candidato desde antes de los comicios. La CEDEAO mantiene un contingente militar en Guinea-Bisáu y los partidarios de Simoes Pereira y el Gobierno legítimo bisauguineano se plantean ahora la pertinencia de su presencia en el país, una vez tomaron partido por uno de los aspirantes en liza.

Ante la resistencia del Parlamento a aceptarle en el cargo, el nuevo presidente de Guinea-Bisáu ha amenazado ya con convocar nuevas elecciones legislativas este mismo año, pese a que las anteriores tuvieron lugar en 2019.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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