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La Eurocámara pide más medios para combatir la injerencia rusa

La propaganda y noticias falsas impulsadas por Moscú, una “amenaza a las democracias europeas”

Silvia Ayuso
El pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
El pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo. PATRICK SEEGER (EFE)

Desde el Brexit, las elecciones alemanas o el caso de Cataluña, la campaña de injerencia y desinformación promovida por Rusia ha demostrado su potencial para afectar procesos cruciales en Europa. La Unión Europea ha declarado este jueves la batalla contra las fake news una de sus prioridades en 2018 y señala abiertamente a Moscú. Pero es todavía una lucha desigual, advirtieron este miércoles en Estrasburgo eurodiputados de diverso signo, que reclamaron más esfuerzos —económicos y políticos— para hacer frente a lo que consideran una amenaza real a los valores democráticos europeos.

“El Kremlin dispone de mil millones al año en medios públicos, una red de televisiones en cien países y 33 idiomas, y un ejército de cuentas fantasmas listas para expandir fake news. La UE, para defenderse, cuenta solo con un millón de euros y una task force que son 17 personas. Estamos bastante indefensos”, ha resumido la situación Esteban González Pons, portavoz del PP y vicepresidente primero del Grupo Popular Europeo (PPE), promotor del debate en Estrasburgo este miércoles sobre “Rusia, la influencia de la propaganda en los países de la UE”.

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Europa ha dejado claro que siente una inquietud creciente ante el potencial desestabilizador ruso. Los esfuerzos para frenar este peligro se han multiplicado en los últimos meses. Esta misma semana, arrancaron en Bruselas las reuniones del recién formado comité de expertos de la UE que tiene como objetivo buscar un método para detectar las noticias falsas y combatir su difusión.Además, a finales de diciembre, la alta representante para la Política Exterior, Federica Mogherini, anunció que la UE dedicará este año más de un millón de euros a luchar contra la propaganda e injerencia exterior, lo que supone 300.000 euros más de lo inicialmente previsto. Es la primera vez que este grupo, que trabaja desde 2015, cuenta con una asignación presupuestaria propia, lo que en sí constituye otro indicador más de la preocupación en alza ante el fenómeno de la desinformación y las fake news.

“Parecen quedar pocas dudas de que la campaña pro-Kremlin de desinformación es una estrategia concertada”, señaló al respecto en Estrasburgo el comisario europeo de Seguridad, Julian King, que inauguró el debate sobre Rusia en el que participaron más de medio centenar de eurodiputados, aunque ninguno de los independentistas catalanes, como destacó Gonzáelz Pons. Y lo más preocupante aún, acotó King, es que “las autoridades rusas no esconden los objetivos de esta campaña: vemos que muchos generales rusos describen la utilización de datos falsos y de propaganda desestabilizadora como un instrumento legítimo”.

“La opinión pública europea no cree que pueda ser manipulada”

La lucha contra las fake news y la injerencia de países como Rusia en asuntos europeos es una cuestión de Estado, o de Estados de la Unión Europea, pero también de sus ciudadanos. Y ello requiere no solo una mejor educación de jóvenes y no tan jóvenes para saber distinguir entre una noticia verdadera y un intento de manipulación, sino también de ser consciente de que cualquiera es susceptible de ser manipulado. Es precisamente ahí donde empieza una de las grandes trabas en la lucha europea contra la manipulación rusa, sostiene el eurodiputado Esteban González Pons.

“Va a ser un camino largo y difícil, porque es muy difícil convencer a la opinión pública europea de que está siendo manipulada por las noticias falsas que vienen de Rusia”, declaró en un encuentro con EL PAÍS en Estrasburgo tras el debate sobre la propaganda rusa de la Eurocámara. Existe, explicó, un “cierto complejo de superioridad por parte de la opinión pública occidental que la hace particularmente débil frente a las fake news que vienen de Rusia”. Porque es “cuando creemos que no se nos puede engañar, cuando más fácilmente se nos engaña. Engañables, lo somos todos”, advirtió González Pons.

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Ante esta situación, la UE está en el buen camino, pero tiene que reforzar su respuesta y hacer una defensa cerrada —y equilibrada—de la libertad de expresión, coincidieron eurodiputados tanto populares como de los grupos socialista y liberal o de los Verdes.

“No bastará con que la OTAN nos defienda, esto es algo que nos tenemos que tomar en serio todos porque no se trata tanto de una defensa de límites territoriales cuanto una defensa de principios y valores, desde la libertad de prensa hasta la libertad de pensamiento, desde la democracia hasta la verdad”, dijo Gómez Pons en conversación con EL PAÍS tras la sesión de debate.

“La libertad de expresión debe defenderse contra aquellos que usan esta libertad contra nuestros valores fundamentales”, había sostenido poco antes la vicepresidenta del PPE, Sandra Kalniete, en el hemiciclo. Para ello, “Europa necesita una estrategia para luchar contra las noticias falsas y defendernos y evitar la radicalización de la ciudadanía europea”, coincidió el socialdemócrata austriaco Eugen Freund.

Ante unos “niveles inauditos de propaganda rusa”, como dijo el húngaro Benedek Jávor, del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea, la respuesta debe ser una política digital “planificada” y que no se aplique solo durante periodos electorales, puesto que “el servicio de Putin también trabaja todo el tiempo”, reclamó el lituano Petras Austrevicius, del grupo Alianza de Demócratas y Liberales por Europa (ALDE).

La discusión en Estrasburgo se prolongó bastante más de la hora prevista. Aunque no buscaba aprobar ninguna resolución, no faltaron respuestas airadas ante lo que algunos eurodiputados tanto de extrema izquierda como de ultraderecha consideraron una “patética obsesión de los medios de derecha europea contra la supuesta injerencia rusa” que solo busca, afirmó el eurodiputado de Izquierda Unida Javier Couso, “impedir la buena vecindad con Rusia”. Moscú “es el chivo expiatorio ideal porque ustedes no soportan que alguien disienta con lo que ustedes dicen”, sostuvo por su parte el eurodiputado francés del Frente Nacional Steeve Briois, que calificó la batalla contra las fake news como una “caza de brujas” que solo busca “estigmatizar” a Rusia.

“Podemos discutir si la estrategia es errática, pero no si la amenaza es real”, respondió el socialista Juan Fernando López Aguilar. Es cierto, señaló, que “la amenaza no solo viene de Rusia”, pero no es menos cierto que “los estudios e informes de Estados Unidos y Reino Unido, y de agencias de inteligencia europeas señalan a miles de cuentas radicadas en Rusia que amenazan los valores europeos", subrayó. Por ello, insistió, resulta “imprescindible” que la UE “se equipe para hacer frente a esta amenaza que es absolutamente real”.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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