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Decenas de miles de personas participan en una protesta dirigida a objetivos chinos en Hong Kong

Horas después de la marcha, la Policía ha cargado contra manifestantes en zonas cercanas

Video: ATLAS / Fotografía: Vivek Prakash (Afp)Foto: atlas
Macarena Vidal Liy

Decenas de miles de personas —230.000 según los organizadores, 56.000 según la Policía— han participado este domingo en una nueva marcha en Hong Kong contra el Gobierno autónomo y el polémico proyecto de ley de extradición. La quinta protesta de grandes dimensiones en menos de un mes, era la primera que tenía como objetivo apelar directamente a los turistas chinos. La ruta estaba pensada especialmente para eso: comenzaba en Tsim Sha Tsui, una zona de comercios de lujo muy frecuentada por estos visitantes, y concluía en la estación de tren de alta velocidad que conecta el territorio con la China continental.

Los organizadores —un grupo de ciudadanos encabezado por Ventus Lau, un joven activista— habían asegurado que la marcha sería “pacífica, racional y simpática”, pese a sus potenciales choques con los turistas o con la Policía que protegía la estación. En su mayor parte, la promesa se vio cumplida.

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Horas después, no obstante, la Policía cargaba contra varios centenares de manifestantes, la mayoría muy jóvenes y todos con el rostro cubierto, que se habían congregado en la zona comercial de Nathan Road para continuar la protesta. Al menos cuatro personas resultaron detenidas.

Era la primera marcha desde que el pasado lunes varios centenares de jóvenes ocuparon durante tres horas el Parlamento autónomo para protestar contra el Gobierno, y el ambiente en la antigua colonia británica había estado lleno de tensión. Pero la participación ha sido superior a la esperada, según los organizadores. Muchos manifestantes aseguraban que habían salido a la calle para expresar su apoyo a los jóvenes que entraron en el Legislativo: “se puede estar de acuerdo con eso o no, pero entiendo por qué lo hicieron. Querían defender Hong Kong y nuestras libertades”, sostenía Cindy, una mujer de 49 años.

En un sentido similar se expresaba Mia, una joven de 16 años que marchaba acompañada de varios amigos de su edad y que asegura que ha participado en cada movilización del último mes. “Los chicos de nuestra edad queremos aportar también nuestro granito de arena. Somos los que más nos jugamos nuestro futuro en esto. Si perdemos nuestras libertades, ¿qué nos queda?”

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A lo largo del recorrido, decenas de turistas de la China continental —cerca de 20 millones visitan el territorio autónomo anualmente— miraban la avalancha de personas vestidas de negro, con carteles en contra del Gobierno autónomo o a favor de los estudiantes: “no son disturbios, solo tiranía del Gobierno”, el lema que esos jóvenes habían colocado en el hemiciclo del Legislativo, era uno de los más repetidos en los letreros y más coreados por los participantes. Varios voluntarios intentaban entregar panfletos en mandarín a los visitantes, explicando su versión de la situación. Algunos reaccionaban con ira; otros, intentando filmar a los manifestantes; otros leían cuidadosamente el texto. En algún caso, alguien contestaba “¡jia you!” (¡ánimo!) a los concentrados.

En previsión a posibles incidentes, las autoridades de transporte hongkonesas habían dejado de vender billetes para viajes del tren de alta velocidad a partir de las tres de la tarde, y han clausurado todos los accesos menos uno. Únicamente se dejaba entrar en la estación a quienes tuvieran billete. Las calles de alrededor quedaron cerradas al tráfico con barreras, y cerca de 1.500 agentes de Policía se encontraban en estado de alerta. Tras la manifestación, varias decenas de jóvenes han permanecido frente a la estación para increpar a los agentes, aunque se han acabado disolviendo de modo espontáneo sin incidentes.

Desde que el asalto al Legislativo, se han multiplicado los pequeños actos de protesta contra el Gobierno, incluso en zonas de la ciudad donde hasta ahora no se habían registrado eventos. Entre ellos, simpatizantes del partido Demosisto, encabezados por su fundador Joshua Wong, colocaron una bandera negra con el dibujo de una bauhinia, la flor símbolo de Hong Kong, en el monumento a los caídos.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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