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“El G-20 tiene una creciente intrascendencia”

El exdiplomático argentino dice que el acercamiento de Macri a EEUU es fruto de una lectura equivocada del escenario político mundial

Federico Rivas Molina
Jorge Taiana en su oficina de la Universidad de San Martín, tras la entrevista con EL PAÍS.
Jorge Taiana en su oficina de la Universidad de San Martín, tras la entrevista con EL PAÍS.Gustavo Bosco
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Jorge Taiana (Buenos Aires, 1950) fue ministro de Exteriores de Cristina Fernández de Kirchner entre 2005 y 2010, un periodo caracterizado por la coincidencia de Gobiernos progresistas en la región. En las legislativas de 2017 ganó una banca en el Paralsur, el órgano legislativo del Mercosur, con la misma boleta que llevó a Kirchner al Senado. Crítico de la gestión macrista, dice que la Cancillería hace una lectura equivocada del actual escenario internacional, cuestiona el acercamiento a EEUU y minimiza los beneficios que puede traer a Argentina la cumbre de cancilleres del G20 que se celebra hoy en Buenos Aires, previa a la de presidentes de finales de noviembre. Sobre la situación en su país, dice que el costo político que pagará Macri por el regreso al FMI será la posibilidad de un triunfo del peronismo en 2019.

Pregunta: ¿Qué puede esperar Argentina como anfitriona de la cumbre del G20?

Respuesta: Hay dos problemas en el G20. El primero es que nació con la crisis de 2008, pero cuando la crisis se acomodó perdió importancia. Hoy es un organismo que tiene una creciente intrascendencia como lugar de encuentro de grandes economías capitalistas. El segundo punto es que el G20 está atravesado por los conflictos entre los países frente a la política de Donald Trump en EEUU, que es promotora del unilateralismo. Eso se vio en las reuniones técnicas, se verá en la de cancilleres y habrá que ver qué pasará en la de presidentes. EEUU está pateando el sistema multilateral. La conclusión es que la situación argentina, que debiera ser cómoda, es confusa y contradictoria. Su política es subordinarse a EEUU, pero resulta que EEUU está en contra de algunas políticas básicas como el multilateralismo. En esta cumbre de ministros de relaciones Exteriores, Argentina va a tratar de que EEUU no se encuentre en una posición incómoda, aunque eso choque con sus intereses tradicionales.

"Argentina vive en la década del 90, en un momento de gran apertura económica. Y el mundo es distinto".

P: ¿Cómo es el modelo de inserción internacional de Argentina?

R: Tiene un equívoco grande respecto a cómo es el mundo en el que vivimos. Parece que vive en la década del 90, en un momento de gran apertura económica y del comercio internacional, de caída de barreras arancelarias. Y estamos viviendo en un mundo que es distinto a eso. Parte del equívoco y de la contradicción que vive el Gobierno nace de esa mala caracterización de lo que ocurre. La contrapartida es el desarme de todos los avances en integración de América Latina.

P. ¿Se refiere a la salida de la Unasur de Argentina y otros cinco países?

R. Lo de Unasur es lo más notorio. Quieren volver a ese regionalismo abierto de los años 90, que está superado frente a la realidad de otras regiones. Los voceros dieron una explicación equivocada que decía que la Unasur era un organismo chavista. Es cierto que Hugo Chávez fue un entusiasta de la integración, pero la primera reunión sudamericana la hace Fernando Henrique Cardoso en 2000, en Brasilia. También está la parálisis del Mercosur, en cuánto a la ausencia de profundización.

"El Gobierno prometió insertarnos en el mundo y nos llevó al FMI".

P: ¿Cómo describela estrategia del Mercosur en las negociaciones de un acuerdo comercial con la Unión Europea?

R: En las condiciones actuales, la firma de un acuerdo no sería beneficioso para el Mercosur porque lo que se obtiene es muy poco y lo que se da a cambio es mucho. Veo a los gobiernos de Macri y Michel Temer [en Brasil] dispuestos a firmar cualquier cosa, aunque no sea beneficioso para sus países, porque ellos buscan un rédito político. Si no hay acuerdo es porque las pocas concesiones que está haciendo Europa no son satisfactorias para algunos países europeos, como Francia, Irlanda o Polonia.

P: ¿Qué opina del pedido argentino de auxilio al FMI?

"La firma de un acuerdo comercial con la UE no sería beneficioso para el Mercosur".

R: Es cierto que en el mundo está pasando algo que todos sabíamos que iba a pasar, que es la suba de las tasas. Pero hay problemas internos. Han hecho un endeudamiento colosal, han armado una bicicleta financiera [movimiento especulativo] insostenible, han eliminado cualquier restricción al capital especulativo junto con una apertura importadora fenomenal. El Gobierno prometió insertarnos en el mundo y nos llevó al Fondo Monetario, que es el pozo del mundo. El anuncio del Presidente de ir al Fondo es el obvio reconocimiento de que hay problemas serios, pero hemos elegido al médico equivocado.

P. ¿Por qué la oposición no criticó las negociaciones con el FMI?

R. En parte hay prudencia, porque la situación es delicada. Pero, además, porque el Gobierno tiene una capacidad de amenaza y de control sobre el grueso de la estructura mediática muy grande. Eso sucede también con dirigentes gremiales, políticos, es permanente la extorsión a los gobernadores e intendentes a los que no le dan recursos.

P. Pero Cristina Kirchner no es nada de todo eso y tampoco habló…

"Este es el año de construcción de la unidad del peronismo".

R. Estamos dejando que las cosas se desarrollen, que la sociedad vea por si misma donde están los problemas y cuáles se han agravado. El Gobierno insiste en la pesada herencia. Obviamente había problemas antes del 10 de diciembre de 2015, pero el Gobierno ha desmejorado todo lo que estaba bien y vuelto mal lo que estaba regular. Y lo que no estaba bien lo ha empeorado. Hasta hace 20 días nos decía que andaba todo bien, que era un año de crecimiento, la pobreza y la desocupación bajaba y la industria crecía. Y de repente pasó esto, como una especie de rayo que cae del cielo.

P: ¿La crisis puede ayudar a la unidad del peronismo?

Creo que este es el año de construcción de la unidad. Ahora hay posibilidades de derrotar a Cambiemos en 2019, pero hay que cumplir con varios requisitos. El primero es trabajar por la unidad y escucharnos entre todos y escuchar los que dicen los sectores sociales y recibir las críticas. El proyecto de Cambiemos [la coalición de Gobierno] es un proyecto conservador neoliberal, basado en la derecha neoliberal y en la apertura del capital financiero. Frente a ese proyecto, que entendemos que es de minorías, el peronismo tiene la obligación de presentar un proyecto basado en la justicia social y un estado de bienestar y un desarrollo sustentable.

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Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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