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Ecos de la represión de 2009 en la táctica del régimen iraní

Rohani reconoce el derecho de protesta, pero la intimidación policial y el control de la Red recuerdan la era de Ahmadineyad

Decenas de miles de iraníes se manifiestan en favor del Gobierno de Hasan Rohaní en Teherán, la capital del país persa.Vídeo: HAMED MALEKPOUR (AFP)

Durante los cinco días que pasan de las protestas en diferentes ciudades de Irán, las autoridades de alto rango del país han recurrido a echar la culpa de los graves incidentes a la instigación de Estados Unidos, Israel y los rivales árabes de Irán, con Arabia Saudí a la cabeza. “Los enemigos están enfadados con los éxitos y el progreso del país. El pueblo va a responder a los que violan las leyes y a los agitadores”, manifestó Rohaní, este lunes primero de año, en una reunión extraordinaria con los jefes de los consejos del Parlamento.

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Aunque Rohaní se haya pronunciado a favor de respetar los derechos de los ciudadanos a manifestarse y expresar sus quejas, al advertir sobre el papel de los “enemigos de Irán” en las manifestaciones y considerar a los manifestantes de “una pequeña minoría”, de alguna forma cierra los canales legales para que la gente exprese sus exigencias.

El sistema parece en estas circunstancias recurrir a las mismas técnicas usadas durante las protestas poselectorales de 2009, acusando a los manifestantes de “blasfemos” y “agentes extranjeros”, haciendo uso de la presencia policial para intimidar a la ciudadanía y estrechando aún más el control sobre Internet y las redes sociales.

Incluso llegan noticias confusas sobre los autores de los actos violentos, aunque los manifestantes acusan a los policías de haber disparado a la gente, pero los medios estatales atribuyen las muertes a la intervención de “agitadores que se han filtrado en filas de los manifestantes”.

Aunque poca gente se atreve a asistir a las manifestaciones, la mayor parte de la opinión pública ya no confía en ningún bando político. La alta tasa de corrupción y la impunidad de la que goza la mayor parte de los delincuentes financieros durante las últimas décadas ha convencido a los iraníes de que la salida no pasa por apoyar a una coalición política u otra. Los eslóganes de los manifestantes durante los primeros días reflejaban este descontento que intentaban hacer oír su voz a las altas autoridades del sistema islámico.

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Por otro lado, los medios reformistas han preferido mantener silencio ante las manifestaciones y en algunas ocasiones han defendido las políticas económicas de Rohaní en vez de tratar de analizar las causas de las protestas, decepcionando a los sectores que tenían ciertas expectativas de cambio al reelegir a Hasan Rohaní en mayo de 2017.

“Ellos son los esbirros del Daesh [ISIS]”, ha manifestado Hossein Shariatmadarí, el director del ultraconservador diario Kayhan en referencia a los manifestantes como uno de los portavoces extraoficiales de los sectores más próximos a la Casa de Líder, ayatolá Alí Jamenei.

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