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Colombia se prepara para censar a 800.000 venezolanos en dos meses

El registro de quienes huyen del país vecino busca dar una respuesta humanitaria a la emergencia migratoria

Numerosos venezolanos intentan cruzar la frontera con Colombia, en Cúcuta.Vídeo: Carlos Garcia Rawlins
Francesco Manetto
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Colombia comienza el viernes el registro administrativo de los cientos de miles de venezolanos que en los últimos meses han huido del régimen de Nicolás Maduro a través de 2.200 kilómetros de frontera. Las autoridades están preparadas para censar durante dos meses a más de 800.000 personas para poder dar una respuesta humanitaria a esta emergencia migratoria, que no tiene precedentes en el país andino. El Gobierno de Juan Manuel Santos llamó este martes a los migrantes sin papeles a empezar estos trámites sin temor a sanciones o represalias.

La llegada masiva de venezolanos, que entran sobre todo por la ciudad fronteriza de Cúcuta, puso en alerta a principios de año al Ejecutivo colombiano. Los territorios más afectados por esta situación son también los menos preparados para atender e introducir en el sistema a los ciudadanos del país vecino. Las consecuencias para el mercado laboral y los servicios públicos tienen un impacto aún desconocido que preocupa a las autoridades y está marcando en buena medida el debate de la campaña de las elecciones presidenciales convocadas para el 27 de mayo.

Colombia ya recibió el apoyo de la ONU y de organizaciones como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Antes de Semana Santa, además, Estados Unidos aprobó destinar 2,5 millones de dólares (unos dos millones de euros) a los venezolanos que huyen del chavismo.

El país debe aprender a gestionar este tipo de crisis. Para hacerlo, busca saber cuántos venezolanos han entrado en su territorio, en qué condiciones y con qué expectativas. Con este objetivo, puso en marcha un censo, que se prolongará hasta el 8 de junio, de todos los que se encuentran en situación irregular. “La información recaudada”, informa el Gobierno, “servirá como soporte para la formulación y diseño de la política integral de atención humanitaria, con el fin de que la oferta de servicios se haga con la información más acertada”.

El gerente del programa fronterizo con Venezuela, Felipe Muñoz, aclaró que este proceso no otorgará automáticamente una documentación migratoria a los venezolanos recién llegados a Colombia, que se suman a las decenas de miles de residentes con visado, a los que decidieron afincarse en el país en el pasado o a quienes cuentan con el llamado permiso especial de permanencia.

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El debate de las cifras

No obstante, se trata de un primer paso, porque la información recabada “no podrá ser utilizada para la imposición de medidas sancionadoras a la población registrada, tales como multas, deportaciones o expulsiones de cualquier tipo”. Es decir, no habrá consecuencias penales o sanciones administrativas. A pesar de los cálculos oficiales, Muñoz prefiere no centrarse en las cifras. "Estar lanzando cifras de cuántos son no ayuda el proceso. Lo responsable es lo que hemos hecho. Es decir, tenemos unas cifras, pero no conocemos con exactitud esas cifras, sobre todo la condición particular de cada ciudadano. Hay seres humanos detrás de esas cifras y queremos conocer las circunstancias particulares de cada uno de ellos, en términos de educación, de salud, de su situación de traslado y por ello hacemos el registro. El Gobierno tiene claro que este es un fenómeno migratorio grande, complejo, uno de los más grandes del mundo", considera.

Opositores en el exilio

La huida de venezolanos a Colombia ha elevado en los últimos meses las tensiones entre los Gobiernos de Santos y Nicolás Maduro. Acaba de cumplirse un año del golpe que la justicia chavista infligió al Parlamento, de mayoría opositora, despojándola de sus atribuciones. Después de meses de protestas, el régimen eligió una Asamblea Constituyente, sin voces críticas con el oficialismo, y la situación alentó la diáspora. Colombia y su capital, Bogotá, se han convertido en uno de los principales centros de operaciones de la oposición.

La crisis de Venezuela será uno de los temas centrales de la visita del presidente de EE UU, Donald Trump, al país andino, fijada para el próximo fin de semana después de la Cumbre de las Américas en Lima.

Esta emergencia repercute a diario, además, en la política colombiana. Los dos países celebran elecciones en mayo, con una semana de diferencia, lo que lleva el debate a una comparación constante. El fantasma del chavismo sobrevuela la campaña presidencial de Colombia, en la que el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro, antiguo amigo de Hugo Chávez, encabeza la mayoría de las encuestas. Mientras, Venezuela se prepara para reelegir a Maduro en unos comicios boicoteados por la oposición.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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