República Dominicana desmiente a Maduro y descarta participar en un diálogo con la oposición
Sectores opositores acusan a Henri Falcón de pactar con el chavismo para integrar un gobierno de unidad en el que sería el vicepresidente
El presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, ha dicho que no conoce de la existencia de una nueva iniciativa de diálogo entre los actores políticos de la crisis venezolana. Medina descartó de momento que su país medie entre la oposición y el Gobierno, tal como lo afirmara recientemente su homólogo venezolano Nicolás Maduro en un anuncio oficial.
Maduro, que busca la reelección, aseguró recientemente que abriría las compuertas de "un gran diálogo nacional" con sus adversarios políticos, con el objeto fomentar la convivencia y consolidar la paz pública en Venezuela. El supuesto diálogo se celebraría después de que concluyan los polémicos comicios electorales anunciados para el próximo 20 de mayo, que han sido fustigados por la comunidad internacional por su falta de transparencia y que son boicoteados por casi toda la oposición venezolana.
"Conmigo no han hablado y yo no creo que participe en ningún diálogo", dijo Medina, desmintiendo abiertamente a Maduro, en un breve intercambio con periodistas locales. República Dominicana es uno de los pocos Estados latinoamericanos que aún mantiene relaciones cordiales con Caracas.
El anuncio de Maduro se produjo mientras el país presencia un escenario proselitista desangelado y atípico, con mitines raquíticos y largas colas para comprar comida. Al mismo tiempo, las fuerzas opositoras sostienen un duro debate sobre la pertinencia de votar y el papel que habría de desempeñar Henri Falcón, el único líder de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) que decidió presentarse a las elecciones.
Varios dirigentes opositores importantes han criticado a Falcón por haberse postulado como candidato a estas votaciones y no acatar la decisión tomada por la MUD. La oposición también ha cuestionado la ambigüedad de su mensaje político.
Recientemente, algunos voceros opositores e incluso algunos partidos, como Voluntad Popular, han señalado la existencia de un pacto secreto entre Falcón y las fuerzas del chavismo para integrar un presunto gobierno coaligado que lo tuviera como vicepresidente de Maduro y que sería apoyado por el expresidente de Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero.
Falcón y sus partidarios han negado reiteradamente esta versión. Las subidas del tono en las declaraciones han agrietado las relaciones personales de estos dirigentes, que podrían tener que volver a encontrarse en escenarios políticos posteriores. El exgobernador del Estado de Lara ha declarado de nuevo que se ha lanzado para derrotar al Gobierno y que ha centrado parte importante de su mensaje en ofrecerse como un líder que promoverá la transición a la democracia, los cambios económicos que la mayoría del país exige y el veto constitucional a la reelección presidencial indefinida, que tiene carácter constitucional gracias a una enmienda promovida por Hugo Chávez.
El anuncio de Maduro parece un señuelo para consolidar uno de los pocos logros políticos que en este momento puede reivindicar el chavismo: la fractura de las fuerzas opositoras. Las divisiones se han reforzado con la inhabilitación de los dirigentes opositores más populares y algunos de sus partidos.
