_
_
_
_
_

El coronavirus y la amenaza yihadista enturbian las elecciones en Malí

El presidente Keita mantiene la cita con las urnas pese a la llegada de la pandemia y al secuestro del líder opositor Soumaïla Cissé

José Naranjo
Un votante con mascarilla busca su nombre en el censo de un colegio electoral de Gao, en Malí, durante las elecciones legislativas celebradas este domingo.
Un votante con mascarilla busca su nombre en el censo de un colegio electoral de Gao, en Malí, durante las elecciones legislativas celebradas este domingo.SOULEYMANE AG ANARA (AFP)

Es difícil imaginar unas elecciones más anómalas. Con más de la mitad del país amenazado por la violencia terrorista, el líder de la oposición secuestrado desde este miércoles y el coronavirus que comienza a extenderse, Malí celebra hoy unos comicios legislativos rodeados de incertidumbre. La necesidad de renovar un Parlamento cuyo mandato expiró en 2018 ha llevado al presidente Ibrahim Boubacar Keita a mantener una cita con las urnas a la que los malienses acuden entre la desgana y el miedo al contagio de un virus que ha provocado 18 casos, casi todos en Bamako, la capital.

Cubos para lavarse las manos, gel desinfectante, algunas mascarillas y muchos improvisados trozos de tela para taparse nariz y boca. Este es el paisaje que encontraron los votantes este domingo en numerosos colegios electorales de Bamako. Las autoridades pidieron a los ciudadanos que cumplieran con su derecho a introducir la papeleta en la urna, pero que no olvidaran el deber de protegerse. Sin embargo, al miedo al contagio hay que sumar el hecho de que hace apenas una semana cuatro de cada diez votantes no habían recogido su carné electoral y a que una parte de la oposición ha pedido a los ciudadanos que se queden en casa, lo que arroja enorme incertidumbre sobre la participación en estas elecciones.

Pese a la declaración de urgencia sanitaria, que se añade al estado de emergencia por la violencia terrorista, el presidente Keita, presionado por los organismos internacionales y por líderes sociales y religiosos, decidió no dar marcha atrás y celebrar los comicios para reforzar la legitimidad de un Parlamento de 147 escaños al que necesita para reformar la Constitución de cara a la aplicación de los acuerdos de paz de Argel de 2015. Los retrasos en la adopción de medidas recogidas en este documento, firmado entre grupos armados y el Gobierno, suponen un freno a la estabilización del país, golpeado desde 2012 por un conflicto con tintes yihadistas y deriva intercomunitaria que afecta con especial intensidad al centro y norte.

Otra incógnita que se cierne sobre el proceso es la posibilidad real de que miles de ciudadanos de regiones como Segou, Mopti, Menaka, Kidal, Tombuctú, Taudenit y Gao puedan realmente ejercer su voto. La amenaza de grupos terroristas que controlan amplias zonas del país, más allá de las ciudades donde hay presencia del Ejército y las fuerzas del orden, es otra espada de Damocles que pesa sobre las elecciones.

Además, muchos malienses siguen con preocupación el secuestro el pasado miércoles del líder de la oposición Soumaila Cissé y de seis miembros de su equipo tras sufrir una emboscada terrorista en la que mataron a un guardaespaldas y otras dos personas resultaron heridas. Aunque aún no ha habido reivindicación ni petición de rescate, fuentes próximas al partido de Cissé aseguran que los secuestradores forman parte de la katiba del predicador Amadou Koufa y, por tanto, que el político podría estar en manos del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) de Iyad Ag Ghali, con quien el Gobierno ha iniciado contactos de cara a un diálogo para tratar de acallar las armas.

16 muertos en Burkina Faso

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Mientras otros conflictos en el mundo parecen entrar en hibernación a medida que se extiende el coronavirus, la situación de seguridad en el Sahel se deteriora a marchas forzadas. Al menos 16 personas fueron asesinadas este sábado por hombres armados cuando se encontraban en un mercado en la región Centro-Norte de Burkina Faso. El conflicto que comenzó en Malí y luego se extendió a este país y a Níger provocó solo en 2019 casi 5.000 muertos y ha generado una oleada de refugiados y desplazados en los tres países que se eleva al millón de personas. Al mismo tiempo, Burkina Faso es el territorio de África occidental más golpeado por el coronavirus, con más de 200 casos positivos sobre todo en la capital, Uagadugú.

Información sobre el coronavirus

- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia en África

- El mapa del coronavirus: así crecen los casos día a día y país por país

- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus

- Guía de actuación ante la enfermedad

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_