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Un legado de cemento opaco para gobernar en Puebla

La céntrica región de México elige este domingo a un nuevo gobernador frente al reto de transparentar su pasado y tras un año convulso

La llamada Ciudad Modelo construida en 2016, en el Estado de Puebla.
La llamada Ciudad Modelo construida en 2016, en el Estado de Puebla.Seila Montes
Sonia Corona

La hierba crece en las grietas del suelo de cemento de unos de los aparcamientos del centro escolar de Ciudad Modelo. Hace meses que nadie usa este y muchos otros rincones de una urbe construida en el Estado de Puebla (centro de México) para ofrecer vivienda y servicios a los empleados de la pujante industria automotriz que se desarrolla en esa región desde que se instaló una planta de ensamblaje de Audi en 2016. La ciudad fue construida con fondos del Estado por decisión de Rafael Moreno Valle, el antepenúltimo gobernador de Puebla, que murió en diciembre tras caer el helicóptero en el que viajaba acompañado de su esposa Martha Erika Alonso, la última gobernadora, también, de Puebla.

Ciudad Modelo es apenas una fracción del legado de Moreno Valle: puentes, edificios, avenidas, museos, monumentos y atracciones financiados por su gobierno en condiciones poco claras a través de contratos que permanecen, en muchos casos, sellados durante varios años. Tras su muerte y la de su sucesora, en Puebla han sido organizadas unas elecciones extraordinarias que se celebrarán este domingo. De los exgobernantes se habló poco durante la campaña, sin embargo, el nuevo gobernador del quinto Estado más habitado del país tendrá frente a sí la posibilidad de transparentar la herencia del exgobernador o de perpetuar su opacidad.

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Aunque los nuevos proyectos arquitectónicos abundaron durante los seis años del Gobierno de Moreno Valle (2011-2017), la aportación de Puebla al PIB nacional se mantuvo prácticamente estática —entre 3,32% y 3,38%, según datos del Instituto Nacional de Estadística—. Pese a que la inversión pública en infraestructuras fue notable, no se reflejó en el crecimiento de la región. “Esa riqueza no se quedó en Puebla”, explica José Antonio Hernández, presidente local de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción. “Han sido años de sequía para las empresas poblanas, donde hemos tenido que emigrar a otros estados porque en Puebla, desgraciadamente, con los dos gobiernos anteriores no hubo trabajo o no nos dejaron participar en las obras emblemáticas que se hicieron en su momento”, añade.

Moreno Valle designó los proyectos a grandes constructoras —algunas extranjeras— bajo costes que se han ido aclarando a lo largo de los años hasta dejar notar que algunas de las construcciones requirieron recursos por encima de lo planeado. “Dejó un gobierno de derroche, con obras más de fachada que necesarias y mucha opacidad”, apunta Shanik David, coordinadora del Observatorio Con los Ojos Abiertos de la Universidad Iberoamericana de Puebla. El reto en los últimos años para periodistas y organizaciones civiles de la región ha sido obtener detalles sobre los grandes proyectos que se observan, principalmente en la capital del Estado. David señala que el rompecabezas continúa descubriéndose poco a poco, a pesar de los constantes obstáculos gubernamentales para impedir que la información sea pública.

Las construcciones de Moreno Valle son una hipoteca a la que en Puebla no desean llamar deuda. En 2017, el gobierno admitió en una carta enviada al periódico El Universal poseer pasivos por 24.000 millones de pesos (1.200 millones de dólares) en el que se encuentran los pagos pendientes de corto, mediano y largo plazo a contratistas y bonistas relacionados con las obras públicas del exgobernador. Una carga financiera que el próximo gobierno tendrá que enfrentar. Entre las más cuantiosas están el Museo Internacional del Barroco, la oficinas de gobierno conocidas como Centro Integral de Servicios y la adaptación del terreno donde se construyó la fábrica de Audi.

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El centro escolar de Ciudad Modelo lleva en letras azules el nombre “Doctor y General Rafael Moreno Valle”, en homenaje al abuelo homónimo del exgobernador. Una nomenclatura que se repite en diversos lugares del Estado. La escena política en Puebla estuvo dominada por los seguidores de Moreno Valle en los últimos ocho años. El giro inesperado de su fatal destino alejó a sus colaboradores del hervidero electoral, tanto que incluso algunos de ellos se retiraron de la vida pública. “El problema de Moreno Valle es que, si bien construyó un grupo a su alrededor que le permitió irse apoderando de todos los espacios y las disidencias, nunca fue capaz de confiar en esa gente. Tan era él el eje del poder que cuando muere se desmorona en semanas su grupo”, cuenta Ernesto Aroche, codirector del portal de noticias Lado B.

En el último año Puebla ha sido convulso y se han celebrado dos elecciones. La primera se decidió en los tribunales, tras una serie de enfrentamientos, al determinarse que Martha Erika Alonso, candidata del PAN y esposa del exgobernador, ganó por una diferencia del 4% al candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa. Alonso solo gobernó durante 10 días. En la nueva terna Barbosa ha repetido como aspirante del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador; el PAN ha propuesto al economista sin partido Enrique Cárdenas; mientras que un decadente PRI ha optado por el exsecretario de Agricultura Alberto Jiménez Merino. La consultora Eurasia Group ha estimado en su último análisis que Morena tiene la posibilidad de hacerse con el gobierno de Puebla, principalmente por la simpatía que despierta el nuevo presidente mexicano entre los votantes, es decir, por el llamado Efecto López Obrador.

En Ciudad Modelo hay parques, una clínica, una universidad, un hotel, un centro comercial, una central de autobuses y decenas de departamentos. Una buena parte de la urbe está vacía. Un grupo de estudiantes esperan al transporte colectivo tras salir de clases. Van para Rafael Lara Grajales, el poblado más cercano, a 10 minutos en coche. “Toda la gente está allá y es más barato rentar”, comenta uno de los alumnos. “Hace falta que le den un impulso, que haya más servicios y la den a conocer para que venga más gente”, dice Gagnai Campuzano, una de las habitantes. La ciudad de Moreno Valle también busca hacerse un hueco en el futuro.

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Sobre la firma

Sonia Corona
Es la jefa de la redacción de EL PAÍS en México. Cubre temas de Política, Economía, Tecnología y Medio Ambiente. Fue enviada especial para las elecciones presidenciales de 2020 en EE UU. Trabajó en Reforma y El Huffington Post. Es licenciada en Comunicación por la Universidad de las Américas Puebla y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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