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El asesino de Las Vegas reservó hotel para vigilar otros dos festivales de música

La investigación revela una preparación extremadamente minuciosa. Paddock compró 33 armas en los últimos 11 meses

Las ventanas por las que disparó Paddock, en el hotel Mandalay Bay. En vídeo, su pareja, clave en la investigación.Foto: atlas
Pablo Ximénez de Sandoval

Lo había probado antes. Dos veces. Stephen Paddock había vigilado al menos dos festivales de música desde habitaciones de hotel. A la tercera subió 23 armas a una suite del piso 32 del hotel Mandalay Bay en Las Vegas y disparó decenas de ráfagas automáticas contra el público del festival Route 91 Harvest, al otro lado de la calle. Mató a 58 personas. Fue el pasado domingo, y el jueves por la mañana aún se desconocían los motivos, pero la investigación empieza a revelar una preparación extremadamente minuciosa y fría de la mayor matanza a tiros de la historia de Estados Unidos.

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El sheriff de Las Vegas, Joe Lombardo, aseguró el miércoles por la noche que Paddock alquiló una habitación en un edificio de apartamentos desde el que tenía una vista del festival de música Life is beautiful, que se celebró del 22 al 25 de septiembre en el norte de la ciudad. Primero lo intentó en un hotel cercano. Como estaba lleno, alquiló a través de AirBnb dos habitaciones entre el 17 y el 23 de septiembre en un edificio al lado.

Además, fuentes policiales citadas por USA Today y otros medios aseguran que una persona con el mismo nombre alquiló dos habitaciones diferentes entre el 1 y el 6 de agosto pasados en el hotel Blackstone de Chicago. El hotel está enfrente de Grant Park, donde se celebró del 3 al 6 de agosto el festival Lollapalooza, uno de los más conocidos de Estados Unidos. No está claro si Paddock llegó a utilizar la habitación.

Estos detalles siguen sin revelar el gran misterio del asesinato en masa de Las Vegas, el móvil. Que hizo que un jugador profesional de 64 años, reservado, sin antecedentes, con una relación sentimental aparentemente sana, sin aparentes problemas económicos, decidiera disparar a sangre fría contra 22.000 personas en un concierto. Pero lo que sí empieza a estar claro es la extrema y minuciosa preparación que Paddock le dedicó al atentado, según afirmó el sheriff Lombardo.

El asesino era aficionado a las armas y llevaba décadas acumulándolas. Eso no es tan raro. Pero algo pasó en octubre de 2016. Entre esa fecha y el pasado domingo compró 33 armas del total de 49 que se han encontrado en distintos registros. La policía sitúa en esa época el momento clave que podría explicar el comportamiento de Paddock.

Christopher Sullivan, el dueño de la tienda Guns&Guitars, del pueblo donde vivía Paddock, dijo a los medios que empezó a ir por allí hace un año y le vendió cinco armas. La última, un rifle el mismo jueves 28, horas antes de registrarse en la suite del hotel de la que ya no salió con vida. Sullivan, que describió a su cliente como un tipo educado y jovial, aseguró que Paddock era “un tirador muy activo”, que disparaba sus armas a menudo. Tenía sobre todo muchos rifles de asalto AR-15. Llevaba las armas a limpiar a la tienda a menudo tras dispararlas. “He limpiado todas sus armas”, contó Sullivan al Desert Valley Times.

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Los investigadores trabajan con la hipótesis de que Paddock planeaba salir de allí vivo. Tenía cámaras de seguridad fuera de la habitación para vigilar cuando se acercara alguien. Disparó más de 200 tiros por el pasillo cuando se acercó el primer guardia de seguridad del hotel, pocos minutos después de comenzar el tiroteo. En el coche, aparcado en el garaje del hotel, 1.600 balas y 22 kilos de explosivos que no subió a la habitación, a la que sí subió 23 armas, al menos 12 de ellas rifles de asalto modificados para disparar como metralletas.

Cuando los agentes entraron en su habitación del Mandalay Bay y encontraron su cadáver, hacía 75 minutos que Paddock había dejado de disparar. Encontraron una nota, dijo Lombardo. No quiso revelar su contenido, pero aseguró que no era de suicidio.

Paddock vivía “una vida secreta, buena parte de la cual nunca entenderemos”, dijo Lombardo. La persona que mejor lo conocía y vivía con él, su novia Marilou Danley, asegura que no podía ni imaginar lo que preparaba Paddock. En la casa que compartían en Mesquite, Nevada, se han encontrado 19 armas. Danley está en territorio estadounidense colaborando con las autoridades. El sheriff Lombardo dejó otra idea en el aire: ante la forma en que compró las armas y la preparación, “tienes que asumir que en algún momento tuvo ayuda de alguien”.

El diario local Las Vegas Review-Journal revelaba este jueves otro inquietante detalle: dos depósitos de combustible del aeropuerto de Las Vegas fueron alcanzados por al menos dos balas de las miles que disparó Paddock. El aeropuerto McCarran está al lado del lugar del concierto, separado por un descampado. Pero mientras el concierto está a unos 300 metros de la ventana de la habitación en dirección Noreste, esos tanques están al doble de distancia y en dirección Este, lo que sugiere que los dos agujeros no fueron balas perdidas, sino que Paddock disparó específicamente a los gigantescos tanques de combustible.

Mientras, la cifra de más de 500 heridos proporcionada desde el primer día quedó finalmente fijada en 489. La cifra inicial se debía a que se habían contado algunos hospitales dos veces. De ellos, 317 ya habían vuelto a sus casas el miércoles por la noche.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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