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Detenido durante unas horas el opositor ruso Navalni para frenar la protesta contra las presidenciales

El abogado y bloguero convoca movilizaciones por todo el país tras ser vetado de los comicios presidenciales de marzo

La policía rusa detiene al opositor Alexéi Navalni.Vídeo: Evgeny Feldman (AP)
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Las autoridades rusas han vuelto a detener este domingo al opositor número uno del presidente Vladímir Putin. Alexéi Navalni, de 41 años, había organizado una serie de protestas en más de cien ciudades rusas —entre ellas Moscú y San Petersburgo— en las que pedía el boicot a las elecciones presidenciales del próximo 18 de marzo, a las que Putin se presentará tras 18 años en el poder y a las que él tiene prohibido concurrir por tener antecedentes penales. Varias horas después, quedó en libertad. Las protestas, no autorizadas y a las que según el Gobierno asistieron unas 4.700 personas a lo largo de todo el país, terminaron con la detención de 250 personas, según la ONG OVD-Info. Un número muy por debajo del de las últimas manifestaciones antigubernamentales convocadas por Navalni en marzo y junio de 2017.

Alexéi Navalni, líder del Fondo de Lucha contra la Corrupción (FLC), fue detenido por cuarta vez instantes después de llegar a la céntrica calle moscovita de Tverskaya, donde se concentraban los manifestantes. Minutos antes, el opositor se encontraba en la sede del FLC, en un centro comercial que la Policía evacuó con el pretexto de que habían recibido una amenaza de bomba. Los agentes irrumpieron por la fuerza con ayuda de una radial en la sede de la organización opositora y detuvieron a estrechos colaboradores de Navalni como Dmitri Nizovtes, presentador de Navalni Live en Youtube. También confiscaron ordenadores, servidores y cámaras que sirven para la retransmisión por la Red de los mensajes del líder opositor y las manifestaciones. Esta vez, sin embargo, la difusión de las imágenes de las protestas continuó en Internet gracias a que los colaboradores activistas cercanos a Navalni —que lo tenían previamente estudiado— organizaron varios centros alternativos para difundir las imágenes sin ser advertidos. Mientras la operación policial estaba en marcha, Navalni logró salir a las calles moscovitas donde fue finalmente detenido y llevado a un furgón policial. "He sido detenido, pero no importa. Id a Tverskaya. No habéis acudido a esta marcha por mí, sino por vosotros y por vuestro futuro", escribió a sus seguidores en la red social.

"Nos robaron las elecciones legítimas y ahora tratan descaradamente de robarnos seis años de nuestra vida e inculcarnos que no pueden existir otras opciones. Bueno, cuando no hay a quién escoger, escogemos la huelga", reprochó Navalni, abogado y bloguero, antes de ser detenido. Navalni cree que las presidenciales son una farsa porque los resultados son predecibles. El conocido opositor llama también a sus partidarios a presentarse como observadores en los colegios electorales para impedir abusos e irregularidades durante la votación el próximo 18 de marzo.

El opositor, durante todo el año pasado, hizo una vasta campaña a su favor por todo el país abriendo oficinas por las regiones y organizando mítines. No es extraño que durante todo este mes los activistas pro-Navalni hayan sido perseguidos, pues esas oficinas regionales se están convirtiendo poco a poco en centros de oposición al Gobierno actual. Navalni ha cosechado en el último año una gran base de seguidores, en su mayoría ciudadanos jóvenes, que ahora —a menos de dos meses de los comicios— no quiere perder.

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La semana pasada, las autoridades rusas disolvieron la fundación Quinta Estación, que gestionaba la campaña electoral de Navalni. En la víspera de las “huelgas de los votantes” de este domingo, la Policía empezó a detener a los seguidores del polémico opositor. Lilia Chanisheva, coordinadora de actividades por-Navalni en Ufá, fue arrestada y permanecerá detenida durante al menos cinco días por haber violado la orden de organización de manifestaciones públicas. La coordinadora de las protestas en Kémerovo, Ksenia Pajómova, también fue arrestada ayer cuando se dirigía en taxi al lugar de las concentraciones.

Policías rusos custodian la entrada del edificio que alberga el Fondo de Lucha contra la Corrupción.
Policías rusos custodian la entrada del edificio que alberga el Fondo de Lucha contra la Corrupción.VASILY MAXIMOV (AFP)

Deslegitimar a Putin

Hace un mes, la Comisión Electoral Central prohibió a Navalni el registro como candidato en la carrera presidencial de Rusia debido a que en febrero de 2017 el opositor había sido condenado por malversación, delito penado en Rusia con la inhabilitación para cargos electos. El Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional denegaron el recurso que interpuso el opositor, que ha respondido con la convocatoria de protestas por toda Rusia para llamar a una “huelga de votantes” y que Vladímir Putin —a quien los sondeos de VTSIOM le dan una holgada victoria de más del 70%— vea reducido su apoyo considerablemente. De esta forma, a ojos de Navalni, su potencial victoria se verá menos legitimada.

"Navalni entiende que no es posible cambiar el sistema actual por medios legales, por eso se reorienta a los más jóvenes, dispuestos a usar métodos revolucionarios. Él cambia su nicho electoral, pero la idea del boicot a las elecciones no es la más prometedora”, explica el politólogo Dmitri Oreshkin en una entrevista al canal de televisión Dozhd. Según el experto, la participación en las elecciones presidenciales será de entre el 50% y el 55%, menos que en los comicios pasados, pero que de todos modos sería suficiente para que los resultados sean totalmente legítimos.

Las protestas pierden fuelle

“Las protestas ya no son tan masivas como en 2011. La actividad callejera se disminuye, cambia su composición, se van los representantes de la clase media y los sustituyen jóvenes activistas", explica el politólogo Dmitri Oreshkin en un canal de televisión ruso.
A las protestas de este domingo asistieron unas 4.700 personas en total, según el Ministerio del Interior. En la mayoría de las ciudades salió poca gente: entre 150 y 300 personas. Son datos que contrastan con la afluencia en las grandes ciudades como Novosibirsk, Ekaterinburgo, Moscú y San Petersburgo, donde alrededor de los mítines se congregaron hasta 1.000 asistentes.

Oreshkin opina, sin embargo, que los organizadores de las protestas deberían estar decepcionados por la poca asistencia de participantes en comparación con los anteriores mítines convocados por Navalni en febrero y junio de 2017. "La situación parece estar inmóvil. Sí, existe una protesta callejera. Sí, los manifestantes proclamaron '¡Nosotros somos el poder!'. ¿Pero, qué más? Hay una brecha entre los lemas y la realidad. No pienso que la idea de boicotear las elecciones haya penetrado profundamente en la mentalidad de la gente. Navalni ya no es el principal enemigo de las autoridades. Él no es el único opositor. Y si Navalni desaparece, el juego seguirá entre otros candidatos", resume el experto.

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