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El ministro de Defensa de Israel dimite en protesta por la estrategia apaciguadora de Netanyahu en Gaza

Avigdor Lieberman rechaza la tregua ofrecida por Hamás. La salida de su partido de la coalición deja al Gobierno al borde de la minoría

Juan Carlos Sanz

El ultraconservador Avigdor Lieberman, líder político de los judíos de origen ruso de Israel, ha dimitido este miércoles de su cargo de ministro de Defensa. Su renuncia obedece oficialmente al rechazo a la estrategia apaciguadora Benjamín de Netanyahu en Gaza. Tras los enfrentamientos registrados entre el domingo y el martes, los más graves desde la guerra de 2014, el primer ministro siguió el consejo de la cúpula del Ejército de aceptar la oferta de tregua planteada por Hamás y las milicias palestinas de la Franja. En la práctica, Lieberman ha actuado movido por los intereses de su partido, Israel Beitenu (Israel Nuestra Casa), ante la inminente convocatoria de elecciones anticipadas. La salida de esta formación (seis diputados) de la coalición gubernamental, deja a Netanyahu con una mayoría raspada de 61 escaños en una Kneset (Parlamento) de 120.

Avigdor Lieberman (centro) en una reunión en Tel Aviv el lunes.
Avigdor Lieberman (centro) en una reunión en Tel Aviv el lunes. EFE

“No puedo seguir en mi cargo de ministro de Defensa, no puedo mirar a los ojos de las familias del sur que viven en manos de Hamás (...). Israel Beitenu se retira inmediatamente de la coalición”, dijo Lieberman en el Parlamento para anunciar su dimisión. “Lo que pasó ayer (por el martes) es rendirse al terrorismo, no hay otro nombre. Se está ganando estabilidad a corto plazo a cambio de seguir teniendo problemas en el futuro”, criticó la tácita aceptación del alto el fuego. La calma era patente este miércoles en las calles de Gaza, donde los ciudadanos se atareaban en las compras y gestiones aplazadas a causa de la escalada bélica de los días anteriores. Más de 40 bombardeos de la aviación israelí golpearon 160 objetivos de las milicias palestinas, que a su vez dispararon 460 proyectiles, entre cohetes y granadas de mortero, contra zonas colindantes de Israel. La actividad escolar se reanudó con normalidad a ambos lados de la frontera.

El dirigente de la derecha radical israelí es un colono que vive en un asentamiento de Cisjordania próximo a Belén, pero también representa a sectores laicos de inmigrantes procedentes de la antigua Unión Soviética poco apegados a la tradición religiosa judía. Ha cuestionado además que Netanyahu autorizase a Qatar a distribuir durante el pasado fin de semana en Gaza 15 millones de dólares (13,3 millones de euros) para el pago de salarios atrasados a decenas de miles de funcionarios palestinos de la Administración de Hamás. Las autoridades de Doha han enviado camiones con combustible al enclave para incrementar la capacidad de suministro de la única central eléctrica del territorio. “Estamos dando a los terroristas dinero en efectivo. Esto no puede continuar”, sostuvo. Pero ante todo teme que Israel Beitenu no supere el umbral del 3,25% de los sufragios que permite acceder a la Kneset. Por ello ha decidido romper con el jefe de Gobierno para presentarse como único defensor la política de mano dura en el disputado espacio de la derecha israelí.

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Lieberman ha exigido al primer ministro que tome una decisión cuanto antes sobre la convocatoria de elecciones –la legislatura no se extingue en principio hasta dentro de un año- para poner fin a “la sumisión al terror y la falta de claridad en asuntos de seguridad”. Netanyahu se hará cargo por ahora de la cartera de Defensa. Altos cargos citados por la prensa israelí han descartado un inmediato adelanto electoral mientras persiste la tensión en Gaza. Otro dirigente del Gobierno más derechista en la historia de Israel, el ministro de Educación, Naftali Bennett, ha amenazado con retirar también a su partido –Hogar Judío, nacionalista religioso (ocho escaños)- del pacto de coalición si no es nombrado nuevo titular de Defensa. El acuerdo de seis formaciones que ha sostenido en el poder a Netanyahu desde 2015 tiene los días contados. En apenas un mes vence el plazo dado por el Tribunal Supremo al Gobierno para que revise la legislación de alistamiento al servicio militar obligatorio, de manera que incluya a los judíos ultraortodoxos, ahora prácticamente exentos de incorporarse a filas. Los dos partidos ultrarreligiosos de la coalición ya han anticipado que romperán el acuerdo si se altera el statu quo.

Hamás, mientras tanto, ha calificado de “victoria política para Gaza" la dimisión del ministro israelí de Defensa. “En un terremoto político en Israel, Lieberman ha admitido su derrota y ha reconocido su incapacidad ante la resistencia palestina”, rezaba un triunfalista comunicado del movimiento islamista que gobierna en Gaza de facto desde 2007. El balance de víctimas no parece tan favorable: 14 palestinos, entre ellos 10 milicianos, han muerto en la última escalada bélica, y decenas de edificios e instalaciones han sido arrasadas por la aviación israelí. En el bando contrario han perdido la vida un oficial del Ejército y un civil, y han sido destruidas varias casas por los proyectiles palestinos.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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