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“Los candidatos no entienden que los jóvenes vamos a decidir las elecciones en México”

El intérprete de 'Club de cuervos' considera que la salida a la crisis que azota el país está en la revolución de los propios ciudadanos

Luis Gerardo Méndez, durante la entrevista.Vídeo: Héctor Guerrero
Cecilia Ballesteros

La entrevista se realiza, en un conocido centro comercial de la Ciudad de México, un día después de estallar la noticia de que tres jóvenes estudiantes de cine de Jalisco fueron asesinados, torturados y sumergidos en ácido sulfúrico. La tragedia tiene conmocionado a Luis Gerardo Méndez (Aguascalientes, 1982). "Es increíblemente doloroso. Cuando me enteré, volví a sentir ese dolor que no sentía desde la desaparición de los 43 alumnos de Ayotzinapa. Hay una cosa que es muy triste y que no debería ser así, pero cuando es más cercano a tu casa es mucho más perturbador. Y al ser estudiantes de cine es inevitable que te pegue desde otro lugar. Todos estamos hasta la madre. Mi sensación es que la compasión se fue de vacaciones en México" asegura uno de los actores más populares del país (Nosotros, los nobles, Tiempo compartido), ahora inmerso en el rodaje de la nueva temporada de Club de cuervos, la serie de Netflix. Pero tiene otra faceta menos conocida: su labor solidaria en la reconstrucción de una comunidad en el Estado de México y su colaboración con el Proyecto Habesha, que trae jóvenes sirios a México para que puedan terminar sus estudios.

Pregunta. Después de la tragedia de Jalisco, el primer debate presidencial, al menos en cuanto a la seguridad, parece haber quedado obsoleto. ¿Lo vio? ¿Qué le pareció?

Respuesta. Me pareció muy triste. Muy triste darme cuenta de los representantes que tenemos en México y lo digo entre comillas. Me parecieron muy tibias sus posturas y a mí eso me molesta en temas como el matrimonio igualitario, estrategia contra la corrupción, contra la impunidad, son tibios en todo incluso en el discurso. Estudié mercadotecnia, soy actor desde hace muchos años y veo los hilos, veo los hilos de los asesores, de todo el equipo detrás de ellos que le dicen a uno: asegúrate de que todo el mundo sepa pronunciar tu apellido y a otra, sé energética y ten una energía muy asertiva porque eso es importante. Me parece muy primario. Creo que los candidatos no están entendiendo que los jóvenes somos los que vamos a decidir esta elección. No nos están hablando a nosotros y eso es muy importante. Yo tengo muy claro por quién voy a votar...

P. ¿Por quién?

R. No lo voy a decir, pero tampoco es difícil adivinarlo. Me interesa un cambio radical en este país, los candidatos independientes no me representan ni remotamente ninguno de los dos, pero eso no es suficiente. Creo que ningún candidato se puede dormir en los laureles de nada y un debate es para proponer y para responder y no solamente para atacar o defenderse. Me interesa entender cuáles son las propuestas de los candidatos y que están dispuestos a hacer y en eso los siento tibios y no me gusta. Creo que mucha gente en este país piensa como yo en este sentido.

Mi sensación es que la compasión se fue de vacaciones en México
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P. ¿Por dónde habría que empezar a cambiar en México?

R. Por cerrar el tema de las elecciones, lo más importante es votar. Está claro que vamos a votar por el menos peor. No hay ningún candidato que me emocione, que me hable a mí. Sin embargo, si vas a votar hay que hacer un ejercicio muy exhaustivo de enterarte de a quiénes representan esas cinco personas, qué han hecho... Yo no le creo ninguna palabra a ningún político ya. El único al que creo y que me representaría sería Pedro Kumamoto [independiente] y no está. Hay que entender cuál es la ideología de cada uno, cuáles son sus propuestas, pero sobre todo ver qué han hecho. Esta gente va a trabajar para nosotros, en teoría, seis años. Creo que hay que tomarse un tiempo, dos o tres días, de investigar a fondo qué han hecho.

Después del debate, me quedó muy claro que ninguno de los cinco candidatos van a transformar este país

 P. Dice que esta elección la va a decidir la gente joven. ¿Cree que irán a votar?

R. Creo que sí, esa es mi esperanza profunda. Me ha tomado muchos años entender cuál es mi papel en esto, me cuesta cada vez más trabajo hablar de política porque es un universo muy complejo, muy corrupto, muy sucio, muy lleno de intereses que no alcanzamos ni a entender. Por ejemplo, que Morena se alíe con Encuentro social que es la antítesis de lo que plantea el partido y que el PRD se alíe con el PAN, a partir de ahí yo ya no entiendo nada. Lo único que entiendo es que hay que ganar a como de lugar. Y a mí eso, ya me hace cuestionarme muchas cosas. Lo que si me he dado cuenta a lo largo de los años, a base de putazos además, es que yo lo único que puedo hacer es usar mi voz para denunciar lo que no me parece justo y lo que no está bien. Entiendo que, como figuras públicas, somos altavoces de personas que nos parecen correctas o que están diciendo cosas interesantes en este momento. Después del debate, me quedó muy claro que ninguno de los cinco candidatos van a transformar este país. La transformación vendrá de nosotros como ciudadanos, de organizarnos y de hacer cosas.

Ya no podemos esperar, esto ya es insostenible. Es insostenible el nivel de desigualdad social, de corrupción. Es insostenible

P. ¿La solución no está en la clase política, sino en que cada mexicano se levante y diga ya basta? Pero en la sociedad se percibe una cierta apatía, mezclada con rabia...

