El asalto a la base militar portuguesa acaba en batalla política
El ministro de Defensa, Azeredo Lopes, comparece ante el Parlamento para contestar a las preguntas sobre el robo de armas en la base de Tancos
"Infelizmente, no voy a responder a ninguna de sus preguntas". Esa fue la respuesta del ministro portugués de Defensa, Azeredo Lopes, en una comparecencia ante el Parlamento este viernes, no a la oposición sino a su socio, el diputado del Bloco de Esquerda Vasconcelos, interesado en las circunstancias en que se produjo el robo de armas en el asalto de Tancos. Una docena de preguntas sin contestación para no dar pistas al enemigo.
El miércoles 28 fueron robadas de la base militar de Tancos más de un centenar de granadas, decenas de lanzagranadas, explosivos y munición de armas ligeras. Según se supo después, la instalación tenía las cámaras de vigilancia averiadas, no funcionaban los sensores de movimientos, las garitas están en ruina y las rondas de los soldados por el perímetros no se cumplieron como estaban establecidas. Durante 20 horas, según confirmó el jefe del Ejército, la base estuvo sin vigilancia. Durante ese tiempo se produjo el robo, del que no hay rastro.
El ministro compareció en el Parlamento para aclarar que la posibilidad de un robo en Tancos era de "nivel bajo". También restó importancia a la videovigilancia —estropeada desde 2012— porque ha habido robos similares en el extranjero en instalaciones con videovigilancia.
En su comparecencia, el ministro negó restricción alguna presupuestaria bajo su dirección; al contrario, culpó al Gobierno anterior, del PSD-CDS de una reducción de tropas del 15%. Sobre el futuro, anunció que para 2018 hay un presupuesto de 95.000 euros que mejorará la vídeovigilancia en Tancos.
Su comparecencia fue un rifirrafe entre la oposición y los socios del Gobierno, incluso con estos, pues al Bloco de Esquerda no le aclaró ni cuándo ni cómo ni cuántos participaron en el robo. También justificó la no publicación oficial de las armas robadas, "porque nadie lo hace". Tampoco corroboró si hubo colaboración interna en el robo, algo evidente al saberse que los ladrones dirigieron su camión directamente a uno de los polvorines donde estaban las armas que necesitaban.
El ministro negó que hubiera informe alguno advirtiendo de la inseguridad de la base "grave" que necesitara de una actuación "urgente"; también negó que hubiera "desasosiego" en el estamento militar por el cese de cinco comandantes. De hecho, una manifestación de protesta de oficiales finalmente no se celebró. Gran parte del escándalo, según el ministro, se debe a lo que han publicado en el extranjero ligado a un "problema de autoestima de los portugueses".
Cuando se produjo el asalto a Tancos el nivel de alerta era "bajo", según el ministro
El diputado comunista Jorge Machado fue el más crítico con la "brutal" desinversión en las Fuerzas Armadas, sobre todo porque, a su juicio, el dinero no se gasta en la defensa nacional sino en misiones de la OTAN, lo que negó también el ministro.
El jueves, a puerta cerrada, el jefe del Ejército, Rovisco Duarte, había descargado de culpas al Gobierno al centrar toda la responsabilidad en los mandos militares, que cometieron un cúmulo de errores "inadmisibles". Rovisco Duarte calificó el robo y su repercusión internacional de "humillante".
Después de las explicaciones de unos y otros, el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, ha convocado para el día 21 al Consejo de Estado y al Consejo de la Defensa para debatir sobre la situación del país y los últimos sucesos. Estos encuentros son rutinarios, cada tres meses más o menos, pero ahora los ha hecho coincidir en vista de los acontecimientos.