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Los planes de Piñera para su regreso a la presidencia

El exmandatario chileno, con el 43% de respaldo según los sondeos, es el favorito para ganar las elecciones del 19 de noviembre como el candidato de la derecha

Rocío Montes
Sebastián Piñera en septiembre, en Washington.
Sebastián Piñera en septiembre, en Washington. EFE

A un mes de las elecciones presidenciales y parlamentarias del 19 de noviembre en Chile, el expresidente de derecha Sebastián Piñera se mantiene como líder de las encuestas para regresar a La Moneda. Lo ratifican los sondeos de opinión, pero también diferentes sectores de la clase política que dan por hecho que, si no se producen grandes imprevistos, el empresario gobernará el país en el periodo 2018-2022. En el oficialismo hay un ánimo derrotista y los partidos de la centroizquierda parecen concentrados en sus respectivas campañas al Congreso, porque todo indica que, como ocurrió en 2010, la presidenta Michelle Bachelet deberá entregar el próximo 11 de marzo la banda presidencial a la coalición contraria.

De acuerdo con el último sondeo de la firma Cadem, Piñera cuenta con un 43% de respaldo. De lejos le sigue el senador socialista Alejandro Guillier —que se declara continuador de Bachelet—, con un 20%, uno de los dos candidatos de la coalición de centroizquierda que conforma el Gobierno y que concurrirá dividida por primera vez en tres décadas en el país. La periodista Beatriz Sánchez, abanderada de la nueva coalición de izquierda Frente Amplio, se ubica en tercer lugar con un 13% de las preferencias. En cuarto lugar, bastante por debajo, con un 5%, está José Antonio Kast, un candidato que representa las posiciones más extremas de la derecha chilena. El resto de los cuatro postulantes tiene menos de un 4%. Con esta ventaja asegurada, distintos analistas intentan precisar qué busca el ex jefe de Estado con un segundo mandato.

Para David Gallagher, uno de los hombres emblema de la derecha liberal, “si el Gobierno de Michelle Bachelet hubiera sido como su primera Administración, —socialdemócrata, como la de Ricardo Lagos—, probablemente Piñera habría tenido menos motivación de querer ser presidente de nuevo”. De acuerdo con el consejero del Centro de Estudios Públicos (CEP), el exmandatario “siente que el país está a la deriva, que todo lo conquistado se puede perder y que hay una oportunidad para enmendar el rumbo y volver a un ritmo de crecimiento que permita solucionar mayores problemas sociales y de bienestar”. El coordinador programático de la candidatura, Gonzalo Blumel, explica que “el corazón del programa de Piñera está en recuperar la confianza de los chilenos para que el país vuelva a progresar, pero no solo enfocado en el crecimiento económico, sino en el desarrollo humano”. Según el colaborador del expresidente chileno, “todas las propuestas están enfocadas en las necesidades de esta nueva sociedad chilena de clase media”.

“Un riesgo para el país”

En la centroizquierda existe cierto temor a que Piñera se enfoque en deshacer parte de las reformas y leyes que ha implementado este Gobierno. Hace apenas unos días, se conoció un documento interno del equipo de campaña de Guillier que señalaba que “Piñera es un riesgo para el país”.

Gloria de la Fuente, directora ejecutiva de Chile 21, una fundación progresista, señala que el exmandatario “busca poner límites a los avances de los últimos años”. “Piñera es distinto al [Ejecutivo] anterior, que buscaba parecerse —al menos en el discurso— a los Gobiernos de la Concertación [de centroizquierda, en el poder entre 1990 y 2010]”.

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Para la cientista política, Piñera “pretende volver para poner freno a la agenda de libertades que este país ha ido conquistando” y pone como ejemplo la despenalización del aborto en tres causales y el proyecto de matrimonio igualitario con adopción, presentado por Bachelet.

De la Fuente señala que Chile ha avanzado de manera sustancial en el reconocimiento de derechos sociales básicos como la gratuidad para un porcentaje importante de estudiantes y reformas como la laboral y al sistema de pensiones, entre otras. “Y creo que Piñera pertenece a un sector donde los derechos sociales no son prioridad y, en general, son producto de la asignación del mercado”, agrega la analista.

Para el periodista político Ascanio Cavallo, la aparente derechización de Piñera sería solo una estrategia de campaña “para lograr lo que está logrando: sujetar unido al mundo de la derecha y lograr que la única alternativa del sector, el candidato Kast, se ponga más a la derecha”. “Pero ciertamente no creo que un Gobierno suyo sea ni más derechista ni conservador”, indica el periodista.

Cavallo, analista del periódico La Tercera, señala que es imposible retroceder en asuntos como la despenalización del aborto en tres causales, ratificado en instancias como el Tribunal Constitucional. En temas como la gratuidad, congelará el porcentaje de beneficiados y no llegará a la universalidad, como pretendía Bachelet, pero no le quitará el beneficio al 50% o 60% que lo tenga al finalizar este Gobierno.

Pero señala que en el caso de Piñera hay al menos dos temas en los que quiere marcar una fuerte diferencia con Bachelet: “La modernización del Estado —que da la impresión de que la centroizquierda no está en condiciones de hacer, porque hay muchos trabajos para los amigos ahí— y hacer algo importante con la salud”.

David Gallagher coincide con que existe la urgencia de reformar el Estado. “Probablemente, Piñera cuente con una mayoría para eso, porque la gente ha percibido que el Estado se ha convertido en un botín”, afirma.

El centroizquierda y la segunda vuelta

Todo indica que, de haber segunda vuelta, la diferencia entre un candidato y otro sería estrecha y se resolvería por un margen mínimo. Pero si el electorado de centroizquierda se queda en su casa, no es imposible incluso que Sebastián Piñera gane el mismo 19 de noviembre.

Las seis candidaturas de centroizquierda y de izquierda se hallan tensionadas en las posibles fórmulas para llegar a acuerdos en segunda vuelta. Dirigentes de la coalición del Frente Amplio, sin embargo, se han mostrado reacios a las negociaciones: “No vamos a entrar en la lógica vacía de todos contra la derecha porque sí”, indicó el diputado Gabriel Boric, uno de los líderes del movimiento estudiantil de 2011.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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