R. Por supuesto. Me gustaría tener esperanza no en la clase política, pero si en los colaboradores que de pronto haya por ahí. Hay gente muy interesante con ciertos candidatos en el campo de la cultura, de la economía, del desarrollo social. No quiero ser injusto de entrada y me gustaría darles el beneficio de la duda. Ok, si va a haber una alternancia, ojalá la aprovechen y estén esos seis años para que nos convenzan. Pero ya no podemos esperar. Es insostenible el nivel de desigualdad social, de corrupción. Estamos hasta la madre pues. El cambio lo tenemos que hacer nosotros. ¿Cómo? Creo que estamos viviendo una revolución sin darnos cuenta, después de lo que pasó con el temblor, después de lo asqueados que estamos de nuestra clase política, después del sexenio que, como dijo Diego Luna en este periódico, no sé si es el más corrupto, pero sí del que sabemos más cosas. Esta revolución la tenemos que hacer nosotros con nuestras manos y no me refiero a agarrar las armas, sino a construir escuelas, movimientos, fundaciones... Hay una apatía brutal en México que desaparece con los golpes fuertes, como ocurrió en el temblor. Creímos que la generación por debajo de la mía, los que tienen 20 o 25 eran los más apáticos, que no se involucraban y cuando fue el sismo en la zona cero de la Ciudad de México eran los que más se movían. Creo que lo que viene va a ser tan fuerte que esa apatía va a desaparecer un rato. No nos podemos rendir. Luego no puedo olvidarme de que soy actor y el arte y el entretenimiento, pero, sobre todo el arte, es una de las expresiones más poderosas para transformar al público. Ser artista en México es agotador, es un trabajo a tiempo completo. No es como en otros países donde haces tu trabajo y luego de vas de vacaciones, aquí uno tiene que estar en todo.

P. ¿Y ese trabajo a tiempo completo le ha traído problemas o represalias en un país como este?

R. No tengo comentarios...

Creo que ser artista en México es agotador, es un trabajo a tiempo completo

P. ¿Cómo ve la campaña y la situación de México? Drama, tragedia, tragicomedia, serie interminable...

R. Empezó siendo una comedia en algún momento, pero ahora es una tragedia, una tragicomedia pues... lo que pasa es que en la tragicomedia de pronto te ríes, pero últimamente ya no me causa gracia lo que está pasando. Me cuesta trabajo reírme de esto.

P. Si tuviera que hacer un casting para una película, ¿qué papel adjudicaría a cada uno de los cinco candidatos?

R. Ja, ja, ja,... Para empezar, no sé si contrataría a ninguno. Como decía antes, la política es algo que cada vez me cuesta más entender.

P. ¿Ni siquiera un papel para El Bronco?

R. Ahí sí que no me quiero meter...

No nos podemos rendir

P. ¿Cuál sería su prioridad si pudiera cambiar México?

R. Muchas cosas. Mi abuelo materno fue agricultor toda su vida y me duele muchísimo ver el campo mexicano abandonado. Creo que esa es una preocupación fundamental, la recuperación del campo, la cantidad de empleos que se podrían generar con eso, de riqueza y está abandona porque la cantidad de recursos que se destinan a eso o se roban o no se utilizan bien o simplemente no les interesa a los políticos. La educación y la cultura, que han sido fundamentales en mi vida, en convertirme en la persona que soy hoy, en la manera de pensar que tengo hoy y creo que si le das esas herramientas a cualquier mexicano de 12 o 15 años le van a transformar la vida para bien.

P. ¿Cómo ha sido ese apoyo a la cultura en el sexenio de Peña Nieto?

R. Ahí están los números. Creo que hay que echarse un clavado a ver cómo han sido los recortes presupuestales en cultura, que fueron brutales en los últimos años, y la educación nunca me pareció que fuera una prioridad...

Si le das las herramientas de la educación y la cultura a alguien de 12 o de 15 años le van a transformar para bien

P.  Vive a caballo entre México y Los Ángeles. ¿Por qué todos los mexicanos, que lo son más que el mole y que triunfan, se van a Estados Unidos?

R. No sé si todos, algunos. Son dos cosas. Una, es comprensible: no es que todos queramos trabajar en Hollywood, pero sí es Hollywood una gran concentración de talento y si quieres trabajar con ellos, hay que estar allí. En mi caso, por Netflix y por otros proyectos, es natural, pero no porque no quiera trabajar en español o en México. La otra parte, que es dolorosísima, es justo porque es agotador vivir en una ciudad donde tienes que estar cuidándote todo el tiempo de que no te sigan, de que no te vayan a dar un cristalazo en la calle, en el mejor de los casos. Eso es algo con lo que negocio todo el tiempo. Porque México es mi casa, mis amigos y mi familia están aquí, mis raíces, lo que me hace vibrar como ser humano es México. Difícilmente me veo dejándolo. Voy a ir y venir muchas veces. Me encantaría pasar temporadas en otros países, en España, que es un país del que estoy profundamente enamorado, o en Argentina... Pero eso es porque soy un artista, un actor loco.

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Sobre la firma

Cecilia Ballesteros
Redactora de Internacional. Antes, en la delegación de EL PAÍS América en México y miembro fundador de EL PAÍS Brasil en São Paulo. Redactora jefa de FOREIGN POLICY España, he trabajado en AFP en París y en los diarios El Sol y El Mundo. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense. Autora de “Queremos saber qué pasó con el periodismo”.

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