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El feminismo toma por asalto la televisión argentina

El programa estrella de espectáculos debate sobre aborto, acoso sexual y desigualdad de géneros

La actriz Virginia Godoy en 'Intrusos' este lunes.
La actriz Virginia Godoy en 'Intrusos' este lunes.

En Argentina el machismo está instalado con fuerza, pero algunas cosas han empezado a cambiar en uno de sus epicentros: la televisión, dominada durante años por programas sexistas. El feminismo ha entrado allí por una puerta inesperada: un programa de espectáculos dirigido por un hombre que había sido tachado de misógino, Jorge Rial. "Soy un machista en recuperación", repite desde hace días el conocido presentador de Intrusos, mientras da voz a mujeres que hablan de experiencias de acoso sexual, defienden el aborto libre y piden poner fin a la brecha salarial y al reparto desigual de tareas del hogar y de cuidados, entre otros temas de la agenda feminista mundial.

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A lo largo de cinco días consecutivos, un público formado mayoritariamente por mujeres, que suele sintonizar con Rial para conocer los amoríos, rupturas y escándalos de los famosos, se ha topado a la hora de la sobremesa con algunas de las más conocidas referentes del feminismo argentino. Y la mayoría no ha cambiado de canal.

"En televisión el aborto no existe. No se aborta ni en la ficción. Hay gente que cree que es un tema personal, pero es de salud pública", dijo este lunes en Intrusos la actriz Virginia Bimbo Godoy con el pañuelo verde que identifica la campaña a favor de la interrupción legal del embarazo. La telenovela La Leona fue la excepción que confirma la regla. "Las mujeres abortan y abortarán. El problema es cómo abortan", remarcó Godoy al señalar que las complicaciones derivadas de los cerca de 500.000 abortos clandestinos al año son la principal causa de muerte de gestantes en Argentina. La interrupción del embarazo es delito excepto en casos de violación y de peligro para la vida o la salud de la madre.

El giro es radical, en línea con el movimiento internacional #MeToo. Godoy acusó al músico y conductor argentino Roberto Pettinato de "maltratador" y sumó su denuncia a las realizadas días antes por otras mujeres que trabajaron con él en radio y televisión. "La violencia sobre las mujeres se ejerce de muchas maneras. No te quieren coger, te quieren demostrar que tienen poder", indicó la actriz al hablar del maltrato al que la sometió Pettinato.

Como ocurrió en días previos con la politóloga María Florencia Freijo, la humorista Malena Pichot y las periodistas Luciana Peker y Julia Mengolini, la intervención de Godoy se convirtió en tendencia en las redes sociales. Reaparecieron los pedidos al Congreso para que trate el proyecto de ley sobre el aborto legal, seguro y gratuito y también las críticas. Argentina fue pionera en América Latina en aprobar las leyes de matrimonio homosexual y de identidad de género, pero la del aborto quedó congelada. Tanto Mauricio Macri como su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner, han rechazado flexibilizar la regulación del aborto.

"La televisión argentina es más machista que homofóbica", subrayó Peker el viernes pasado, convencida de que el respaldo de la pequeña pantalla al matrimonio entre parejas del mismo sexo fue clave para la aprobación de esta ley en 2010.

Acoso en los medios

Peker sostuvo que la televisión es una de las instituciones más conservadoras de Argentina. A diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos, los actores y presentadores denunciados por acoso en el país austral no se han visto desplazados de sus puestos de trabajo y en varias ocasiones se ha cuestionado el relato de las víctimas. El actor y cantante Juan Darthés, por ejemplo, protagoniza una telenovela juvenil recién estrenada y el productor pidió "no estigmatizarlo" cuando le consultaron por la denuncia realizada contra Darthés por la actriz Calu Rivero.

Aún así, la transformación del medio es innegable. Hace solo cinco años había escenas de machismo explícito a todas horas. En verano, los canales de noticias 24 horas enfocaban a mujeres jóvenes en la playa, mientras los periodistas les pedían girar sobre sí mismas para mostrar sus cuerpos en bikini y les preguntaban cómo era posible que estuviesen "solas" aunque en realidad se las veía con sus amigas. El rey de la televisión argentina, Marcelo Tinelli, cortaba las faldas de las ganadoras del concurso de baile de Showmatch. En mayo de 2015, la diva televisiva Mirtha Legrand, invitó a la cantante Laura Miller a hablar de la denuncia por violencia machista contra su expareja y le preguntó: "¿Pero vos qué hacías para que te pegara?".

Esa etapa parece cerrada. Ya no hay paseos cosificadores por las playas, las tijeras de Tinelli han desaparecido -aunque no los cuerpos casi desnudos- y cuesta imaginar que en 2018 un conductor haga una pregunta semejante a una víctima de violencia de género. La sociedad argentina tampoco es la misma. El 3 de junio de 2015, Buenos Aires protagonizó una histórica movilización contra los feminicidios. El lema Ni Una Menos cruzó las fronteras y se replicó por numerosos países de América Latina. En las marchas sucesivas, se agregaron reivindicaciones para poner fin a otras formas de violencia contra las mujeres, como el acoso callejero, la discriminación salarial y laboral y la prohibición de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

Queda un largo camino por recorrer. El número de feminicidios no ha disminuido a pesar de la movilización social: una mujer es asesinada cada 29 horas en Argentina. Muchas demandas siguen sin estar satisfechas y la mano tendida por Rial para hablar de ellas despierta algunas suspicacias. "Hoy soy esto. Ayer fui otra cosa. Se llama evolución. Molesta. Perdón", tuiteó el conductor en medio de las críticas de quienes creen que su conversión será pasajera. Otros, en cambio, celebran la llegada a un público masivo que quizás se cuestiona por primera vez los distintos tipos de violencia contra la mujer. "Estamos viviendo un momento histórico en todo el mundo, sólo hablar ya lo cambia todo", señaló Godoy. Detrás de las palabras, llegan las acciones: el próximo 8 de marzo se realizará un Paro internacional de mujeres.

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