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“Ha habido una gran transformación en la percepción de Colombia. Eso hay que cuidarlo”

"La relación con Venezuela cada día es más difícil, se ha ido deteriorando", afirma la canciller del Gobierno saliente

La canciller de Colombia, María Ángela Holguín.
La canciller de Colombia, María Ángela Holguín.ANDRÉS PISCOV

Dentro de un mes pasará el testigo a la persona designada por el presidente electo, Iván Duque, para conducir las relaciones exteriores de Colombia. Son los últimos días en el cargo de la canciller María Ángela Holguín (Bogotá, 1963) después de ocho años al frente de un departamento que ha sido un punto de observación privilegiado para ver algunos de los profundos cambios experimentados por el país y certificar la transformación de su imagen en el mundo. La jefa de la diplomacia colombiana durante los dos Gobiernos de Juan Manuel Santos (2010-2018) recibe a EL PAÍS en el Palacio de San Carlos, una construcción del siglo XVI que sirve de sede al ministerio.

Colombia ha vivido las últimas legislaturas bajo la lupa de la comunidad internacional, que acompañó el proceso de paz con las FARC y apoyó la implementación de los acuerdos alcanzados en noviembre de 2016 tras más de medio siglo de conflicto armado. A pesar de los obstáculos, la polarización de la sociedad y la violencia que persiste en algunas zonas rurales, el país ha entrado en una etapa de transición que queda reflejada también en un viraje de la percepción. En 2012 arrancaron las negociaciones con la antigua guerrilla, que se extendieron durante cuatro años en La Habana, y eso “le cambió mucho al mundo la percepción de esa Colombia guerrera, de violaciones a los Derechos Humanos”. “Es mucho lo que ha cambiado la imagen de Colombia y los colombianos no se alcanzan a dar cuenta”, señala Holguín. “Empecemos por el tema del visado. Había 26 países que no nos pedían visa en el año 2010, hoy en día hay 91”. También recuerda el enorme salto en el número de visitantes extranjeros, que este año podría cerrar con una cifra récord superior a 6,5 millones. “La gente está en el descubrimiento de Colombia. Nosotros mismos como colombianos no conocíamos zonas a las que ahora podemos viajar”, considera.

"Creo que podemos trabajar con España en la recuperación del 'San José"

Colombia y España mantienen diferencias sobre la extracción del tesoro del galeón San José, el buque español hundido en 1708 frente a Cartagena de Indias, en el Caribe colombiano. Las primeras señales del Gobierno de Pedro Sánchez en España indican, en opinión de María Ángela Holguín, que "existe la posibilidad de trabajar juntos en la recuperación de ese patrimonio sumergido, cada uno con su posición". Holguín respondió hace semanas a una nota del Ejecutivo español sobre esa colaboración.

“Les mandamos un memorando de entendimiento en el que el Gobierno está más que dispuesto a echar a andar. Yo estoy esperando que contesten. Yo creo que sería muy positivo. El presidente Santos lo conversó con el presidente electo [Iván Duque], pero yo sí creo que podamos encontrar espacios en los que trabajar juntos”, dice Holguín.

Esos cambios han llegado jalonados en alguna medida por la firma de la paz, un logro para el que fue esencial el respaldo, tanto económico como político, de las principales instancias internacionales, apunta Holguín. “Ya no es un proceso solamente colombiano, es un proceso de paz que beneficia a la región y al mundo”, reflexiona la canciller sobre la superación de los recelos que la guerra despertaba en algunos países europeos, mientras el trato con socios tradicionales como Estados Unidos se concentraba en temas de seguridad.

- ¿Qué le diría a su sucesor o sucesora en el cargo?

- Yo le diría que los colombianos hemos sufrido durante décadas por esa mala imagen en el exterior, esa imagen negativa. Yo creo que hemos dado un salto inmensamente grande y hemos logrado cambiar. Aún falta, pero sí ha habido una transformación muy grande en la percepción de Colombia. Y eso creo que hay que cuidarlo, trabajarlo, y ojalá que el próximo Gobierno, estoy segura de que sí, lo va a cuidar y fomentar.

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Colombia recondujo, además, en los últimos años las relaciones con algunos países vecinos, prácticamente rotas en el caso de Venezuela y Ecuador después de los dos mandatos del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010). No obstante, la deriva de Nicolás Maduro convirtió al Gobierno de Santos en uno de los principales bastiones opositores al régimen chavista. La profunda crisis económica, política y ahora humanitaria en el país vecino, con el que Colombia comparte más de 2.200 kilómetros de una porosa frontera, ha sido uno de los principales desafíos. “Hay muchos colombianos en Venezuela, es una frontera muy viva, con muchas complejidades, en donde el relacionamiento con el Gobierno cada día es más difícil, se ha ido deteriorando”, reconoce Holguín.

La relativa normalización con Caracas cuando Hugo Chávez aún estaba en el poder no duró mucho. Cuando en 2017 el Tribunal Supremo de Venezuela despojó de sus competencias a la Asamblea Nacional en manos de la oposición, Colombia asumió que no había una salida distinta a retirar al embajador. La llegada masiva de migrantes venezolanos hace “aún más conflictiva la relación con una Venezuela que no reacciona ante nada”. Se calcula que un millón de venezolanos ya viven en Colombia, un país que nunca había afrontado una oleada migratoria. “Hay algunas preocupaciones por el tema de la xenofobia, pero nosotros hemos sido muy claros como Gobierno y esperamos que el país entienda. Venezuela durante décadas no hizo sino ser generosa con Colombia. Muchos colombianos llegaron allá, y en el momento en que los venezolanos lo necesitan no podemos cerrar la puerta”, subraya la canciller, que no oculta su pesimismo sobre el país vecino. “Ya no veo qué puede pasar, cada vez veo que la situación humanitaria es más difícil”.

Otra de las apuestas de la cooperación regional fue la Alianza del Pacífico que Colombia formó junto a México, Chile y Perú, un mecanismo de concertación que hoy, explica orgullosa, es una zona de libre circulación de bienes, personas, servicios y capitales, sin aranceles en un 92 % y una desgravación a muy pocos años. La Alianza ya cuenta con 56 países observadores y nueve embajadas compartidas, una manera de ampliar la presencia en Asia sin asumir costos tan altos. Holguín confía en que la elección de Andrés Manuel López Obrador en México y el relevo en Colombia no afecte a los equilibrios de la alianza. “Esperamos al presidente López Obrador, que ya confirmó su participación en la próxima reunión de la alianza este julio, y nosotros igualmente invitamos al presidente electo de Colombia. Sería muy importante que los dos fueran y vieran las dinámicas”, opina.

Holguín reconoce que la política contra el narcotráfico y la producción de drogas, hoy la principal lacra de Colombia, está fallando a escala mundial. “Hay algo que no estamos haciendo bien. Siempre he pensado que tiene que haber un enfoque mucho más de salud pública y derechos humanos”, razona. La cooperación es crucial, porque las autoridades colombianas no pueden actuar solas. Aun así, la ministra rechaza que el aumento de los cultivos de hoja de coca sea un síntoma de relajación de la lucha antidrogas. “Si bien es cierto que nuestra producción ha aumentado, aumentaron 21.000 hectáreas entre 2016 y 2017, también la interdicción ha aumentado mucho. No es que todo esté llegando a EE. UU. o a Europa. Hemos tenido años como nunca en la vida: 350 toneladas [incautadas] en el año 2017”, recuerda.

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