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“Pase lo que pase, seguimos”

Miles de venezolanos se han congregado en las calles de Caracas para apoyar a Guaidó

Afines a Juan Guaidó este miércoles, en Caracas. En vídeo, intervención de Guaidó ante sus seguidores.Foto: atlas | Vídeo: REUTERS / ATLAS
Florantonia Singer

La gente salió a la calle sin mucha idea de por dónde ir. Ciudadanos con banderas, camisetas blancas y gorras con el tricolor venezolano se vieron por toda Caracas. Para la marcha del Primero de Mayo se anunciaron 10 puntos de concentración, pero no se dijo si habría un destino final, sobre el que había grandes expectativas tras la insubordinación del martes de un grupo de militares y el nuevo desafío de Juan Guaidó tras la liberación del dirigente Leopoldo López.

En la avenida Vollmer de Caracas, los manifestantes debatían sus teorías sobre lo ocurrido el día anterior y hacían balance sobre la lucha opositora para sacar a Nicolás Maduro de Miraflores. “Todavía no sabemos qué ocurrió, pero pase lo que pase seguiremos en la lucha”, decía Joel Parra, estudiante universitario de 27 años. Maritza Pérez, administradora de 47 años, con una gorra que decía: "Leopoldo López, presidente", sostenía que los militares tendieron una trampa a Guaidó con la llamada Operación Libertad y al final no se plegaron a su causa con la intención de perjudicarle. “Pero el tiro les salió por la culata. No nos rendimos. Yo lucho porque mi hija de 19 años no se vaya del país. Aquí vamos a tener paz”. Carlos Durán, de 60 años y trabajador en una aseguradora, en cambio, cree que lo que sucedió el martes fue una jugada anticipada de Guaidó para evitar su detención, y que dejó mal parado al Gobierno chavista.

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Para Xiomara Pardo, médico de 60 años, los hechos de las últimas horas son un avance más. “Llevamos 20 años con este régimen, no podemos pensar que vamos a salir de él en cuatro meses. Ninguna guerra se gana en una batalla. Con miedo, salimos igualmente a la calle de nuevo”, dijo. La mujer estaba en el grupo que se movió desde la zona de Candelaria hasta la iglesia de la Chiquinquirá, porque la policía les amenazó con reprimir su marcha.

En el destino otro piquete, de los muchos que desplegaron por la ciudad, los dispersó con bombas lacrimógenas, aunque pasada la estampida y el humo, la gente retornó. Desde temprano las fuerzas de Maduro replegaron a los que quisieron salir a marchar. La masa de gente que venía del sureste hacia Altamira fue desviada con gases por piquetes de guardias antimotines alrededor de la base militar de La Carlota, epicentro de la batalla del día anterior, que amaneció acordonada. Guillermo López se devolvió en ese punto con su hermano en silla de ruedas. El martes también le tocó respirar los gases picantes de las bombas. “Maduro le tiene miedo a la gente y el único que tiene problemas acá es él. De este Gobierno salimos”. El comerciante de 60 años y su grupo intentarían llegar por otro lado a Altamira, el sitio que concentró a la mayoría, donde todavía había restos de la refriega del día anterior.

La manifestación no fue tan multitudinaria como había anunciado la oposición, porque gran parte de la gente permaneció en los puntos de salida. Guaidó recorrió algunos de los puntos en los que aseguró que una y otra vez se levantará hasta alcanzar su objetivo. En un miércoles no laboral y de poco tránsito en las vías, resaltaron las tanquetas, convoyes y vehículos militares circulando. También, en el centro de Caracas, los autobuses de ciudades del interior del país, en los que el chavismo movilizó a parte de sus seguidores, milicianos y trabajadores públicos, que ocupaban varias cuadras.

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