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Orbán y Salvini hacen campaña contra la inmigración junto a la valla fronteriza serbohúngara

El primer ministro húngaro ha elogiado al líder de la Liga mientras manifiesta su malestar por una posible alianza del PPE con los socialistas tras las elecciones

Daniel Verdú
Orbán (centro) y Salvini (con corbata), este jueves en la frontera serbohúngara.
Orbán (centro) y Salvini (con corbata), este jueves en la frontera serbohúngara.Balazs Szecsodi (EFE)

La foto que lograron era exactamente la que buscaban sus equipos de comunicación. Matteo Salvini y su gemelo ideológico húngaro paseando por Roszke, en los confines de Hungría con Serbia, para celebrar la política migratoria ultraderechista de Viktor Orbán. El líder de la Liga y vicepresidente de Italia, Matteo Salvini, vive en una campaña electoral perpetua desde que asumió el cargo hace un año. Pero la paradoja se ha intensificado en las últimas semanas aumentando su actividad internacional para tratar de obtener el mejor resultado posible en las próximas elecciones europeas. En esa carrera, el papel de Orbán, será crucial. “Voy a Hungría para construir una nueva Europa”, anunció el líder de la Liga antes de despegar y en el mismo día que su socio de gobierno, el Movimiento 5 Estrellas, presentaba sus propuestas para las elecciones europeas.

El papel de Orbán en la alianza ultra que Salvini y Marine Le Pen están tejiendo en Europa es todavía algo confuso. El primer ministro húngaro, en principio, no abandonará el Partido Popular Europeo pese a haber sido suspendido temporalmente de la formación y mantener fuertes discrepancias con la línea que debe mantener en asuntos como la inmigración. Nadie puede permitirse ahora movimientos demasiado bruscos. El pasado 20 de marzo, de hecho, el PPE eludió expulsar a Fidesz del grupo conservador pese a sus salidas de tono en aras de una posible reconciliación. La realidad es que la formación popular no se atrevió a prescindir a uno de los partidos que más escaños le ha reportado hasta ahora (12) a las puertas de unas elecciones cruciales. Orbán es consciente de ello y acepta jugar al despiste con el cortejo del grupo ultra.

Un cambio de bando de Orbán que sus nuevos pretendientes -con Salvini autoerigido en líder del movimiento- hubiesen deseado fuertemente. Pero si no llegase, piensan, jugaría igualmente un papel en la construcción de un nuevo esquema de poder que, de momento, no avalan los sondeos. Pero la idea de fondo es que sus votos pueden determinantes en la batalla que se librará después del 26 de mayo, y todo el mundo busca ahora su complicidad. Su postura está clara: el PPE debería pactar con el nuevo grupo ultra y buscar un entendimiento para aplicar las medidas de seguridad y contra la inmigración desarrolladas ya en Hungría e Italia.

Fronteras por mar y tierra

Orbán no oculta la importancia política del viaje de Salvini, a la vez que sigue manifestando cierto malestar por la posible alianza que el PPE podría tejer con los socialistas tras las elecciones. En una entrevista con el periódico La Stampa, el primer ministro húngaro fue muy duro con las presuntas intenciones de su partido. “El PPE se está preparando para llevar a cabo un suicidio político. Quiere atarse a la izquierda y hundirse de este modo hasta el fondo. La realidad es que no tenemos éxito, tenemos cada vez menos primeros ministros y tendremos también menos diputados”, señaló Orbán.

Por eso ya ha dejado claro también que la reunión que mantendrían no solo tratará “temas bilaterales”, sino también “asuntos del partido”. Los elogios a Salvini por parte de Orbán son absolutos. “Tiene un papel político muy importante y tenemos mucho interés en consolidar una buena relación. La gente aquí lo ve como un compañero de la misma lucha, sufrimos los mismos ataques. Pero él es el héroe que ha frenado primero la inmigración en el mar. Nosotros lo hemos hecho en tierra”, señaló al rotativo italiano. Una política que contrasta con el hecho de que Hungría, a pesar de ser un país de menos de 10 millones de habitantes, ha perdido el 10% de su población en los últimos 30 años y carece de mano de obra.

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Salvini le devolvió el elogió y fijó la estrategia poselectoral. "Felicitaciones a Orbán, que de manera rápida y eficaz, ha asegurado 600 kilómetros de frontera bloqueando los ingresos. Las posiciones del Gobierno italiano y el húngaro son idénticas. Contamos con que la nueva Europa, que emergerá tras el 27 de mayo, protegerá las fronteras en tierra como lo hace Hungría y en el mar como lo hace Italia".

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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