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Objetivo: salvar la tradición chocolatera en Nueva Zelanda

El cierre de la fábrica de Cadbury iba a acabar con la producción en Dunedin, que se salvará gracias a una exitosa colecta

Fábrica de Cadbury de Dunedin, Nueva Zelanda.
Fábrica de Cadbury de Dunedin, Nueva Zelanda.Anthony Devlin (Getty)

El conglomerado empresarial estadounidense Mondelez International, especializado en confitería, alimentación y refrescos, anunció el pasado febrero que cerraría en 2018 la fábrica chocolatera de Cadbury de Dunedin (Nueva Zelanda), tras 80 años de actividad. Para perpetuar la tradición chocolatera de la ciudad, que se remonta a hace un siglo, una campaña de crowfounding o recogida de fondos ha logrado en dos días reunir dos millones de dólares neozelandeses (unos 1,16 millones de euros), cantidad con la que pretenden continuar con la producción de dulces en la ciudad a escala industrial.

La campaña la lanzaron el pasado 13 de noviembre por la asociación Own The Factory (Hazte con la Fábrica) y la chocolatería local Ocho. La cantidad que pedían para llevar a cabo su proyecto era de 1,8 millones de dólares neozelandeses (1,05 millones de euros), pero en menos de dos días superaron esa cantidad, y en 32 horas alcanzaron los dos millones a través de 3.570 donaciones.

El dinero conseguido servirá, según señala el diario británico The Guardian, para expandir el negocio en Dunedin y crear puestos de trabajo para los 350 empleados de la fábrica de Cadbury. La chocolatería local Ocho tiene previsto próximamente mudarse a una fábrica más grande e importar nuevo equipo.

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Liz Rowe, propietaria de la chocolatería, ha afirmado que esperaba conseguir el objetivo de la colecta dentro de varias semanas, y que la "oleada" de apoyos muestra la importancia que el chocolate y el trabajo que aporta tiene en Dunedin. "Salvar algunos de esos puestos de trabajo nos impulsó; uno de los valores de la nueva empresa es crear cuantos más puestos de trabajo, mejor", ha señalado. El responsable de Owe The Factory y concejal de Dunedin, Jim O'Malley, asegura que las donaciones no solo vinieron de la ciudad, sino también del resto de Nueva Zelanda y de otros países.

Como es habitual en estas campañas para financiar proyectos e iniciativas, los donantes han recibido recompensas en función del dinero que aportaron. En este caso, si la cantidad donada era superior a 100 dólares neozelandeses (58 euros), se recibiría una acción de la empresa, así como un descuento del 20% en todos los chocolates de Ocho.

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No era la primera vez que se intentaba salvar el futuro de la industria del chocolate en Dunedin. El nombre de la asociación Owe The Factory proviene precisamente de una iniciativa que emprendieron en junio de este año para comprar la fábrica de Cadbury, por la que se pedía 20 millones de dólares neozelandeses (unos 11,6 millones de euros). Consiguieron reunir 5,6 millones (3,3 millones de euros).

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