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Con el ISIS no salen las cuentas

Meses después de proclamar la derrota del grupo y la muerte de casi todos sus milicianos, EE UU y la ONU usan cifras de combatientes vivos similares a las difundidas tras la proclamación del califato

Decenas de militantes del ISIS, a mediados de 2014 en Raqa (Siria).
Decenas de militantes del ISIS, a mediados de 2014 en Raqa (Siria).AP
ÓSCAR GUTIÉRREZ

Con el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) todo es exagerado. Abdulkarim Omar es una suerte de portavoz político en la franja kurda del norte y noreste sirio. El 6 de octubre lanzó en un tuit una llamada a las cancillerías extranjeras que quieran escuchar. "El número de combatientes del ISIS, mujeres y niños bajo nuestra custodia", señaló en el mensaje, "es grande". Las cifras: 900 milicianos, entre 400 y 500 mujeres y más de un millar de niños de hasta 44 nacionalidades. Más de 2.000 personas de un plumazo. Y más detenidos hay en el sur del país y, sin duda, al otro lado de la frontera con Irak. Los números con el ISIS son siempre abultados. En el último informe hecho por la Administración norteamericana para presentarlo ante el Congreso y difundido en agosto se cifraba en alrededor de 30.000 los yihadistas del ISIS entre Siria e Irak. Pero a finales del pasado mes de diciembre, nueve meses antes, la coalición que lidera Estados Unidos reducía a un millar los militantes aún en armas. ¿Cómo puede haber semejante diferencia en las cifras?

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El escritor sirio Hassan Hassan, autor junto a Michael Weiss de ISIS: dentro del Ejército del Terror, es uno de los mayores expertos en este fenómeno terrorista. Para él, la cifra más "realista" de yihadistas todavía en pie a ambos lados del Éufrates estaría en torno a los 6.000 o 7.000. "Los números de militantes del ISIS han sido siempre exagerados por Estados Unidos y otros países, especialmente los de combatientes extranjeros", dice Hassan en un intercambio de mails. "Las autoridades iraquíes han inflado además los muertos en el campo de batalla".

Los márgenes en el recuento de barbudos en las filas del ISIS es espectacular. Aquel informe estadounidense difundido en agosto hablaba de entre 15.500 y 17.100 solo en Irak, dependiendo de las fuentes consultadas. En Siria, con menos seguridad, el reporte planteaba unos 14.000. Muchos de todos estos andarían a la fuga o agazapados en modo insurgencia entre los desiertos de Deir Ezzor (Siria) y Al Anbar (Irak). Esa suma llevaría la guerra contra el grupo liderado por Abubaker al Bagdadi a la casilla de salida: en septiembre de 2014, dos meses después de declarado el califato desde Mosul, fuentes de la CIA informaban a la cadena CNN de que el ISIS contaba ya con entre 20.000 y 31.500 miembros. Y con esa cifra nos quedamos. No era una estimación muy fina, pero era el gran momento del grupo yihadista, con entradas a través de la porosa frontera turco-siria de hasta 2.000 fieles al mes.

Pero Washington no está solo en esa estimación. El comité que informa periódicamente ante el Consejo de Seguridad de la ONU de cómo evolucionan los dos gigantes del terrorismo yihadista, Al Qaeda e ISIS, cifraba a finales de verano en entre 20.000 y 30.000 los milicianos a las órdenes de Al Bagdadi en Siria e Irak. Sus fuentes son básicamente los Estados miembros de la ONU.

"Las verdaderas cifras probablemente estén solo disponibles en documentos del ISIS, ahora desperdigados o destruidos", comenta en otro correo Richard Barrett, exagente de Inteligencia británico y estudioso del pelotón de combatientes extranjeros del ISIS. "Nunca sabremos cuántos foráneos hubo, cuántos murieron o viajaron a otro teatro de la yihad", continúa el analista, "todas las cifras, incluso las oficiales no son más que estimaciones o conjeturas con información". Precisamente Barrett, en el trabajo Más allá del califato: combatientes extranjeros y la amenaza de retorno, se aproxima a abordar el volumen de acólitos que pudo mover el ISIS en un momento dado. Y para ello recoge el registro de aspirantes —algunos no llegaron a entrar en Siria— elaborado por Turquía en junio de 2017: 53.781 personas, de 146 países.

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Hay pocos registros probados de yihadistas en el seno del ISIS. En marzo de 2016, un desertor del grupo filtró 22.000 hojas de entrada en Siria bajo el sello del órgano fronterizo del grupo terrorista. Los servicios de inteligencia alemanes se hicieron con la filtración. Algunos de estos documentos fueron difundidos por el diario sirio Zaman al Wasl. Los que pudo ver este periodista mostraban historias reales de aspirantes españoles de camino al califato.

Como decía Hassan Hassan, las cifras de vivos y muertos se han hinchado. El recuento de los yihadistas abatidos hecho por el Mando Central estadounidense lía aún más las cosas. El teniente general Sean MacFarland informó en agosto de 2016 de que la coalición había matado ya, en una evaluación "conservadora", a 45.000 combatientes. Se cumplían dos años de bombardeos. En julio del pasado año, llegando al tercer aniversario, los muertos rondaban los 60.000-70.000, según el general norteamericano Raymond Tony Thomas —en esa cuenta habría que meter a los más de 3.000 que la aviación británica ha alcanzado, según información de Londres—. El general Thomas daba además por "desmantelada la red" establecida por el ISIS.

No parece tan claro que así sea. Como prueba, un parte del mando norteamericano de este mes. También con muchas cifras nada pequeñas. Entre el 1 y el 6 de octubre, la coalición contraria al ISIS lanzó 70 ataques. Los bombardeos destruyeron, entre otras cosas, 57 unidades de combate —se desconoce si con o sin personal yihadista asociado—, 17 rutas de abastecimiento, siete edificios...

¿Alguien se beneficia de las grandes cifras? Hassan no cree que se trate de una invención "deliberada", pero sí que "un número elevado [de combatientes en el terreno] casa con la nueva estrategia de EE UU de permanecer en Siria". Por ahí van también los tiros del analista de Crisis Group en Líbano Samuel Heller: "Si el ISIS fuera totalmente y oficialmente derrotado", afirma, "no tendrían ya base legal para [justificar] su presencia en Siria". Dicho esto, Heller no cree que eso explique una estimación tan alta de milicianos aún en la trinchera.

Los tambores suenan no obstante en torno a cierto resurgimiento del grupo terrorista, ya lejos del añorado califato. Rafaello Pantucci, del británico Real Instituto de Estudios de Seguridad y Defensa (RUSI) así lo cree: "El grupo, como estructura en Levante, aún existe, y los fuegos de ira que subyacen y que alimentó no se han apagado aún. Esto quiere decir que si no se maneja correctamente, el grupo podría alzarse de nuevo". Y si pasa, las cifras volverán a dispararse.

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Sobre la firma

ÓSCAR GUTIÉRREZ
Periodista de la sección Internacional desde 2011. Está especializado en temas relacionados con terrorismo yihadista y conflicto. Coordina la información sobre el continente africano y tiene siempre un ojo en Oriente Próximo. Es licenciado en Periodismo y máster en Relaciones Internacionales

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