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Los Warriors responden al desplante de Trump celebrando su victoria de la NBA con una visita al Museo Afroamericano

En un reflejo de su polarizante presidencia, el republicano retiró la invitación a la Casa Blanca tras una polémica racial con su jugador estrella

Stephen Curry, el lunes en el partido contra los Knicks en Nueva York
Stephen Curry, el lunes en el partido contra los Knicks en Nueva York ELSA (AFP)

Donald Trump les retiró la invitación a la Casa Blanca, pero ellos han decidido organizar sus propias actividades en Washington. Alejada de los focos, la plantilla de los Golden State Warriors visita este martes el Museo Nacional Afroamericano en vez de reunirse con el presidente estadounidense para celebrar su título del año pasado en la NBA. Su objetivo es mandar un mensaje conciliador, la antítesis del que recibieron de Trump.

Es tradición que el mandatario del momento reciba por separado en la Casa Blanca a los ganadores de las principales competiciones deportivas de EE UU. Se celebra la grandeza y enorme apego al deporte en este país. Pero Trump es una figura tan polarizadora y heterodoxa que no tiene ambages en utilizar esos eventos, aparentemente anodinos y apolíticos, para desatar su retórica divisiva y rendir cuentas con sus detractores.

Así ocurrió en septiembre. Stephen Curry, la estrella de los Warriors, explicó que, si de él dependía, prefería no acudir a la Casa Blanca en caso de que Trump los invitara para celebrar el campeonato, pero que toda la plantilla iba a tomar una decisión conjunta. Tanto el entrenador como varios jugadores habían sido críticos en los meses anteriores con el republicano.

Por ejemplo, Curry, que es negro, arremetió contra la equidistancia de Trump en asuntos raciales. “No estamos de acuerdo con las cosas que ha dicho y las que no ha dicho. Al no acudir [a la Casa Blanca], tenemos la esperanza de que inspirará algún cambio relacionado con lo que toleramos en este país y lo que es aceptable”, dijo.

A la mañana siguiente, Trump, que parece incapaz de no responder a sus críticos, contraatacó con ferocidad. “Ir a la Casa Blanca es considerado un gran honor para un equipo de campeonato. Stephen Curry está dudando, por tanto, la invitación ha sido retirada”, escribió en Twitter.

La noche anterior, en un mitin, el presidente había llamado “hijo de puta” a Colin Kaepernick, el jugador afroamericano de la NFL que lideró las protestas contra el himno nacional como protesta por la violencia policial contra los negros. Trump pidió despedir a todos los jugadores que hincaran en el suelo una rodilla durante el himno, lo que propició un repudio masivo de la NFL contra él.

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Los Warriors mantuvieron en secreto sus planes en Washington, donde el miércoles juegan un partido contra los Wizards, hasta que uno de sus jugadores, Klay Thompson, los reveló la noche del lunes. “La Casa Blanca es un gran honor, pero había circunstancias que nos hicieron sentir incómodos para ir. No vamos a politizar nada”, explicó el jugador, que es negro, a la prensa tras un partido en Nueva York. “Vamos a pasar un rato con algunos niños y a llevarlos al Museo Afroamericano y enseñarles algunas cosas y lecciones de vida que hemos vivido y darles algunas grandes memorias”.

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