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Rusia vuelve a investigar la misteriosa muerte de nueve excursionistas en los Urales 60 años después

El incidente del Paso de Diatlov ha alumbrado años de descabelladas teorías: desde el ataque alienígena hasta pruebas secretas del KGB

El campamento de los excursionistas fallecidos en los Urales, en una fotografía tomada por las autoridades de la URSS el 26 de febrero de 1959. En vídeo, tráiler de 'El paso del diablo', película de ficción de 2013 inspirada en el incidente del Paso de Dyatlov.
María R. Sahuquillo

Febrero de 1959. Nueve excursionistas rusos de ruta por los Urales deciden plantar las tiendas y hacer noche a unos pasos de la conocida como Montaña de la Muerte, todavía a corta distancia de su destino. Nunca se les volvió a ver vivos. Sus cuerpos fueron hallados semanas después, fuera de las tiendas, mal vestidos y lejos los unos de los otros. Los investigadores determinaron entonces que tres de los nueve jóvenes murieron por golpes "causados por una gran fuerza". Los otros, de hipotermia. A una de las dos chicas del grupo le faltaba la lengua. Y la ropa de algunos de ellos presentaba dosis de radiación dos veces más altas de la habitual, según la investigación.

El incidente del Paso de Diatlov —llamado así por Igor Diatlov, el guía del grupo, que también murió—, está considerado como uno de los grandes misterios de la historia reciente de Rusia. El escabroso suceso ha alumbrado descabelladas teorías durante años: desde que fueron atacados por presos fugados hasta que los asesinaron miembros del KGB o alienígenas; también que se mataron entre ellos. La historia ha dado lugar a series, películas —como Devil's Pass, de 2013— y libros de todo tipo. Ahora, 60 años después, las autoridades han decidido desempolvar los archivos del caso y volver a investigar la muerte de los nueve excursionistas, todos experimentados esquiadores de fondo con muchos kilómetros a cuestas.

La fiscalía rusa de la región de Sverdlovsk reabrió el caso el pasado viernes. Este martes, Alexander Kurennoi, portavoz de la Fiscalía General, ha informado de que la investigación penal se ha cerrado. "Se ha excluido cualquier posibilidad de un rastro criminal", ha afirmado, según recoge la agencia rusa Tass. Continúan, no obstante, las pesquisas para determinar qué les ocurrió a los nueve esquiadores.

El caso se había cerrado en junio de 1959. La explicación con la que las autoridades dieron carpetazo a la muerte del grupo fue que habían fallecido por una "fuerza elemental irresistible". Los familiares nunca estuvieron conformes y han peleado años para que su caso se reabra. Kurennoi, el portavoz de la Fiscalía General, ha explicado también que se ha decidido poner en marcha la investigación de nuevo para evitar algo similar, ya que el ahora conocido como Paso de Diatlov —precisamente por el incidente— es un lugar de acceso público. "Si los colegas de la región de Sverdlovsk con la ayuda de los expertos no establecen qué fenómenos naturales provocaron la muerte del grupo de Diatlov, entonces una tragedia similar podría volver a ocurrir", señaló el fiscal.

El portavoz de la Fiscalía de Sverdlovsk, Andrei Kuryakov, rodeado de periodistas mientras presenta los archivos del 'caso Dyatlov', el pasado viernes en Ekaterimburgo.
El portavoz de la Fiscalía de Sverdlovsk, Andrei Kuryakov, rodeado de periodistas mientras presenta los archivos del 'caso Dyatlov', el pasado viernes en Ekaterimburgo.

En los archivos del incidente hay numerosas lagunas. Sobre todo porque los cuerpos se encontraron con varias semanas de diferencia y en muy mal estado. Pero algunos hechos si están claros. Las cámaras de fotos de los jóvenes y los diarios hallados entre sus pertenencias permitieron reconstruirlos. Recapitulemos: A finales de enero de 1959, un grupo de nueve veinteañeros, estudiantes y graduados del Instituto Politécnico de los Urales (hoy la Universidad Técnica de Ekaterimburgo), y su guía iniciaron una excursión para practicar esquí en la montaña Jolat Siajl, conocida por los mansi, los pobladores locales, como la Montaña de la Muerte o la Montaña de los Muertos. A mitad de camino uno de ellos enfermó y se volvió. El resto montó el campamento para pasar la noche del 1 al 2 de febrero en un paraje todavía a 10 kilómetros del lugar de destino.

Al ver que no regresaban se inició su búsqueda. Los equipos de rescate encontraron los cadáveres de cinco de ellos a finales de febrero a unos 500 metros de una de las tiendas de campaña, pendiente abajo. Los otros cuatro fueron hallados en mayo. La tienda más grande estaba rasgada desde dentro. Y la mayoría de los jóvenes estaba a medio vestir, algunos sin zapatos, otros con ropas que no eran suyas. Como si hubieran salido sin preparación y atropelladamente en medio de la noche con lo primero que encontraron.

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Los investigadores de la antigua Unión Soviética no determinaron nunca la causa de la muerte. Solo esa misteriosa "fuerza elemental irresistible". Y cerraron el paso y los alrededores del lugar donde se produjo el suceso durante tres años. Además, los archivos del caso solo estuvieron disponibles para consulta a partir de la década de los noventa del siglo pasado, una vez se derrumbó la antigua URSS. E incompletos. Así, todo ello no ha hecho sino contribuir a agrandar el misterio.

Algunos investigadores independientes del caso Diatlov sospecharon inicialmente que los excursionistas fueron víctimas de los mansi, el grupo étnico que habitaba esas tierras; aunque el lugar donde fueron hallados estaba lejos de la zona considerada sagrada por estos pobladores. Otros, que fueron asesinados por prisioneros de un centro penitenciario cercano, aunque esos días no hubo ninguna fuga. Anatoli Guschin, un periodista local que indagó en la historia durante años y publicó un libro sobre el caso, siempre pensó que habían muerto víctimas de un experimento soviético para idear una nueva arma, de ahí la radiación, como contó en su ensayo El precio de los secretos de Estado son nueve vidas.

Yuri Yudin, el único superviviente de la expedición, siempre dijo que vivía con el trauma. Tiempo después, llegó a declarar a la prensa local: "Si tuviera la oportunidad de hacerle a Dios una sola pregunta sería: '¿Qué les pasó a mis amigos esa noche?". Yudin falleció en 2013, pero quizá la nueva investigación dé una respuesta a su pregunta de una vez.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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