_
_
_
_
_

Macron aborda las reclamaciones nacionalistas en su primer viaje a Córcega

El presidente francés exhibe firmeza en la conmemoración del asesinato del prefecto Erignac

Marc Bassets
El presidente Macron homenajea en Ajaccio (Córcega) al prefecto Érignac, asesinado hace 20 años
El presidente Macron homenajea en Ajaccio (Córcega) al prefecto Érignac, asesinado hace 20 añosLUDOVIC MARIN (AFP)

Memoria y política. El presidente Emmanuel Macron viaja este martes y el miércoles por primera vez desde que ocupa el cargo a uno de los territorios de la centralizada República Francesa donde las reclamaciones autonomistas, y aun independentistas, están más arraigadas. El motivo de la visita a Córcega es la conmemoración del vigésimo aniversario del asesinato del prefecto Claude Érignac por los disparos de un comando nacionalista. Pero aprovechará para dialogar sin intermediarios con los dirigentes locales, que tras su aplastante victoria en las elecciones regionales recientes aspiran a reforzar la autonomía de la isla, y para precisar su posición.

La visita de dos días comenzó por la mañana con una ceremonia de homenaje al prefecto Érignac en Ajaccio, la capital. Su asesinato en plena calle, el 6 de febrero de 1998, conmocionó a la isla. Marcó un antes y un después en un periodo de cuarenta años de violencia. Nunca los terroristas corsos habían atentado con éxito contra alguien de tanto rango: el más alto representante del Estado. Erignac era el primer prefecto asesinado en Francia desde 1945. El anterior fue el prefecto Jean Moulin, héroe de las Resistencia a la ocupación nazi. El FLNC, principal grupo armado corso, depuso las armas en 2014.

"Su asesinato hizo de Claude Érignac un mártir laico. Su muerte, convertida en símbolo, habrá alejado la tentación de la sangre y reanimado la exigencia del diálogo democrático", dijo Macron en la ceremonia. También avisó de que la justicia se aplicará "sin complacencia, sin olvido, sin amnistía". El presidente prometió “no transigir con las exigencias que harían salir [a Córcega] del seno republicano".

El rechazo tajante a la amnistía, una reivindicación nacionalista, no es sorprendente ni nueva, pero se interpreta como un primer signo de firmeza ante los líderes de la isla. Otro signo de firmeza, e incluso hostilidad hacia los nacionalistas: la presencia, en la comitiva presidencial, del veterano Jean-Pierre Chevènement, ministro del Interior en el momento del asesinato de Érignac, conocido por sus posiciones jacobinas, es decir, su defensa del centralismo republicano.

Por la tarde, Macron se reunirá con el presidente del Ejecutivo de Córcega, el autonomista Gilles Simeoni, y con el presidente de la Asamblea, el independentista Jean-Guy Talamoni. Simeoni, como socio mayor, y Talamoni, como socio menor, forman la alianza que desde 2015 gobierna la isla y que en las elecciones de diciembre logró ampliar su mayoría hasta obtener el 56% de votos. En las legislativas de junio, de los cuatro diputados elegidos en la isla tres fueron nacionalistas. Hegemónico, el nacionalismo corso es ahora pacífico y su programa excluye la independencia. Se siente con la legitimidad y la fuerza democrática suficiente para abordar una negociación política con París.

Talamoni, que no reniega del uso de la violencia en el pasado por parte de los nacionalistas y que fue dirigente del brazo político del FLNC, habla en un artículo en Le Monde de "una oportunidad única para resolver esta cuestión corsa con la que Gobiernos sucesivos en Francia chocan desde hace 40 años". Simeoni, en algunos aspectos una especie de Macron corso que ha logrado apoyos transversales con un mensaje pragmático y moderado, fue abogado antes de entrar en política y como tal ejerció la defensa de Yvan Colonna, condenado por el asesinato del prefecto Erignac. Simeoni acudió, como en años anteriores, a la ceremonia de homenaje a Erignac. Talamoni, no. Dijo que entendía que su presencia no sería deseada por los organizadores, y propuso reflexionar sobre la posibilidad de una ceremonia para honrar a los muertos de ambos lados.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

"El 6 de febrero no se excusa, no se pleitea, no se explica. Mataron a un hombre porque era servidor de la República. Arrancaron a un esposo, a un padre de su familia. Dos infamias", dijo Macron. Simeoni no aplaudió el discurso, informa la agencia France Presse.

La visita acabará con un discurso el miércoles en Bastia, en el nordeste. Los nacionalistas esperan que, en la reunión de la víspera con Simeoni y Talamoni, y en el discurso, el presidente francés desatasque el diálogo. La visita de Simeoni y Talamoni en enero a París, donde se reunieron con el primer ministro francés, Édouard Philippe, y los presidentes de la Asamblea Nacional y el Senado, acabó sin resultados, y llevó a los líderes nacionalistas a convocar una manifestación en Ajaccio el pasado sábado. Miles de personas desfilaron por el centro de Ajaccio, pero no fue tan masiva como esperaban algunos. La cifra de asistentes no igualó la que salió a la calle hace 20 años tras el asesinato de Erignac.

Los nacionalistas quieren obtener un estatuto de autonomía al estilo de los de las comunidades autónomas españolas. Reclaman, entre otros puntos, que se reconozca el corso como lengua co-oficial; la limitación del acceso de no-residentes a propiedades en la isla; el acercamiento (o, en última instancia, la amnistía) de presos por actos de terrorismo; más competencias fiscales; y el reconocimiento de la particularidad corsa en la Constitución francesa.

La posición de partida del Gobierno francés es que la Constitución no puede reconocer específicamente a Córcega en la Constitución —y menos su carácter como “pueblo” o “nación”— y que lo que conceda a la isla debe concederlo a otros territorios. Entre el martes y el miércoles se conocerá con mayor precisión hasta dónde está dispuesto a llegar Macron en sus concesiones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_