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La pena de muerte que dividió a la familia de una víctima

Virginia ejecuta a un homicida. La hija de uno de los asesinados pidió clemencia y la madre del fallecido la inyección letal

Pablo de Llano Neira
El preso ejecutado en Virginia William Morva.
El preso ejecutado en Virginia William Morva.REUTERS

William Charles Morva, de 35 años y con ciudadanías americana y húngara, fue ejecutado este jueves por la noche en el Estado de Virginia con una inyección letal. Fue condenado a la pena de muerte en 2008 por el doble homicidio en 2006 de un guardia de seguridad y un policía.

Morva padecía una enfermedad mental grave y diversas voces pidieron clemencia: entre ellas Rachel Sutphin, hija del policía asesinado Eric Sutphin, que dijo: "Estoy en contra de la pena de muerte por razones religiosas y morales. He luchado y seguiré luchando por la clemencia para todos los presos del corredor de la muerte hasta que Virginia declare la pena de muerte inconstitucional".

Sin embargo, Jeaneen Sutphin, madre del agente y abuela de Rachel, estaba a favor de la aplicación de la sentencia. "No guardo odio por esta criatura que disparó a mi hijo como en una ejecución. Solamente quiero que se haga justicia", declaró a la prensa local.

William Morva estaba en 2006 en prisión provisional a la espera de juicio por un intento de atraco a mano armada cuando lo trasladaron a un hospital penitenciaro de Virginia por una lesión. En el centro médico atacó a un policía, le quitó su arma de fuego y mató de un tiro a Derrick McFarland, guardia de seguridad del hospital, antes de darse a la fuga.

Al día siguiente, en medio del operativo de captura en el campus del Instituto Politécnico de Virginia, Morva disparó por la espalda en la cabeza al policía Eric Stuphin. Después fue arrestado.

Los abogados de Morva pleitearon ante el Tribunal Supremo aduciendo que el acusado tenía una enfermedad similar a la esquizofrenia que según ellos se agravó en prisión porque no se le prestó atención psiquiátrica. Argumentaron que el jurado popular que lo condenó no conocía en el momento del dictamen el alcance de su problema mental y que su decisión pudo haber sido otra.

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El Supremo desestimó su recurso. A última hora pidieron clemencia al gobernador de Virginia, el demócrata Terry McAuliffe, pero no les fue concedida.

Activistas del sector de la salud mental, 20 legisladores de Virgina y dos expertos en derechos humanos de Naciones Unidas pidieron sin éxito que se frenase la ejecución de William Morva. Virginia es el segundo Estado con más ejecuciones (112) desde que la pena de muerte fue reinstaurada en EE UU en 1976. El primero es Texas, con 542 ejecuciones.

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